Estamos Listas: la estrategia feminista para cambiar la política

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El movimiento político quiere impulsar una candidatura presidencial feminista y una lista de mujeres diversas al Senado en 2022.

La estrategia lanzada por Estamos Listas inaugura una disrupción en la política nacional que, a partir del discurso de género como plataforma electoral, les plantea a los partidos tradicionales preguntas a las que no están acostumbrados.

Ayer varios movimientos de mujeres se reunieron en Honda, Tolima, en la Convención Nacional Feminista para impulsar las candidaturas a la Presidencia de Francia Márquez y Ángela María Robledo. Alrededor de 100 mujeres asistieron al evento y cerca de tres mil se conectaron desde 27 países y todos los departamentos de Colombia. 

El evento fue convocado por Estamos Listas y hace parte de su estrategia para ser un movimiento político nacional. Esto incluye impulsar candidaturas feministas a la Presidencia en 2022 y una lista al Senado conformada en su mayoría por mujeres.

El anuncio de convocatoria lo hicieron el 8 de marzo, después de una asamblea del movimiento en Medellín, donde nació y tienen gran parte de su fuerza. 

Como contamos, Estamos Listas surgió como una iniciativa de varias mujeres de Medellín para impulsar una candidatura colectiva al Concejo. Construyeron una estrategia que les permitió sumar mujeres al movimiento, autofinanciar la campaña y renovar la política paisa con personas que nunca habían ocupado cargos públicos ni habían participado en elecciones. 

Y buena parte de ese modelo, que les permitió obtener 28 mil votos y una curul en el Concejo, va a trasladarse al escenario nacional para alcanzar por lo menos una curul en el Senado. 

La lista del movimiento se llama Juntas por la Igualdad, será cerrada y estará conformada en un 60 por ciento por mujeres diversas y de todas las regiones del país, así: 

* 20 por ciento: mujeres provenientes de departamentos subrepresentados en las elecciones legislativas de 2018, como Guainía, Vaupés, Amazonas, Putumayo, Caquetá, Guajira, Quindío, San Andrés, Vichada y Arauca.

* 20 por ciento: mujeres afrodescendientes. 

* 20 por ciento: mujeres lesbianas, mujeres trans, hombres trans e intersexuales.

* 40 por ciento: mujeres que no se inscriben en esas categorías y que ocuparán los últimos puestos de la lista.

Sobre la posible participación de hombres, Doris Gómez, jefe de prensa del movimiento, explicó que “estamos a la espera de un pronunciamiento de la Corte Constitucional frente a la ley de paridad”.

Las aspirantes no pueden haber sido candidatas con otros partidos o movimientos en las elecciones de 2018, ni haber ocupado cargos de elección popular. Deberán contar con el aval de por lo menos 50 mujeres de su departamento inscritas al movimiento y serán elegidas por medio de una votación interna de Estamos Listas el 12 de octubre. 

Pero no solo la conformación de la lista es novedosa, también la estrategia para financiar la campaña de sus candidatas.  

Como no están dispuestas a hacer coaliciones con otros partidos, sino que irán por firmas, el movimiento les garantizará los recursos a todas las candidatas por igual. 

Utilizarán parte de la misma estrategia que les funcionó en Medellín en 2019, que consiste en que cada nueva integrante del movimiento deberá aportar 20 mil pesos cuando haga su inscripción. También obtendrán recursos por la venta de pañoletas, camisetas y otros productos que llevan inscrita la buha que las representa. También recibirán donaciones de personas, que no sean empresarios o representantes de gremios económicos. 

“Aún no está construida la propuesta de financiación a cabalidad, pero el punto central es que por supuesto será autofinanciada para garantizar nuestra independencia política y económica”, explicó Milena Trujillo, integrante de la Concejalía Colectiva en Medellín. 

Con esa apuesta, el movimiento quiere enfrentar la subrepresentación enorme de las mujeres en los órganos de poder. 

La subrepresentación

En las elecciones legislativas pasadas las mujeres alcanzaron menos del 20 por ciento del total de curules en el Congreso. Y aunque en las elecciones locales de 2019 más mujeres llegaron a los concejos en comparación con las elecciones de 2015, su participación aún es limitada

Solo 168 mujeres alcanzaron curules en las asambleas y concejos de las ciudades capitales.

En promedio, un concejo colombiano tiene solamente 18 % de mujeres y hoy hay 160 concejos (15 % del total) donde no hay una sola mujer concejal, como lo muestra en esta entrada de La Silla Llena Sandra Botero.

 

También quieren proponer una agenda que trabaje por los derechos de las mujeres. Y para lograr ese objetivo, definieron un manifesto feminista de seis puntos. Incluye “robustecer al Estado como primer cuidador”, hacer oposición a la agenda antiderechos en temas como la autodeterminación del cuerpo de las mujeres y la construcción de paz. 

La idea es que tanto Ángela María Robledo como Francia Márquez, cuyas candidaturas feministas apoyarán sin darles el aval y que ayer asistieron a la Convención Nacional Feminista, impulsen los puntos del manifiesto dentro de las coaliciones de las que hacen parte. Robledo en la Coalición de la Esperanza y Márquez en el Pacto Histórico. 

Trujillo dijo que en el movimiento “nos soñamos una foto de ellas dos juntas avanzando”. Pero por ahora tendrán que impulsar dos candidaturas independientes en dos coaliciones que, como contamos, no están dispuestas a hacer alianza para la primera vuelta. 

“En Estamos Listas son tan audaces que lo van a lograr. Yo voy a acompañar y apoyar ese proceso desde la distancia. Pero está abierto el camino", dijo Robledo.

La disrupción de Estamos Listas

Como explica la profesora de ciencia política de la Universidad del Rosario Sandra Botero, las mujeres enfrentan barreras internas y externas para participar en política.  

Por un lado, dudan de su capacidad de participar en política mucho más que los hombres porque -con excepciones- temen más a la exposición pública; enfrentan niveles más altos de abuso y misoginia, y les implica un sacrificio personal a veces más exigente porque, como el resto de mujeres, asumen un mayor peso de la vida doméstica de sus hogares.

También hay barreras externas. “Están las barreras de una cultura que cree que no son capaces o que las minimiza”, dice Botero. “También, de lidiar con los horarios y conciliarlos con la maternidad. Además, de barreras reales de financiación, pues en principio quienes tienen más experiencia tienen mayor capacidad de acceder a plata”.

 

Todas estas barreras hacen que, como contó La Silla Vacía, incluso si cambian las leyes para que haya una paridad en las listas al Congreso los partidos terminan metiendo mujeres de “relleno” y las reglas de juego de la política tradicional crean desincentivos para que las mujeres se lancen en una elección.

Porque la política suele hacerse cuando la gente “normal” descansa, como por las noches cuando sesiona el Congreso, o los fines de semana cuando la gente está más dispuesta a ser persuadida de dar su voto.

Porque la política es una actividad física. Las correrías políticas implican que la gente toca, manosea, se abraza, ofrece trago, y eso les cuesta más trabajo a las mujeres. Porque muchos acuerdos políticos se hacen en los saunas (de hombres), en los campos de golf y alrededor de una botella de whisky.

Y porque normalmente los financiadores de campañas son hombres, que suelen invertir en un candidato esperando que gane.

“Como es un problema estructural, iniciativas como estas de Estamos Listas son valiosas porque requieren mujeres que entren al ruedo, que ganen experiencia”, dice Botero. “Generan un pool de mujeres que se encuentran, que generan redes, que logran financiación porque es más barato conseguirla si lo haces en combo”.

Dadas las reglas que se han autoimpuesto, a Estamos Listas les quedará más difícil ganar curules, puesto que le apuestan a candidatas que no tengan ya maquinarias propias ni trayectoria electoral. Además privilegian a las que vienen de grupos marginados, ya sea geográficamente o por su orientación sexual. 

Encima, van con listas cerradas, que les dan fuerza al movimiento y a sus ideales más que a los influenciadores de redes o a figuras visibles, como están haciendo partidos como el Centro Democrático y los del Pacto Histórico de Gustavo Petro.

Pero al hacerlo así, más difícil pero consecuente con una ética feminista, Estamos Listas les pone un espejo a las prácticas más autoritarias, poco incluyentes y democráticas de los partidos tradicionales. Desde cómo asignan los avales hasta cómo distribuyen los recursos entre sus candidatos.

Un cuestionamiento desde la perspectiva de género que ya comienza a costarles a otros movimientos, como el de la Colombia Humana.

Y al hacerlo, posiblemente logren atraer a las mujeres que los partidos necesitarán desesperadamente en el 2022. No solo para cumplir con las cuotas de las listas paritarias sino para contar con sus votos.

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