En Arauca temen una guerra entre el ELN y las disidencias

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Foto: Radio Nacional de Colombia.

Un indicio es que el operativo de las Fuerzas Armadas de Venezuela contra las disidencias la semana pasada haya contado con colaboración del ELN

La semana pasada, la dictadura de Nicolás Maduro dio a conocer que las Fuerzas Armadas de Venezuela habían atacado tres campamentos de las disidencias de las Farc en territorio venezolano, en la zona fronteriza del Estado de Apure que colinda con el departamento de Arauca. 

Según el comunicado de Venezuela, murieron cuatro miembros de sus Fuerzas Armadas y fueron capturados cinco guerrilleros. Extraoficialmente, en Arauca hablan de 15 guerrilleros muertos en combate. 

No es la primera vez que esto sucede. Sin embargo, este incidente ha provocado pánico en el departamento de que se vaya a reactivar una guerra similar a la que ocurrió entre los elenos y las Farc la década pasada, que traumatizó a la región.

Porque hay versiones circulando, como la de Fundaredes, una ONG venezolana de oposición al régimen, que aseguran que el ELN hizo parte del operativo contra las disidencias, lo que se suma a otros indicios de la animadversión que está creciendo entre ambos grupos ilegales.

Cuatro de las diez fuentes con las que hablamos nos dijeron que la participación del ELN habría consistido en entregarle información a las fuerzas armadas venezolanas claves para el operativo contra la disidencias a través de simpatizantes de esa guerrilla en la frontera o de personas que simplemente acatan a la fuerza sus órdenes. 

Más allá de la forma en que ocurrió, el hecho de que el ELN tenga que ver, pone en descubierto tensiones que han aparecido entre ambos grupos ilegales, algo en lo que sí coincidieron todas nuestras fuentes, entre periodistas, líderes sociales, defensores de derechos humanos y autoridades que nos hablaron extraoficialmente

La historia

Cuando la gente en Arauca habla de la guerra entre el ELN y las Farc, ocurrida entre 2005 y 2010, la recuerdan como el episodio más cruel de la historia del conflicto en la región. “Fue más duro que la época de los paramilitares”, nos dijo un líder social de Arauquita. 

La disputa por el control territorial de la región que tuvieron en esa época las guerrillas, empezó con la matanza entre sus miembros alzados en armas pero terminó con persecución, asesinatos y desplazamientos de milicianos, simpatizantes e incluso campesinos cuyo único pecado era vivir en la zona dominada por uno u otro grupo. 

En ese momento, el entonces vicepresidente de la República, Francisco Santos, denunció que las Farc querían acabar al ELN y aseguró que "van más de 500 muertos". Los organismos de inteligencia, más conservadores, hablaban en un informe confidencial de "150 de las Farc y 30 del ELN", según contó Semana en 2007. "Todos los días hay que recoger muertos que dejan tendidos en los caminos", le dijo un oficial de inteligencia a la revista.

Según dos líderes sociales y dos periodistas que vivieron esa época, el año más difícil fue 2008.

Un reportaje de Verdad Abierta cita las siguientes cifras del Comité Permanente para los Derechos Humanos, Codhes, y la Defensoría del pueblo: 50 líderes sociales fueron asesinados por las guerrillas y mil personas salieron desplazadas tan solo en agosto de 2008.

“Si usted vivía en la vereda tal y allá mandaba el ELN, usted no podía ni asomar la nariz por el pueblo que controlaba las Farc (...) a todos los terminaron identificando como de la una o de la otra guerrilla”, nos dijo un periodista que vivió esa época. 

La guerra acabó tras un esfuerzo grande de la Iglesia católica y las comunidades que quedaron en el medio, quienes lograron la intermediación de los mandos nacionales de ambas guerrillas. Finalmente, llegaron a un acuerdo de no agresión en el que establecieron normas de convivencia que hasta el proceso de reincorporación de las Farc se cumplió. 

Como contamos en esta historia, tras el proceso de paz, los combatientes de las extintas Farc que se rearmaron en la zona y volvieron a delinquir con el respaldo de la disidencia de Gentil Duarte, bajo el nombre del frente décimo Martín Villa, revivieron el acuerdo de no agresión con el ELN. 

En medio de eso, coordinaron que usarían las rutas ilegales hacia Venezuela para asuntos distintos: las disidencias de las Farc para el narcotráfico y el ELN para el contrabando. 

Eso venía cumpliéndose hasta este año. El cambio está marcado por el hecho de que las disidencias de las Farc, que ya han retomado buena parte del control territorial que tenían, empezaron a colonizar nuevas rentas ilegales de la región y por lo mismo, a sentirse y atemorizar más, algo en lo que coincidieron todas las fuentes que consultamos en territorio. 

La crecida

Aunque no se pueden cuantificar porque la mayoría de extorsiones, amenazas o secuestros pasan sin ser denunciados por temor a represalias, las versiones que tenemos coinciden en que las disidencias han intensificado sus acciones en el departamento de Arauca.

Si bien la práctica del secuestro exprés siempre ha existido, ahora es mucho más frecuente, sobre todo en Arauca, Arauquita y Tame. “Eso es cada semana alguien diferente. Cogen desde gente con plata hasta empleados de empresas, como los conductores de transportadoras...se los llevan ocho, quince días y piden el rescate”, nos dijo una de las fuentes, y coincidieron otras tres.

También, una fuente del Ejército y una fuente del ministerio público de la región nos dijeron que hay la percepción de que el narcotráfico por Arauca ha incrementado sustancialmente. 

Al respecto, Jeremy McDermott, co-director de InSight Crime, el medio que mejor cubre el narcotráfico, nos dijo que antes de la pandemia ya tenían información de que la disidencia que comanda Iván Márquez, conocida como la Segunda Marquetalia, estableció su centro de operaciones en Apure y el control de pistas de aterrizaje para narcotráfico. 

Si bien la disidencia del frente décimo Martín Villa de Arauca y la de Márquez no trabajan coordinadas, que haya dos grupos manejando redes de droga en la región, podría explicar el aumento de tránsito de droga en el departamento que, como contamos más arriba, es controlado por las disidencias.    

Similar es la percepción de que las disidencias de las Farc han aumentado las “vacunas”, que son los cobros ilegales que periódicamente les hacen a comerciantes, ganaderos y transportadores y que ellos llaman impuesto de guerra.

Ese tipo de extorsión también lo hace el ELN y entre los acuerdos está que cada grupo tiene zonas diferentes de cobro, para no terminar cobrándole doble a la gente. 

Sin embargo, tal y como nos contó Kyle Johnson, investigador y cofundador de la fundación Conflict Responses, así como otras dos fuentes en terreno que prefirieron no ser citadas por seguridad, hay reportes de casos en los que las disidencias de las Farc han entrado a cobrar en zonas donde supuestamente le corresponde al ELN.  

Justamente al respecto de esa incursión de las disidencias en zonas del ELN, nos hablaron dos periodistas y dos fuentes del ministerio público. Según ellos, eso se está dando sobre todo en algunas veredas de Arauquita y Arauca, que colindan con zonas venezolanas como La Victoria, El Amparo y el Nula.

Todo eso ha hecho que hasta la comunidad le haya puesto quejas al ELN. Pero hay otro hecho que da cuenta de la crecida de las disidencias y que sí le pega directamente a los intereses económicos del ELN.  

Dos defensores de derechos humanos y un periodista que se mueven en la zona fronteriza, nos dijeron que las disidencias están entrando en el negocio del contrabando de gasolina, cobrando por el paso desde Colombia hacia Venezuela, porque en ese país está escaseando. Y esa renta ilegal ha sido tradicionalmente controlada por el ELN de ambos lados de la frontera.

Nuestras fuentes le atribuyen esa crecida del accionar delictivo de las disidencias a alias Ferley, el hombre a cargo de las finanzas del frente décimo y con él es que nos aseguran que el ELN tiene problemas. 

“El ELN está mamado del accionar de Ferley concretamente. No hay problema con Arturo (el comandante del frente décimo), sino con Ferley. Pero él es muy poderoso porque es el que maneja toda la plata”, nos dijo una de las fuentes que trabaja en derechos humanos en el territorio. 

Varios medios reportaron que fue precisamente contra las cuadrillas que lidera Ferley que las fuerzas armadas venezolanas arremetieron hace unos días. 

El campanazo

En Arauca la tensión entre las guerrillas es un secreto a voces. Un defensor de derechos humanos que trabaja en la zona nos dijo que hablaron de eso en una reunión de varias ONG que trabajan en la zona. 

“Lo que sabemos es que aún no están enfrentados pero sí empezaron los roces, las disputas. Por ejemplo, nos contaron en Arauquita que algunas personas, más cercanas a una guerrilla, han recibido amenazas de la otra”, nos dijo otra de las fuentes con las que hablamos. 

También, La Silla supo que hace un par de días una de las ocho personerías de la región (no precisamos cual por seguridad) incluso advirtió en un informe que, tras el episodio del operativo de las fuerzas armadas venezolanas, puede haber un enfrentamiento entre las dos guerrillas en su jurisdicción.

Kyle Johnson nos dijo que, dado lo dolorosos que fue esa guerra hace una década, las comunidades, e incluso milicianos y base social de ambas guerrillas se organizarían para protestar en contra de un potencial enfrentamiento. Como su influencia es bastante grande en Arauca, podrían evitar que eso ocurra.

Sin embargo, sí nos mencionó un factor que podría influir en que los acuerdos entre esas guerrillas se debiliten: “En la estructura del ELN hay más autonomía entre los niveles de mando locales y las disidencias son un grupo naciente, muy joven, que no tiene la misma organización que tenían las Farc antes...es más fácil que de parte y parte incumplan”, nos dijo. 

En todo caso, el operativo del lado venezolano, tal y como nos dijo un líder social que se mueve por la frontera “fue un campanazo de guerra para nosotros”. 

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