El símbolo Mockus ya no es inmaculado

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La decisión inapelable de la sección quinta del Consejo de Estado que le anula la curul golpea el corazón de su significado político.

Esta mañana el Consejo de Estado anuló la curul de Antanas Mockus en el Senado porque Corpovisionarios, de la que era representante legal, hizo un convenio en los meses anteriores a su campaña de 2018. Esa decisión le da un golpe al corazón a su partido, el verde, y sobre todo debilita las banderas de cumplimento a las normas con las que el exalcalde de Bogotá ha hecho política durante más de 20 años.

Los hechos

Los hechos del caso son relativamente sencillos, y la discusión radicaba más en su interpretación legal.

Corpovisionarios, ONG que fundaron Mockus y otras personas hace más de 20 años, hizo un convenio con la Agencia de Cundinamarca para la Paz y el Posconflicto en noviembre de 2017. Lo firmó Henry Murraín como Director Ejecutivo de esa corporación, pero Mockus era el representante legal principal.

En una decisión de hace poco más de un mes y en un proceso que acumulaba tres demandas de pérdidas de investidura contra Mockus por eso, una sala de decisión con parte de los miembros de la Sala Plena del Consejo de Estado dijo que lo que importaba era la participación directa en el convenio, por lo que le mantuvo la curul.

“La Sala denegará las solicitudes de pérdida de investidura elevadas en contra del senador Aurelijus Rutenis Antanas Mockus Sivickas, ya que no se probó que éste hubiera intervenido en la gestión de negocios ante entidades públicas, y tampoco que hubiera celebrado los convenios de asociación n°. 10 y 0566 de 2017, por lo que no se configuró una violación al régimen de inhabilidades”, dice esa sentencia.

Algo similar explicó a los medios la presidenta del Consejo de Estado, Lucy Jeannette Bermúdez.

“No hay prueba que demuestre que el señor Mockus adelantó alguna gestión tendiente a la obtención de esos contratos para la Fundación Corpovisionarios de la cual él hacía parte y de la cual tenía parcialmente o de manera concurrente la representación legal”, dijo. “Nunca participó en la celebración del contrato porque la celebración la realizó el otro representante legal que tenía la Fundación Corpovisionarios”.

Ese fallo era de primera instancia y sus cuatro demandantes interpusieron un recurso de apelación hace dos semanas. Ahora lo decidirá la Sala Plena, con ponencia de la magistrada Sandra Ibarra.

La decisión de hoy viene de un proceso paralelo, que no es de pérdida de investidura sino de nulidad de su elección, lo que significa que tiene menos efectos a futuro pero que no tiene apelación, por lo que la determinación es definitiva.

Curiosamente, dos de los demandantes de la pérdida de investidura se repiten: el abogado y político guajiro José Manuel Abuchaibe, de origen liberal pero cercano a Oneida Pinto; y el exsenador cristiano Víctor Velásquez Reyes.  

Ellos, que demandaron la investidura tan pronto se posesionó Mockus el 20 de julio del año pasado, pocos días después ampliaron su estrategia con la demanda que se falló hoy, junto con el partido Opción Ciudadana, por el que Velásquez fue candidato al Senado (se quemó con 5 mil votos).

De hecho, también pidieron que se anularan los más de 541 mil votos de Mockus, lo que habría acercado a ese partido a tener una curul.

En este caso la Sección Quinta mostró que tiene otra interpretación de la inhabilidad. Según el comunicado de prensa, legalmente se entiende que tiene el mismo efecto de si lo hubiera firmado él.

Murraín “actuó en nombre y representación de quien ostentaba la representación legal de la corporación, esto es, del señor Antanas Mockus”, dice el comunicado.

Y como la Constitución dice que no pueden ser congresistas “quienes hayan intervenido en gestión de negocios ante entidades públicas, o en la celebración de contratos con ellas en interés propio, o en el de terceros (...) dentro de los seis meses anteriores a la fecha de la elección”, la elección de Mockus es nula.

En esa decisión, la consejera Bermúdez, la única que participó en las dos decisiones, salvó el voto, alineada con la posición del constitucionalista Rodrigo Uprimny. La mayoría, en cambio, acogió la postura de cinco penalistas reconocidos, algunos afectos al uribismo (Iván Cancino, Francisco Bernate, Abelardo de la Espriella, Daniel Peñarredonda y Karen Juris).

En lo que la consejera Bermúdez estuvo de acuerdo con sus tres colegas (el ponente Alberto Yepes; Rocío Araújo, que aclaró su voto, y Carlos Enrique Moreno) es en que los votos no se anulan.

Por eso, la decisión contra Mockus no le quita curules a los verdes y, en lo estrictamente legislativo, la oposición no pierde votos en el Senado.

Un verde más petrista

A Mockus lo reemplazará el exsenador petrista Jorge Eliécer Guevara, un docente y líder sindical que nació en Solano, al sur de Caquetá, donde fue Presidente de la Asociación de Institutores y diputado.

Al ser líder sindical ha tenido cargos de importancia en Fecode, que con más de 220 mil afiliados es el sindicato más grande del país y el más poderoso de los que conforman la CUT (central obrera con más de 500 mil miembros), donde fue tesorero y presidente en 2002.

Ya había pasado por el Senado, pues en 2006 llegó por el Polo y se reeligió en 2010 con más 40 mil votos. En 2011, sin embargo, fue uno de los tres senadores a los que expulsó el Polo de sus filas y desde ese momento se acercó al Partido Verde, donde en 2014 buscó la reelección y se quemó con 16 mil votos.

En 2018, según el preconteo de la Registraduría, lograba entrar de último al Senado por la lista verde, con 20 mil votos, pero cuando el Consejo Electoral entregó las credenciales quedó por fuera, esto a raíz de que reaparecieron votos del partido cristiano Colombia Justa Libre, lo que les dio tres curules y dejó por fuera a un verde a una conservadora y una de la Lista de los Decentes.

Su llegada puede mover el fiel de la balanza de la bancada verde hacia la izquierda, en parte porque él ha sido un lubricante para articular las posturas diversas que ha tenido el partido y en parte porque Guevara se suma a Antonio Sanguino y Aulo Polo como exmiembros del Polo con trayectoria claramente de izquierda en la bancada de 9 senadores (Angélica Lozano también viene del Polo pero es más de centro).

Pero ese es un cambio menor frente al golpe sobre la imagen de Mockus y las banderas verdes.

Un símbolo golpeado

Que Antanas Mockus pierda su curul por haber violado la Constitución, como dictaminó el Consejo de Estado, es cuando menos una paradoja.

Mockus ha hecho de la defensa de lo público y de la lucha contra la cultura del avivato no solo uno de los corazones de su carrera política, sino una de las reivindicaciones de un electorado que no ha caído en la apatía pero se ha rebelado a las formas tradicionales de hacer política.

Por ejemplo, en 2015 dijimos que Mockus “representa en el imaginario colectivo nacional tres cosas: la cultura ciudadana, la transparencia y la excentricidad”; hace un año el analista Francisco Gutiérrez  lo caracterizó en La Silla como “un referente moral anticorrupción”, y hace poco la representante verde Juanita Goebertus lo llamó “un faro moral”. Incluso en La Silla Vacía hablamos de él como “un símbolo” en una nota de julio pasado.

Todo eso lo golpea la decisión de hoy.

Que la decisión, además, la haya tomado el Consejo de Estado y no el Consejo Nacional Electoral que en julio de 2018 negó una solicitud de los demandantes que triunfaron hoy para no posesionar a Mockus, hace que la decisión se vea como técnica y no política.

Eso porque mientras el CNE viene de candidatos con afiliación partidista, el Consejo de Estado no; y esa corte ha tomado decisiones que afectan al uribismo, como la de la consejera Bermúdez que dice explícitamente que el uribismo hizo campaña por el No diciendo mentiras o la que anuló la elección a la Cámara del representante uribista Luis Emilio ‘Pato’ Tovar por doble militancia en diciembre pasado.

Por eso, como dijimos cuando el CNE mantuvo la curul, la sentencia le dará municiones a los contradictores de Mockus en el Congreso, especialmente a las bancadas uribista, conservadora y cristiana - es decir, gobiernista.

Más cuando faltan seis meses para las elecciones locales y en ellas el apoyo de Mockus podrá resultar menos determinante para candidatos rivales de los gobiernistas, especialmente si son verdes y han sido cercanos a Mockus, como el caso de Claudia López en Bogotá.

Mockus es un factor importante en la campaña de Claudia López a la Alcaldía de Bogotá.

Al ser el principal elector en la ciudad (aquí sacó 327.000 de sus 540.000 votos) la puede impulsar electoralmente, sobre todo entre votantes de centro y en general entre los que no son de izquierda que admiran la gestión que él hizo en sus dos alcaldías (1995-1997 y 2001-2003).

Eso puede ser clave para ella, junto con el respaldo de Sergio Fajardo, en una campaña en la que sus competidores ya empezaron a encasillarla en la izquierda debido a la alianza que piensa hacer con el Polo y el petrismo.

Además, en los periódicos que ella ha repartido, Mockus aparece como la imagen de la propuesta de cultura ciudadana de López, y ella está poniendo en el rostro de él el regreso de esa política, que en las administraciones de izquierda y en la segunda de Peñalosa no ha tenido la misma relevancia que él le dio.

Por eso, ahora que el símbolo de esa política sale golpeado porque infringió una norma, está por verse si seguirá siendo parte de la campaña. Además porque también parecía un elemento clave para impulsar la lista al Concejo.

Ahora podrán alegar que el político que ha hecho carrera defendiendo lo público y el seguimiento a las normas violó una de ellas, como ya han hecho algunos (pero no Uribe, quien le tendió la mano)

Incluso, algunos llevan meses criticando la situación que hoy el Consejo de Estado dictaminó como ilegal: aunque nadie ha dicho que Mockus se robó un peso y es claro que no participó directamente en el convenio, han criticado que un candidato inhabilitado haya jalonado la lista verde.

Efectivamente, sin los 541 mil votos de Mockus el verde habría podido tener unos 4 senadores menos, si todos esos votos se hubieran ido a otras listas (algo que no es seguro), y probablemente parte habría llegado a la izquierda en listas como la del Polo o las de la Colombia Humana.

Justamente desde la izquierda se ha compartido ese argumento, vinculado a que algunos lo ven como un político de derecha camuflada o que apoya a políticos de derecha

Mockus ya respondió y dejó entrever que va a entutelar la decisión de la Sección Quinta:

Si es así, está novela puede continuar, e incluso puede aparecer un resultado favorable a Mockus antes de las votaciones de octubre. Pero, aún si eso pasa, no es fácil que el símbolo vuelva a ser lo que era.

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