El presupuesto de Char: un espejo de su gran poder

Imagen

El Alcalde Char celebra con el Concejo siempre que le aprueban proyectos y ha prometido llevar a los cabildantes a las primeras piedras de sus obras. Foto portada: tomada de Zonacero. Foto interior: tomada de lachachara.org.

Su millonario Plan de Desarrollo y una altas e inusuales vigencias futuras, que le aprobaron en forma exprés, evidencian el poder del barranquillero. Pero generan preocupación en las pocas voces críticas que hay.

El Concejo de Barranquilla está cerca de aprobarle al popular alcalde Álex Char el millonario Plan de Desarrollo que presentó para los próximos cuatro años. Sin embargo, las pocas voces críticas locales que hay temen que la ciudad, que no ha salido de la Ley 550 o de quiebra, vaya a terminar sobreendeudada porque no tienen claridad sobre las fuentes de financiación. Unas inusuales y millonarias vigencias futuras, autorizadas al mandatario de manera exprés por los concejales en estos tres meses del año, alimentan más esa preocupación.

 

El Plan de Char, llamado ‘Barranquilla Capital de Vida’, tendrá un costo de 17 billones de pesos. La cifra es ambiciosa en momentos en los que el país entra en época de vacas flacas y más teniendo en cuenta que, además, supera por 10 billones de pesos el Plan de la saliente alcaldesa Elsa Noguera.

Cuando lo presentó al Consejo Territorial de Planeación, integrado por representantes de la sociedad civil, expertos criticaron que no tuviera el detalle de la financiación que permitirá llegar a semejante cifra. Así nos lo explicó Laura Cepeda, directora del tanque de pensamiento Fundesarrollo. Y con ella coincide el economista Jairo Parada, quien precisamente hace parte de ese Consejo Territorial: “Si uno mira el marco fiscal de mediano plazo publicado el año pasado, el Distrito sólo tendrá recursos por 10,7 billones este cuatrienio. ¿De dónde saldrá el resto? ¿De los bolsillos barranquilleros? Nadie sabe”, nos dijo Parada.

A pesar de esas dudas, una vez radicado en el Concejo, el Plan fue aprobado en primer debate en apenas cinco días. Y, en tres más, ya llevan la mitad de los artículos aprobados en segundo debate, pese a que tienen hasta mayo para sacar el proyecto.

De hecho, Barranquilla es de las pocas ciudades grandes del país que está a horas de tener su nuevo Plan de Desarrollo definitivo. Eso no es necesariamente malo, pero sí evidencia que ha habido poca discusión pública.

Como tampoco hubo mucha discusión sobre las vigencias futuras que los cabildantes aprobaron al Alcalde entre enero y marzo, las cuales comprometen no sólo el gasto sino ingresos de la ciudad en algunos casos hasta 2035. 

En su primer periodo como mandatario (entre 2008 y 2011), Char logró sanear las finanzas barranquilleras, terriblemente golpeadas luego de años de malos manejos que tenían a la ciudad embargada y con una deuda de 700 mil millones de pesos.

En una movida que parece contrastar con eso, para sacar adelante el costoso Plan de Desarrollo, con el que planea continuar su revolución de la infraestructura, ahora le aprueban estas vigencias en circunstancias bastante particulares.

Las vigencias futuras

Con una popularidad de más del 80 por ciento (y en algunas encuestas hasta del 90 por ciento) y un poder que le permite tener a los 21 concejales alineados a su favor (hasta el del Polo está con él), el vargasllerista Álex Char logró en sus primeros 100 días que el Concejo le aprobara proyectos que comprometen vigencias futuras que suman 1,6 billones de pesos.

La plata es para canalizar siete arroyos, levantar y dotar cuatro estaciones de bomberos, ampliar la avenida del río, subsidiar el mejoramiento de 40 mil viviendas, construir hospitales y aportar para hacer un estadio de béisbol junto con la Nación (este último, dentro de las obras de los Juegos Centroamericanos Barranquilla 2018). Todas iniciativas aplaudidas.

Pero eso es llamativo por varias razones. Primero porque políticamente no es para nada usual que un Concejo le apruebe a un mandatario recién llegado vigencias futuras para grandes obras de infraestructura. Mucho menos es común que se haga de manera tan rápida.

Hablamos con concejales de Cartagena, Bogotá y hasta con un exconcejal de Barranquilla, y todos coincidieron por aparte en que jamás habían visto eso, incluso cuando los mandatarios saliente y entrante son del mismo partido (como es este caso).

Segundo, porque no hablamos de cualquier monto para las vigencias futuras: 1,6 billones es más de la mitad del presupuesto anual de Barranquilla, que este año es de 2,3 billones de pesos.

Y tercero, porque la ley obliga a que los proyectos que se vayan a hacer con vigencias futuras estén consignados en el “respectivo” Plan de Desarrollo, y el de Char aún no existe legalmente pues no ha sido aprobado del todo en segundo debate y sancionado. La lógica indica que es ahí en donde están consignados los proyectos que se harán los siguientes cuatro años y para los cuales hay que garantizar recursos.

Sin embargo, el presidente del concejo Juan Carlos Ospina y el secretario de Hacienda del Distrito, Raúl Lacouture, consideran que no hay ningún problema, pues las iniciativas se encuentran en el Plan que está vigente y expira en junio: el de la exalcaldesa Elsa Noguera.

Es posible que si ese debate llegara a ojos de la Procuraduría, la discusión sería sobre qué se entiende por "respectivo". Más allá de eso, revisamos el Plan de Noguera y encontramos que no todas las iniciativas de las vigencias futuras están ahí planteadas de manera específica.

Por ejemplo, el Concejo le aprobó a Char vigencias futuras ordinarias (es decir, que comprometen recursos no más allá de sus cuatro años de gobierno) del orden de los 17 mil millones de pesos para dotar cuatro nuevas subestaciones de bomberos. Y en el Plan de Noguera los proyectos hablan es de mejorar la dotación de elementos de protección personal y equipos, hacer un mantenimiento correctivo y preventivo de la infraestructura física y el parque automotor y la territorialización del Cuerpo de Bomberos. La meta puntual al respecto (que en cualquier caso es una gran meta) es reducir de 20 a cinco minutos el tiempo de respuesta promedio en incendios y emergencias.

Asimismo, en el caso del estadio de béisbol (15 mil millones de pesos con cargo al presupuesto de 2017), la palabra “estadio” ni siquiera está en el Plan de Desarrollo de Elsa Noguera.

La tercera iniciativa que no encontramos específicamente en ese Plan vigente es una para diseñar, construir y ampliar hospitales del nivel I y II. El crédito para esas obras se pagará con plata de la estampilla prohospitales e ingresos corrientes de libre destinación de aquí a 2024 (con lo que se están comprometiendo ingresos de la ciudad).

Aunque en la hoja de ruta de la exmandataria hay un proyecto de mejoramiento de la infraestructura hospitalaria de la red pública distrital, el programa, como está enunciado en el acuerdo que aprobó el Concejo y compromete las vigencias futuras, no aparece textualmente.

El Concejal Ospino dice que con que los proyectos estén dentro de los programas generales basta. “Por ejemplo, el del estadio de béisbol está contenido en el programa para construcción, remodelación, mejoramiento y adecuación de escenarios deportivos”, señaló, “pero además todos los proyectos aprobados tienen el respectivo registro presupuestal, el Codfis (Consejo Distrital de Política Fiscal) y el certificado del proyecto en Planeación distrital”. Esos, junto a la obligación de estar contenidos en el Plan de Desarrollo respectivo, son algunos de los requisitos que por ley deben cumplir los proyectos con vigencias futuras.

“Ya lo otro es quienes bajo una consideración política no les gusta que la ciudad avance porque se oponen a todo y creen que nada se puede”, dijo también el Concejal.

Lacouture nos aseguró que el cálculo que la Alcaldía ha hecho para proyectar 17 billones de pesos de inversión en el Plan de Desarrollo charista es así: recursos que se registrarán en el presupuesto (11 billones), ejecución vía Alianzas Público Privadas APP (3,3 billones) y plata de la Nación para iniciativas locales (2,8 billones).

La tranquilidad y el convencimiento del Concejo y la Administración sobre las vigencias futuras aprobadas a Char, coinciden con el sentir de la directora de la DAF del MinHacienda, Ana Lucía Villa, quien le dijo a La Caribe lo siguiente: “La ley lo que hace es recomendar (a las corporaciones públicas) abstenerse de aprobar las vigencias si los proyectos no están en el Plan respectivo, pero no lo prohíbe. Además, los proyectos sí están en el Plan (de Desarrollo de Char) y ese Plan lo están tramitando”.

Se trata de un argumento poderoso a favor de lo sucedido. Mucho más teniendo en cuenta que, con casi 20 años en el MinHacienda, Villa es considerada una funcionaria técnica de mano dura (El Tiempo la bautizó “la dama de hierro” de ese Ministerio), que además no llegó al puesto por ninguna recomendación política.

Y es, asimismo, una gran conocedora de las finanzas de Barranquilla. Por lo menos eso se deduce de que el año pasado, antes de las regionales, hubiese anticipado en una declaración al periódico local El Heraldo que Barranquilla podía tener un Plan de Desarrollo por 16 billones de pesos.

La Silla Caribe confirmó con una fuente que lo sabe de primera mano que la declaración sucedió justo después de un almuerzo en el que estuvieron Villa y Char. La funcionaria y el hoy mandatario son cercanos, al punto que ella sonó para manejar las finanzas de la ciudad durante el primer mandato de él.

Hay, no obstante, otras interpretaciones que se alejan de su concepto sobre el tema de las vigencias. Un asunto que, al menos, abre la discusión. 

Una alta fuente de la Procuraduría delegada para la función pública, dos exsecretarios de Hacienda de ciudades capitales, un exalto funcionario del Gobierno Nacional y un asesor en el MinHacienda de manera informal, nos aseguraron todos por separado que las leyes que regulan las vigencias futuras (la 1483 de 2011 y la 819 de 2003) son claras en que los proyectos objeto de estas vigencias tienen que estar consignados en el Plan de Desarrollo respectivo.

El exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo, quien conoció el caso Barranquilla por una consulta nuestra, nos dijo: “Si las obras de las vigencias no están respaldadas en el Plan de Desarrollo, aparentemente hay una infracción. Pero, más allá, todo esto hace parte de un desmadre y un desafuero con el tema de las vigencias futuras que hay en todo el país. Se vienen usando con desmesura y después se pagan las consecuencias con presupuestos inflexibles que quedan amarrados a unas obras”.

Sobre ese punto, la directora del programa Barranquilla Cómo Vamos, Rocío Mendoza, agregó por su lado que el tema de las vigencias debe ser estudiado concienzudamente y con cautela: "Aunque las proyecciones de ingresos que presenta el Distrito son optimistas, no hay que desconocer que para los próximos años se espera que el contexto macroeconómico sufra una desaceleración económica. Barranquilla no será la excepción en este escenario".

Independientemente de la conveniencia o el riesgo para Barranquilla, si hay algo que deja claro el episodio del presupuesto de Char sin lugar a duda es su gran, y casi absoluto, poder.

Compartir
0