El Viceministro de Justicia, Miguel Ceballos, es socio de la encuestadora Datexco. En plena campaña presidencial ¿hay lugar para suspicacias?

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No es de extrañarse que el presidente Álvaro Uribe Vélez encabece todas las encuestas de popularidad y de favorabilidad de voto ante una segunda reelección. Todos los encuestadores lo muestran punteando y en solitario dentro de unos cuadros en los que el segundo siempre va 30, 40 ó 50 puntos detrás.


No es de extrañarse que el presidente Álvaro Uribe Vélez encabece todas las encuestas de popularidad y de favorabilidad de voto ante una segunda reelección. Todos los encuestadores lo muestran punteando y en solitario dentro de unos cuadros en los que el segundo siempre va 30, 40 ó 50 puntos detrás.

Así lo refleja también la más reciente encuesta de Datexco, publicada en el último número de Semana y que muestra a Uribe con el 41,3 por ciento de la intención de voto de los colombianos si las elecciones se realizaran hoy.

El dato no sería curioso si fuera de conocimiento generalizado que uno de los socios de Datexco Company S.A. es el viceministro de Justicia, Miguel Ceballos Arévalo.

Ceballos, abogado de la Universidad Javeriana con una maestría en filosofía de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, llegó al Ministerio después de ser el decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda. Desde 2006, el viceministro también figura en las actas de constitución de la empresa como suplente de la gerente de la firma encuestadora, Paula Lucía Gómez Vélez, hasta el 22 de enero de 2009 cuando renunció a su cargo para asumir su cartera en el Ministerio del Interior y de Justicia. Esto sucedió nueve días después de haber sido presentado por Fabio Valencia Cossio como el reemplazo de Gilberto Orozco Orozco.

En conversación con La Silla Vacía, el viceministro Ceballos expresó que efectivamente es socio de Datexco, pero que después de consultar con los abogados del Ministerio, decidió renunciar a su cargo dentro de la empresa. 


   Viceministro de Justicia, Miguel Ceballos
“Yo tengo algo como el 2,9 por ciento de las acciones (...) pero no tengo ninguna influencia en la formulación de las preguntas ni en las respuestas que muestran las encuestas”, expresó el funcionario. El hermano de la fallecida senadora Sandra Ceballos agregó que la Procuraduría le dijo que no había ningún conflicto de intereses mientras Datexco no tuviera ninguna relación contractual o participara en alguna licitación con el Estado.

“Las encuestas no las hace el Gobierno, las hacen los medios que las contratan y las preguntas las formulan ellos mismos, así que no veo la suspicacia, además porque todas las encuestadoras generan casi los mismos resultados. No soy el que le da el 41,3 por ciento al presidente Uribe, eso se lo dan todos los encuestados y no influyo en los resultados”, reiteró el Viceministro.

 

La directora del programa Congreso Visible, Elisabeth Ungar Bleir, le da la razón. Ungar dice que hay que decir a favor de Datexco que no es una empresa creada durante el Gobierno de Uribe. "A Datexco hay que evaluarla por sus encuestas, si son representativas o no, si las preguntas están bien formuladas o no, si inducen al ciudadano a dar respuestas específicas... hasta cómo se presenta la información, pero el hecho de que el Viceministro sea socio de la firma no descalifica sus investigaciones", concluyó Ungar.

Pero en un país en donde sólo hay cuatro grandes firmas encuestadoras (Invamer Gallup, Napoleón Franco, el Centro Nacional de Consultoría y Datexco) es inquietante que, cuando menos una de ellas mantenga vínculos tan estrechos con el Presidente que se quiere hacer reelegir, no solo por la vinculación del viceministro Ceballos, sino porque en el primer renglón de la junta directiva aparece José Roberto Arango Pava, el exitoso empresario antioqueño, amigo de infancia de Álvaro Uribe Vélez y ex Alto Consejero de la Presidencia de la República.

Puede que hasta hoy el Viceministro no haya influido en las decisiones técnicas de Datexco. ¿Pero qué impide que eso no suceda en el futuro en un caso en el cual las presiones de una campaña electoral lo ameriten? De otra parte, ¿qué evita que los trabajadores de una empresa aún sin recibir órdenes explícitas actúen con el fin de satisfacer lo que creen ser los intereses de los socios?

Sería absurdo que los miembros del gabinete de cualquier Presidente tengan que vender o renunciar a sus propiedades o participaciones accionarias para asumir un cargo público salvo cuando exista un conflicto de intereses. La pregunta es si en este caso existe ese conflicto. El que el Viceministro y uno de los mejores amigos del Presidente sean socios de esta firma no deja de ser un hecho que genera más preguntas que respuestas dada la capacidad que tienen las encuestas de mover la opinión pública en época electoral.

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