En el Magdalena: entre más primo… menos me arrimo

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En el Magdalena, sí o sí, Carlos Vives tendrá primo Gobernador.

A lo mejor ni cayó en la cuenta, pero este miércoles el orgullo nacional Carlos Vives protagonizó un episodio que refleja lo que están viviendo hoy muchos magdalenenses.

Ese día el cantante llegó a su natal Santa Marta y, en medio de sus afanes laborales, pasó a saludar a su primo hermano Joaquín José ‘Jota’ Vives, con quien al final se tomó una foto. Más o menos por el mismo rato, se topó por aparte con su también prima hermana Rosa Cotes Vives, e igualmente con ella accedió a hacerse una fotografía. Ambas imágenes comenzaron a rodar casi enseguida en redes sociales.

Carlos Vives con su primo Jota, candidato.
Carlos Vives con su prima Rosa, candidata. Los Vives viven en el curso de unas dos calles en el barrio Bellavista, por eso es común que se encuentren a cada rato.

En el Magdalena están entre la foto con Jota o la foto con Rosa. También primos hermanos entre sí, ellos son las dos opciones frente a las que está este departamento para elegir al próximo gobernador, en reemplazo de uno que también tiene sangre Vives: Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes Habeych, hijo de Álvaro Cotes Vives, sobrino de Rosa y primo segundo de Joaquín José.

Exmagistrado del Consejo Nacional Electoral y excongresista, él va avalado por el Partido Liberal, mientras ella -exprimera dama de Santa Marta y de la Gobernación en la Administración del Mello- tiene el respaldo de Cambio Radical.

Más allá de los partidos, Rosa Cotes representa en concreto los intereses del vicepresidente Germán Vargas Lleras y Jota Vives es muy cercano al expresidente César Gaviria, con quien habla casi todas las semanas para escucharle consejos.

Por ello no es difícil concluir que el pulso trasciende lo local y tendrá efectos en las presidenciales de 2018, en las que Vargas es un candidato cantado y también podría jugar Simón Gaviria, director de Planeación Nacional e hijo del exprimer mandatario.   

Como lo ha contado La Silla, la llamada Rosa del Magdalena es la carta que escogió el grupo del Mello y su papá Álvaro (conocido como ‘el Conejo’) para intentar conservar el poder. Hace cuatro años y en medio de ruidos por malas compañías, ellos llegaron a la Gobernación por firmas, pero se convirtieron al vargasllerismo, y al partido de éste, vía el jefe de Cambio Radical en el Caribe: el exalcalde barranquillero Álex Char.

En un principio iban solos, sin la coalición que ayudó a elegir al Mello (en la que estuvieron, entre otros, los excongresistas Jorge Caballero y Alfonso Campo, ambos condenados por parapolítica).

A Rosa Cotes le entregó el aval el mismísimo cacique del Atlántico, que ha financiado las campañas de Vargas Lleras, Fuad Char.
Alfonso Vives, director de El Informador, fue anunciado en el Instagram de Rosa como otro apoyo para ella.
Jota Vives fue avalado por los rojos, a principios de mes.

Pero en febrero pasado, luego de que esos excongresistas y otros (como Miguel Pinedo y Luis Eduardo Vives, también condenados por parapolítica) hicieran un cónclave para elegir un aspirante que enfrentara a Rosa, el Gobernador repartió cuotas burocráticas, selló alianzas con todos ellos y desarmó la eventual competencia.

Con las estructuras de estos caciques que antes se habían enfrentado entre sí y el poder de la Gobernación detrás, sin tener mayor trayectoria política, Rosa parecía entonces una candidata imparable.

Sin embargo, a mediados de junio el Mello cambió de opinión: pidió la renuncia protocolaria a todo su gabinete para poder romper la recién lograda coalición, aceptando la salida de los funcionarios que representaban a los caciques. Dos personas que conocen por dentro el movimiento del mandatario, nos dijeron que lo hizo porque considera que cuenta con los votos para que su candidata llegue sin necesidad de unirse con esos grupos y tener que compartir el poder después.

En una movida que no sorprende, los excongresistas retomaron su idea de montarle competencia a los Cotes y le dieron el impulso final a la aspiración -que venía sonando sin cuajar del todo- de Jota Vives, quien recibió el aval liberal a principios de este mes.

Así es como hoy terminaron enfrentados por el timón del Magdalena, no sólo unos primos y Vargas Lleras con el liberalismo, sino el poder de una Gobernación Vs la maquinaria de unos barones profesionales de la política que llevan décadas buscando votos, y cuyo poder se mantiene vigente -aunque diezmado- a pesar de sus condenas.

De esos caciques, el primero que se le fue al Mello, sin esperar siquiera que le aceptaran la renuncia a su cuota (Mónica Villalobos, quien dirigía la oficina de Gestión de Proyectos y renunció irrevocablemente cuando el Gobernador pidió las renuncias protocolarias), fue el exsenador Luis Eduardo Vives.

Un Vives que ya se había enfrentado con el grupo de los Conejos (como le llaman al papá del Mello y al tío de éste, Luis Miguel Cotes Vives) hace cuatro años, cuando el primero apoyó a la Gobernación a José Luis Pinedo, el hijo de Miguel Pinedo.

Luis Eduardo Vives hijo, Carlos Vives y el exsenador Luis Eduardo Vives.
El director de El Informador junto a Luis Eduardo Vives hijo, quien aspirará a la Asamblea en el liberalismo.

Y un Vives que, pariente de Rosa Cotes Vives y de Jota Vives, representa a una de las dos ramas sobre las que se ha proyectado esta familia que ha hecho política en el Magdalena desde hace 70 años.

Las dos ramas son la descendencia -que ha estado por épocas unida y en otras enfrentada- de los hermanos Rodrigo y Pepe Vives de Andreis.

Del ala de Rodrigo (concejal, alcalde, representante, senador y gran amigo del expresidente Eduardo Santos) nacieron entre otros el patriarca liberal del Magdalena Nacho Vives y Rodrigo, Luis y Elenita, los padres de los primos de las fotos del miércoles, respectivamente: Joaquín José, Rosa y Carlos Vives.

Del ala de Pepe (fundador en el 58 del periódico El Informador, de un banco bananero en la época de la bonanza, gobernador y empresario y terrateniente acaudalado) se cuentan entre ocho hijos al excongresista Edgardo Vives y a Pepe Vives, el padre del exsenador Luis Eduardo Vives. Este grupo político apoya a Jota Vives y al hijo de Luis Eduardo, quien lleva el mismo nombre, a la Asamblea.

Luego de la condena por parapolítica de este excongresista, esta parte de los Vives había disminuido su poder: su última Alcaldía de Santa Marta la tuvieron en 2001, llevan nueve años fuera del Congreso y se quemaron dos veces seguidas al Senado (en cabeza de Raúl Vives, hermano de Luis Eduardo).

La ramificación del viejo Rodrigo Vives de Andreis, también apenas si ha hecho presencia en lo público en los últimos años con Jota Vives (quien fue congresista, pero se quemó en 2006 en un intento por reelegirse) como magistrado del CNE y Juan Carlos Vives Menotti (exgobernador, hijo de Nacho Vives) como director de Estupefacientes en el segundo Gobierno Uribe.

Su asiento en el poder durante este cuatrienio corrió por cuenta de los Conejos y su hermana Rosa, quienes sin embargo armaron un grupo político aparte desde hace muchos años que incluso enfrentó en una ocasión las aspiraciones de Juan Carlos Vives Menotti, aunque en otras lo apoyó.

Ese grupo, después de varios intentos fallidos, ganó en 2003 la Alcaldía de Santa Marta en cabeza de José Francisco ‘Chico’ Zúñiga, el esposo de Rosa Cotes. En 2009, él fue condenado luego de que confesara haberse aliado con paramilitares para que lo apoyaran en esa elección. Los Conejos aparecen mencionados en el “computador de Jorge 40” como presuntos autores de una extorsión por un contrato en esa Administración.

Ahora quieren repetir Gobernación y en su intento les ha salido un Vives. El enfrentamiento entre primos, aunque nunca se había visto, no ha causado mayor sorpresa en un departamento tradicionalmente dominado por castas familiares.

Habrá que ver si los magdalenenses le premian la gestión al Gobernador o eligen a la gran coalición en su contra.

En poco más de tres meses se sabrá a cuál de los dos primos hermanos le cayó la gota fría.

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