A menos de dos semanas de que empiece a regir el cese al fuego bilateral entre el Gobierno y el ELN, el Ejército desactivó una caja que tenía un gato con explosivos en San José del Palmar, Chocó. Con esta, van 26 acciones armadas de esa guerrilla en el año.
El pueblo al que el ELN no le da tregua
Foto: El País
A menos de dos semanas de que empiece a regir el cese al fuego bilateral y de hostilidades temporal que acordaron el Gobierno y el ELN, esa guerrilla no le da tregua a San José de Palmar en Chocó. El domingo, el Ejército desactivó una caja que tenía un gato con explosivos que milicianos de esa guerrilla dejaron al frente de la casa de una profesora, en pleno casco urbano. Con este caso, las autoridades locales denuncian 26 acciones armadas en lo que va corrido del año en un municipio que es estratégico para el narcotráfico.
Según la Fiscalía, testigos vieron a un hombre dejar la caja envuelta en una bolsa de plástico al frente de la casa de la profesora Ingrid Milena Asprilla, y luego irse en una chiva hacia el corregimiento de la Italia.
Allí opera una comisión del Frente Ernesto Che Guevara del ELN, que se desplaza con grupos pequeños de entre 5 a 10 guerrilleros, como le explicó a La Silla el Coronel Román Zambrano de la Brigada 28 del Ejército que tiene presencia en San José del Palmar. Es, según él, y un funcionario público del municipio consultado por La Silla Pacífico, el único grupo armado que hace presencia en el municipio.
Por ahora ninguna de las dos fuentes dice que haya alguna prueba que indique que el atentado iba dirigido contra la profesora.
Primero, porque la casa de la profesora está en una calle transitada de San José del Palmar y la caja que que tenía dinamita camuflada debajo del cuerpo del gato estaba prevista para activarse cuando recibiera luz. Es decir, cuando alguien la abriera.
“Pudo haber sido a cualquiera”, dijo una fuente del Ejército que conoció el caso. “Lo hicieron para generar impacto estratégico”.
Segundo, porque la profesora no había recibido amenazas contra su vida recientemente. Sí tuvo que salir del colegio del corregimiento La Italia, a una media hora desde el casco urbano, porque un estudiante la amenazó de muerte pero eso fue hace dos años, según le contó a La Silla un familiar.
Es precisamente ese corregimiento el que se ha vuelto el epicentro de la violencia desde que comenzó el año, lo que coincidió con la salida de las Farc hacia las zonas veredales, como le explicó a La Silla un funcionario público del municipio que pidió la reserva de su nombre porque ha sido amenazado por el ELN.
“Es que el ELN nunca ha tenido la hegemonía en el municipio, el poder. Siempre lo tuvieron las Farc y la gente aprendió a vivir con ellos”, explica. “Ellos llegaron a copar ese territorio con políticas nuevas para generar temor porque si no hay temor, no puedes someter”.
En La Italia no hay Policía, no entra la señal del celular y es donde más se concentran los cultivos de coca, según el funcionario. Aunque en las últimas semanas todas las veredas firmaron acuerdos de sustitución voluntaria de cultivos, el Ejército dice que ya ha erradicado 178 hectáreas.
Allí, el ELN ha sembrado minas antipersonales tanto alrededor de la carretera como en una cancha contigua al colegio y cerca al acueducto. La mayoría de las minas estaban marcadas con banderas del ELN y hasta ahora, el Ejército dice que ha desactivado 11 y el funcionario da cuenta de al menos dos accidentes que han dejado heridos.
Con la llegada del ELN también se multiplicaron los secuestros y homicidios, sobre todo en los corregimientos de La Italia y La Badea con respecto al año pasado, como contó La Silla. Según el funcionario, la guerrilla se ha atribuido la responsabilidad a través de comunicados y panfletos. “Dicen que van a ajusticiar a ladrones y drogadictos”, contó, aunque esa información no la pudimos verificar con otra fuente.
Lo que hay detrás del interés del ELN en este pequeño municipio incrustado en la cordillera occidental es su posición estratégica, en límites con el norte del Valle y Risaralda, que lo hace un corredor natural para el narcotráfico. Aunque pertenece al departamento de Chocó, para llegar a Quibdó hay que salir por Pereira por la única vía de entrada y salida que existe, una trocha que permanece buena parte del día cubierta por la neblina y que termina en Ansermanuevo, en el norte del Valle.
Además, es un corredor para llegar al cañón de las Garrapatas, un sitio disputado por las Farc, el ELN, y las bandas criminales ?de los Rastrojos? y ?Machos? del Cartel del Norte del Valle. Según el Coronel Zambrano, la comisión del ELN que opera en San José del Palmar tiene contacto con otra de esa misma guerrilla que opera en esa zona.
Hacia el Chocó, pasando por La Italia, la misma vía llega hasta el corregimiento de Curundó, en Nóvita, desde donde se puede seguir por río o por carretera hacia el interior del departamento y hacia el Pacífico.
“Tiene carreteras hasta ciertos puntos y de esa forma ingresan los productos para abastecerse, así como la gasolina y los productos para la coca”, le explicó a La Silla una fuente de la Dijin de un grupo vinculado al combate del narcotráfico. “Están los cultivos, los laboratorios en la zona selvática, que es de difícil acceso, y tienen la cordillera que les da una retaguardia. Y por la selva tienen la salida hacia los ríos del Chocó por los que pueden sacar la droga”.
Esa localización también ha complicado la presencia del Estado. En el municipio hay una base de la Brigada 28 del Ejército, mientras que la estación de Policía le responde al comando del Valle del Cauca. Algo similar pasa con la justicia. Aunque en el municipio hay un juzgado, la investigación queda a cargo de la Fiscalía y el CTI de Cartago.
“Qué celeridad le van a meter si allá tienen sus propios problemas”, dice el funcionario.
Esa desarticulación quedó en evidencia en el caso del gato bomba. Mientras la Policía le dijo a La Silla que la caja no tenía explosivos, la Fiscalía, El Ejército y el funcionario público confirmó la información que además, se discutió en un consejo de seguridad el lunes. Además, el caso será remitido a la fiscalía especializada de Buga, donde llevan los casos de terrorismo. Mientras tanto, la maestra ya se fue desplazada.