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Coqueteos uribistas, saltos al Congreso y la falta de decisión sobre si siguen en la coalición hacen que, a este momento, los conservadores teman perder hasta 5 curules en el Congreso.

El Partido Conservador está con miedo de perder hasta cinco curules en Senado y Cámara para el 2018 y se sienten vulnerables frente al avance del Centro Democrático y Cambio Radical, que aspiran a duplicar sus escaños en el Congreso.

Las curules que creen que están en riesgo son las cámaras de Magdalena (porque continuar a familiares que van por Cambio Radical), Risaralda (porque una cámara se va) , Valle y Tolima (porque una de sus dos cámaras saltan a Senado y no hay fórmula aún para reemplazarlos) y Boyacá (que esperaban crecer pero los vargaslleristas se atravesaron).

En Atlántico, la representante conservadora Inés López declinó lanzar su nombre a la reelección de la curul conservadora para darle paso a su esposo, Antonio Zabaraín, quien tiene ya el aval de Cambio Radical y es una de las cuatro cartas del clan Char en el Caribe para llegar al Senado.

En el Tolima, el representante Miguel Barreto (cuyo tío, el gobernador Óscar Barreto fue elegido con apoyo del uribismo en las regionales de 2015), entra a la competencia por el Senado. Aunque no tiene fórmula a la Cámara todavía, una movida de la exsecretaria de la gobernación del departamento, Adriana Matiz, (quien el año pasado renunció al uribismo), suena para ser la fórmula de Miguel.

 

En otras regiones, la Cámara quedaría sola porque sus congresistas no repiten.

Ese es el caso del Valle, donde Heriberto Sanabria dará el salto al Senado y busca una fórmula que lo acompañe, porque el actual representante Álvaro López, también azul, buscaría la candidatura conservadora para la gobernación del Valle en 2019.

En Risaralda no repite Mauricio Salazar, quien en un video anunció que no sigue “por el desprestigio del Congreso” y no descarta una aspiración a la Gobernación en 2019.

Y en Antioquia, la actual senadora Nidia Osorio bajará a la Cámara para darle su cupo en Senado al ex alcalde de Itaguí, Carlos Trujillo.

En Boyacá, donde el conservatismo tiene dos diputados (de 16) y 10 alcaldes (de 123) las cuentas de los azules daban para tener en 2018 dos candidatos al Senado con Jorge Pedraza (quien es el único senador conservador) y Humphrey Roa, quien daría el salto de Cámara a Senado.

Sin embargo, Cambio Radical se interpuso en este camino.

Roa quería ir a Senado, pero desistió a inicios de este mes porque su sobrino, Osman Fernando Roa, es el más fuerte aspirante para ganar el aval de Cambio Radical, que quiere tener un senador en ese departamento.

Y la decisión del tío Roa hizo que otros azules que querían estar en su lista para Cámara busquen toldo aparte.

Tal es el caso del exrepresentante conservador Gustavo Puentes, quien le ha dicho a miembros del uribismo y conservatismo de ese departamento que no descarta ir al Centro Democrático, para buscar una curul en el Senado.  

En Cundinamarca, la movida va por apoyos vargaslleristas. Al menos así sucedería con el exrepresentante Buenaventura León (representante conservador desde 2002 a 2014), quien quiere volver al Congreso y contaría con el apoyo del hoy gobernador Jorge Rey, de Cambio Radical, a quien León adhirió en su campaña en 2015.

Las razones

La cercanía de los congresistas conservadores con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la “desconexión del partido con las bases”, según nos dijo el directivo nacional, Juan Camilo Ostos, son algunas de las razones para que los azules hayan perdido sex appeal con miras al 2018.

Ostos y los demás consultados para esta historia (cuatro congresistas y dos directivos más), coinciden en decirnos, por aparte, que esa desconexión hace parte de la combinación que hará que les cobren su cercanía con el gobierno Santos en las urnas.

“Porque la paz no vende, pero nosotros seguiremos apoyándola”, nos dijo el director del partido, senador Hernán Andrade, de corte santista y quien desde que tomó la jefatura azul ha visitado departamentos y se ha reunido con las bases del partido en las regiones para revisar posibles candidatos.

”La paz no vende pero seguiremos apoyándola”

Hernán Andrade, senador

Ante el panorama, Andrade está identificando candidatos para tapar con otras regiones las cuotas que perdería en la Cámara.

Él y el senador Efraín Cepeda (próximo presidente del Senado), nos dijeron, por aparte, que buscarán listas en Cámara para La Guajira, Magdalena y César, en el Caribe. En el Pacífico en Chocó y en los llanos en el Meta.

“Son regiones que se han vuelto uribistas y uno lo siente”, nos dijo Andrade, en referencia al Chocó, Meta y a Tolima, donde busca el reemplazo para la curul que deja Barreto.

Para Andrade la pérdida de curules será más visible en Senado, en parte porque la mayoría de los senadores (17 en total) son santistas, incluido él, Cepeda, Juan Diego Gómez, Miryam Paredes, quienes, como hemos contado tienen cuotas políticas nacionales en las regiones donde tienen sus fortines.  

Como hemos mostrado en nuestro especial de cuotas políticas, en 12 departamentos el partido tiene cuotas sobre todo en el ICA, en Cornare (una de las CAR de Antioquia) y en el Sena, que manejan un presupuesto de inversión de 80 mil millones de pesos. Aún así están por debajo de las cuotas de La U (maneja 790 mil millones), los liberales (191 mil millones) y Cambio Radical (86 mil millones)

“Hay congresistas que no tienen representación regional (cuotas) y por eso no tienen mucho que mostrar ahora”, nos dijo un Senador que aspira a su reelección.

En ese grupo ese senador cuenta a Yamina Pestana, Nadia Blel o Jorge Pedraza.

Efraín Cepeda, más optimista, dice que la pérdida de curules por el uribismo, y el partido de las Farc hará que en total la coalición de gobierno pierda de a dos curules cada uno.

De todos modos, si bien los conservadores ahora siguen en la coalición de Gobierno (que completan con los liberales, La U y Cambio Radical), Andrade nos dijo que para 2018 “habrá otro cantar”.

Y eso significa que el partido tarde o temprano saldrá de la coalición para buscar su propio camino en 2018.

“La opción es tener un candidato a 2018 fuerte que nos marque diferencia, y en eso estamos”, dijo Andrade.  

Y es que los precandidatos de la coalición oficial están lejos del ideario conservador: por el lado liberal y de centro están Humberto de la Calle, Juan Fernando Cristo, Luis Fernando Velasco, y Germán Vargas Lleras.

Y más cercanos a las filas conservadoras la ex candidata Marta Lucía Ramírez (quien anda en precampaña recorriendo regiones), el ex procurador anulado Alejandro Ordóñez (quien arrancará a recoger firmas) y el exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, a quien todavía la Corte no le resuelve su situación jurídica que le daría vía libre para llegar al 2018.

Estos últimos aspirantes también están dentro de la baraja uribista para el 2018.

Cambiar el viraje

Con un cambio de viraje con respecto al candidato, es más probable que tengan cómo negociar una candidatura con el uribismo y ser parte de la coalición de 2018, si la derecha gana las elecciones.

La idea de una alianza vía Ramos o Marta Lucía con el uribismo no les disgusta a los congresistas de corte santista.

“Ahora no tenemos un candidato visible, ganador, pero todo dependerá de las alianzas con Luis Alfredo Ramos”, nos dijo el senador antioqueño Juan Diego Gómez.

Con Luis Alfredo Ramos, Andrade ya ha sostenido al menos tres reuniones para revisar un posible futuro político. Con el uribismo tiene lazos vía su hijo, Alfredo, quien no regresará al Congreso. Y como hemos contado el ramismo y el uribismo tienen alianzas fuertes en Antioquia y parte del eje cafetero: sus bases apoyaron al uribista Oscar Iván Zuluaga en 2014.

Con Marta Lucía Ramírez, quien fue parte de la renegociación con el No por invitación de Uribe, la dirección conservadora ya no le es tan esquiva como hace unos meses: según supo La Silla, ha ganado apoyos de seis de los trece miembros de la dirección nacional para que en las próximas semanas se proponga definitivamente la salida del conservatismo de la coalición, decisión que se tomaría en reunión de toda la dirección.

Esa decisión, de todos modos, no podría ocurrir antes del 20 de julio, ya que rompería con los acuerdos entre partidos de coalición para que el conservador Efraín Cepeda sea el presidente del Senado.

“Nosotros no queremos ser los segundos de Uribe, con ellos podemos negociar y nuestros candidatos más fuertes tienen más apoyo que los uribistas”, nos dijo un miembro de la dirección.

Por ejemplo, en la última encuesta Gallup de favorabilidad (no intención de voto), tanto Ramos como Marta Lucía superaron a los aspirantes uribistas Iván Duque, Carlos Holmes Trujillo y María del Rosario Guerra.

Aunque por ahora el panorama conservador en las toldas santistas refleja un panorama negativo para su futuro, comienza a sonar con más fuerza la idea de que para sus listas y su permanencia en el poder, la coalición cambie de lado.

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