Marta Lucía Ramírez volvió a ejercer como cupido entre el uribismo y conservatismo, esta vez en Risaralda y Boyacá.
El uribismo se decide en Risaralda por cuenta de Boyacá
Marta Lucía Ramírez volvió a ejercer como cupido entre el uribismo y conservatismo, esta vez en Risaralda y Boyacá.
Hasta hace pocos días, el Centro Democrático había estado cerca de dos campañas a la Gobernación de Risaralda, hasta el punto de que el ex presidente Álvaro Uribe estuvo montado en tarima, al tiempo, con el candidato por firmas Víctor Manuel Tamayo y el conservador Sigifredo Salazar. Al final decidió irse con Salazar. Pero lo que no se ha dicho es que eso ocurrió gracias a un impulso de los conservadores al uribista Gonzalo Guarín en Boyacá.
El apoyo a Guarín no es unánime en el conservatismo boyacense, que tras el retiro de la candidatura azul del ex senador Juan de Jesús Córdoba se rompió en apoyos a los dos candidatos más fuertes, el verde Carlos Andrés Amaya y Osman Roa de Cambio Radical. En medio de una fuerte pelea que estalló en Boyacá, Marta Lucía Ramírez terminó alejándose de esas dos tendencias y apoyando a Guarín, quien aparece lejos en las encuestas pero sigue en la carrera.
A cambio, el uribismo retiró sus candidatos en Tunja y Chiquinquirá para apoyar a los azules. Pero, sobre todo, se decidió por Salazar en Risaralda, un apoyo que en un departamento donde ganó el uribismo el año pasado en primera y segunda vuelta, y en el que la carrera pinta apretada, podría hacer la diferencia.