La bancada de Opción Ciudadana en el Congreso está reventada. La mayoría de sus integrantes están buscando la manera de partir cobijas con Luis Alberto 'El Tuerto' Gil.
El viejo PIN vuelve a hacer ¡PUN!
Luis Alberto 'El Tuerto' Gil, exsenador condenado por parapolítica y due?o de Opción Ciudadana,
Mañana en el hotel Tequendama de Bogotá arranca la convención nacional de Opción Ciudadana, en la que ese partido elegirá nuevas directivas y se pronunciará a favor del plebiscito que busca refrendar los acuerdos de paz.
Es posible que la foto oficial no cuente con varios de los 13 congresistas que conforman su bancada, debido a que algunos no irán por el descontento que tienen con el fundador y dueño de la colectividad, el parapolítico, Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil. Ese poder de Gil se nota en que maneja el partido como su finca particular: tiene al representante legal y a las mayorías en la mesa directiva. Además, su esposa la senadora Doris Vega es la única congresista en la copresidencia del partido, que comparte con cuatro militantes más.
La reventada interna tiene a buena parte de esos congresistas hablando de disolver el partido o de moverse para que en el paquete de leyes de la paz entre una propuesta que permita el transfuguismo y poder cambiar de camiseta sin lío.
Así se lo contaron a La Silla cinco fuentes importantes del viejo PIN, que en 2013 cambió de nombre a Opción Ciudadana para tratar de quitarse de encima el estigma de ser puerto de llegada parapolíticos y rechazados de otros partidos, aunque sus prácticas no han cambiado mucho.
Dos congresistas que nos hablaron a condición de no ser citados detallaron que, aunque no ha habido una reunión formal, en varios encuentros los legisladores han planteado su desespero por salirse de la desprestigiada colectividad y, especialmente, de los terrenos del Tuerto.
“Lo comentamos todo el tiempo entre nosotros, nadie quiere seguir aquí, se lo decimos al Ministro del Interior cuando lo vemos: ‘Ministro: ¿cuándo van a volver a meter el proyecto del transfuguismo?’”, dijo uno de ellos.
“Hay inconformismo dentro del partido. Varios no van más a la contienda próxima, otros renunciarán un año antes para poder irse. En fin”, agregó por su lado el otro.
Casi nadie se atreve a decir ‘esta boca es mía’ y aparecer con nombre propio para no comprar la animadversión de Gil o arriesgar a quedarse sin aval en caso de que no pase nada con el transfuguismo ni logren disolver la colectividad y tampoco renuncien a tiempo.
Quien sí nos habló sin tapujos al respecto fue el coronel en retiro, condenado por parapolítica, Hugo Aguilar, uno de los jefes de la poderosa casa Aguilar de Santander, que creció al amparo del viejo PIN.
Aguilar nos dijo que la posibilidad de seguir en el partido de su otrora socio político, con quien partió cobijas en las regionales del año pasado en medio de diferencias por la entrega de avales, ya no es una opción para su grupo ‘Santander en serio’.
“Nosotros pensamos que tenemos que cobijarnos con un buen partido. No es que estamos criticando a Opción Ciudadana, pero no hemos tenido buenas relaciones con ellos”, explicó Aguilar. “Creemos que es muy posible irnos por el Partido de La U o en Cambio Radical, pero la verdad aún no hemos clarificado”.
Según Aguilar, los caminos que tiene su hijo, el senador Mauricio Aguilar, son dos si el transfuguismo no se dá: “Terminar su periodo y cualquier aspiración nueva sería con Opción Ciudadana, algo con lo que tenemos nuestras prevenciones por las malas relaciones, o renunciar un año antes para no inhabilitarse y aspirar por otro partido. El cargo aún no sé”.
En Santander otro que está buscando espacio para salir del viejo PIN es el representante Fredy Anaya quien tiene su mira puesta en el Partido Liberal.
Descontento y vientos de adioses en la Costa
También por diferencias con Gil y sus aliados suenan adioses en Sucre, el otro departamento en el que es fuerte esa colectividad, pues allí cuentan con dos senadores y dos representantes a la Cámara.
Los dos senadores son Teresita García (de la casa que dirige el exsenador Álvaro ‘el Gordo’ García, condenado a 40 años de cárcel como autor intelectual de la masacre de Macayepo) y Julio Miguel Guerra (a quien a pesar de ser hijo del cacique liberal y exgobernador Julio César Guerra Tulena, le negaron el aval los rojos por ruidos de malas compañías en la administración de su papá, y por eso aterrizó en el partido).
Los representantes son José Carlos Mizger Pacheco y Candelaria Rojas, quienes no fueron elegidos originalmente por Opción, sino por el partido del cuestionado exrepresentante (investigado por parapolítica) Yahir Acuña, 100% por Colombia.
Como la colectividad de Acuña no pasó el umbral y perdió su personería jurídica, los dos congresistas fueron acogidos por el PIN, luego de que Yahir y el Tuerto sellaran una alianza para las regionales de octubre pasado.
Es precisamente esa sociedad política con el yahirismo el detonante más reciente de la reventada interna actual del viejo PIN, según nos dijeron por separado tres de las fuentes que consultamos para esta historia.
Resulta que tanto Teresita como Julio Miguel querían apoyar a la Gobernación sucreña al exrepresentante de Opción Ciudadana Eduardo Pérez Santos, para enfrentar justamente a Acuña, quien llevaba de candidata a su esposa Milene Jarava.
Pero Yahir les bloqueó las intenciones al asociarse con Gil -quien tiene un asiento en la mesa directiva del PIN, pero en realidad actúa más como amo y señor de su partido- y lograr que el aval fuera para Jarava y no para Pérez.
Por esa vía, el grupo de García terminó acercándose en las regionales a Cambio Radical alrededor del candidato del vargasllerismo, Édgar Martínez, quien ganó la Gobernación y derrotó a Yahir.
Tres personas del PIN coincidieron al contarnos de manera separada que esa senadora está contemplando no volver al Congreso y lanzar a un heredero pero por otro partido, que podría ser justamente Cambio Radical, en donde ya tiene línea. Intentamos verificar esa versión con la congresista pero no fue posible.
Por su parte, Julio Miguel Guerra ha dicho en varios escenarios que no ve la hora de salirse del partido porque siente que Gil les pasó por encima y además tiene una rivalidad política con Yahir Acuña.
También se ha acercado a Cambio Radical, pero en el Magdalena, el representante de Opción Ciudadana en ese departamento, Franklin Lozano.
Él de un tiempo para acá se ha vuelto uno de los mayores aliados de la casa Cotes (que tiene a la gobernadora Rosa Cotes y dirige el exgobernador Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes, jefe del vargasllerismo en el Magdalena) e incluso tiene participación en la Secretaría de Salud departamental.
Pudimos confirmar que Lozano ha dicho en conversaciones informales en su región que algunos miembros de su partido tienen la intención de promover el transfuguismo y que, de concretarse eso, le gustaría entrar a la colectividad del Vicepresidente.
Ese Representante, no obstante, lejos de estar molesto con el Tuerto Gil está agradecido con el cacique santandereano, pues lo rescató con un aval a Congreso cuando La U se lo negó faltando apenas ocho días para el cierre de las inscripciones de candidatos.
Quien ya tiene confirmado que definitivamente no va más al Congreso por Opción Ciudadana es el representante del Cesar, Fernando de la Peña, quien ya cumple tres periodos en la Cámara. No volverá al Legislativo.
Las opciones
El viejo PIN es descrito como “la joya de corona” de Luis Alberto Gil entre los poderosos de su natal Santander.
Además de representarle por giros del Fondo de Financiación de Campañas $1.800 millones anuales y el 20 por ciento de la reposición de votos que cada candidato recibe tras una elección, el partido es el que lo mantiene vigente en la política y el que le da capacidad de negociar con poderosos regionales por los avales, como hizo con Yahir Acuña.
“Lo de Opción Ciudadana no es más que el aviso de un partido que tiene de propietario a Luis Alberto Gil y a sus negocios de avales. Eso no tiene nada de fondo”, le dijo a La Silla un militante de Opción Ciudadana.
Gil se ha esmerado en blindar y mantener el partido bajo su control con estatutos que no dejan margen de maniobra para las disidencias, por eso y como la ley no permite que los políticos cambien de trapo fácilmente, las opciones que tienen los congresistas del viejo PIN para salirse de él son improbables.
Lo de Opción Ciudadana no es más que el aviso de un partido que tiene de propietario a Luis Alberto Gil y a sus negocios de avales
Así lo evidencia el viacrucis que vivió el exrepresentante del Valle por ese partido, Juan Carlos Salazar, quien en la legislatura pasada se atrevió a pujar sin éxito por proyectos que permitían el transfuguismo y la escisión de partidos, cuando el 60 por ciento de los miembros de sus bancadas así lo quisieran.
Las opciones ahora son básicamente tres.
La primera es convocar a una convención nacional específicamente con el fin de disolver, fusionar o escindir la colectividad, según lo dicen los estatutos. Pero para ello se necesita una logística muy grande que debe estar ajustada a todos los estatutos del partido, eso incluye elección de delegados, convocatoria a las directivas, entre otros. Ese poder hoy lo tiene Gil por ser el dueño del partido y por ende manejar a las directivas.
Adicionalmente, para que la decisión tenga validez debe ser aprobada por las dos terceras partes de los delegados que asistan, algo que sería virtualmente imposible para los disidentes teniendo en cuenta que el ‘Tuerto’ controla todos los espacios del Partido, entre ellos la elección de los delegados.
La segunda está en que cambie la Ley a través del fast track del paquete legislativo de la paz, que puede incluir puntos de la reforma electoral.
Pero estas expectativas se diluyen porque lo acordado en la Habana hasta ahora habla de conformar una comisión para estudiar esa reforma y no de hacerla inmediatamente, porque ni el Gobierno ni las Farc han hablado de permitir el transfuguismo, y porque no es probable que el Gobierno o la Unidad Nacional la muevan por seguirle el juego a un partido que no es determinante en esa coalición.
Aún así, hay una tercera opción que podría servirles a los congresistas de Opción Ciudadana.
Se trata de una investigación que el Consejo Nacional Electoral, CNE, le abrió al partido en junio de este año por irregularidades en la inscripción de las directivas de la colectividad en 2013, cuando dejó de llamarse PIN y se convirtió en Opción Ciudadana.
El caso por el que se originó la investigación fue el del excandidato a la Gobernación de Santander que se lanzó por firmas apadrinado por Hugo Aguilar, Carlos Fernando Sánchez, quien demostró en tribunales que contra su voluntad lo habían inscrito en el partido, en medio de un proceso que incluyó denuncias sobre falsedades y ocultamiento de documentos.
Por hechos similares perdió su curul en la Cámara de Representantes por el Centro Democrático, Johana Chaves, quien también denunció que había sido inscrita en ese partido contra su voluntad, pero quien no logró probarlo ante el Consejo de Estado.
Debido a que el CNE puede acabar un partido si lo sanciona quitándole la personería jurídica, algunos militantes le están haciendo fuerza a que la investigación termine liquidando al viejo PIN. Sin embargo, para que algo así pase falta que se cumpla todo el proceso en ese tribunal, se compruebe hubo una falla y encima se defina que fue tal que amerita castigar al partido con su desaparición.
Mientras el Tuerto prepara la convención, La Silla confirmó que de los 13 de la bancada, Mauricio Aguilar y Fernando de la Peña no planean asistir y probablemente tampoco lo haga el senador sucrense Antonio Correa. En la oficina de Teresita García dijeron que solo hasta hoy definirían la asistencia.
Habrá que ver si la pelotera sí llega a alguna parte.