-
La ausencia de los liberales en la reunión que convocó el Presidente puede hacer que la relación vuelva a arrancar con el pie izquierdo.
-
El jefe liberal decidió sin consultar con los congresistas
Gaviria pone de para arriba estrategia de Duque en el Congreso
La decisión de anoche del Partido Liberal, encabezado por el expresidente César Gaviria, de no asistir a la reunión a la que los invitó el presidente Iván Duque para organizar una agenda programática, pone en riesgo la estrategia de éste para mejorar su relación con el Congreso.
Eso porque las reuniones clave para Duque son las de los dos partidos independientes, el Liberal y Cambio Radical, que son los votos que necesita para armar mayorías en el Congreso en un semestre pre electoral en el que se debatirán su Plan de Desarrollo y la Reforma Política en la que quieren que se apruebe la lista cerrada.
Por eso, el mensaje político de que los liberales ni siquiera se sientan con él, es un inicio muy negativo, que no compensa la foto con los conservadores que ya fueron aliados incondicionales el semestre pasado.
Con el pie izquierdo
Después de un balance legislativo negativo en casi todo su primer período legislativo, el Gobierno aprovechó las últimas semanas de sesiones en diciembre para dejar el mensaje de que está dispuesto a llegar a acuerdos con las bancadas.
Esa idea, que encaja con la propuesta de Duque de lograr pactos nacionales -que aunque ha perdido protagonismo, sigue siendo parte de su ADN-, aterrizó con el llamado a las bancadas a reunirse esta semana para organizar una agenda programática.
Lograr acuerdos con el uribismo, los cristianos y los conservadores pintaba fácil de entrada, pues esos partidos han sido decididamente gobiernistas y Duque les ha dado algo de juego burocrático, como hemos contado. Incluso con La U, que se declaró gobiernista, la negociación parece relativamente sencilla.
Pero como todas esas bancadas no le dan mayorías, para Duque las reuniones clave eran la de Cambio y la de los liberales.
Con los rojos, que tienen la bancada más grande de la Cámara (35 de los 280 representantes) y una importante en Senado (14 de los 106 senadores), sumarían 120 votos en la primera y 66 en la segunda.
Y todo pintaba auspicioso, pues los liberales se habían acercado al Gobierno después de que éste avaló el proyecto para crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología, bandera liberal, a cambio de que los rojos aprobaran la conciliación de la reforma política.
Por eso, la negativa pública a sentarse es un golpe directo a Duque, que quedaría dependiendo de negociar con Cambio Radical para lograr un buen desempeño en el Congreso que quite ese obstáculo para lograr buenos resultados económicos.
Según dos congresistas liberales, el problema empieza en que nunca se sintieron invitados por el Gobierno, pues no hubo una invitación formal del Presidente, algo que ya habían argumentado hace seis meses cuando decidieron declararse independientes porque según Gaviria, la ministra al hablar de la coalición de Gobierno no mencionó a los liberales, cuando ellos se sentían parte de él.
Que eso los toca se notó porque hace apenas dos semanas sí estuvieron en la reunión de bancadas que convocó personalmente la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, quien le confirmó a La Silla que llamó a Gaviria, para leer un comunicado conjunto rechazando el carrobomba del ELN en la Escuela de Guerra.
Además, quedan dos problemas de fondo.
Uno, que contamos, es que los liberales están interesados en algo más que un acuerdo legislativo: quieren representación política.
Otro, que varios de ellos sienten que decisiones como la de nombrar a Darío Acevedo en Memoria Histórica van en contravía de la que ha sido su bandera los últimos años, que es el Acuerdo de Paz con las Farc.
Sin embargo, esa mala noticia para Duque no es definitiva, porque está en veremos si todo el partido le dará la espalda.
Una bancada junta pero no revuelta
La decisión de Gaviria tomó por sorpresa a varios congresistas liberales.
Según cinco representantes a la Cámara y un senador liberales, el presidente del Partido solo consultó la decisión con unos senadores, lo que tiene molesto a algunos congresistas que sí querían sentarse con el Gobierno.
Según las seis fuentes, eso refleja también una división entre la bancada de Senado y la de Cámara, que se ha ido alejando de Gaviria que nunca se reúne con las dos bancadas al tiempo, a solicitud de los senadores.
Eso porque en una votación entre todos, los senadores no lograrían armar mayoría. “Si a la Cámara le da por aliarse, nosotros perdemos en cualquier decisión”, le explicó a La Silla un senador liberal.
“Muchos quedaron inconformes con la forma como se tomó la decisión y como fue notificada”, le explicó a La Silla el representante liberal quindiano Luciano Grisales.
Sin embargo, tampoco hay unanimismo entre los representantes.
Por ejemplo, el presidente liberal de la Cámara, el nortesantandereano Alejandro Carlos Chacón se mostró de acuerdo con la decisión de Gaviria, según nos contó un representante liberal que lo leyó en el chat colectivo de Whatsapp de los representantes liberales.
En todo caso, la mayoría de la bancada de la Cámara acordó enviar una carta a Gaviria para exigirle que convoque a una reunión este el jueves en la mañana, y les explique por qué tomó sin ellos la decisión de no asistir a la reunión con Duque.
Todo eso se suma a la noticia de La W de esta mañana, que dice que Gavira no asistió porque en Planeación Nacional llamaron a la Procuraduría para que revisara la gestión de Simón Gaviria, su hijo, en esa entidad.
Es decir, por un interés más familiar que de partido.
Sea eso cierto o no, le da combustible a una molestia que abre la puerta a que los liberales sí terminen sentados con Duque.
De hecho, quieren reunirse todos los representantes a la Cámara para tomar una decisión más consensuada, y algunos hasta ahora están regresando de vacaciones, pues el Congreso arranca oficialmente mañana con la presentación del Plan de Desarrollo.
Para saber si definitivamente Duque arrancó con pie izquierdo, falta también la decisión de Cambio Radical, que se reúne con el ex vicepresidente Germán Vargas mañana para sentar su postura.
Y falta, también, que las reuniones efectivamente busquen acuerdos: la reunión de hoy con los conservadores fue solo para presentarles el Plan Nacional del Desarrollo, según una congresista conservadora.
“Fue una reunión totalmente técnica en la que no hablamos de puestos ni de nada de eso”, dijo, lo que muestra que el Gobierno no quiere hablar el mismo lenguaje que buscan los congresistas liberales.
Por eso, la estrategia más que empezar mal, parece que sencillamente no ha comenzado.