Gina le agua el voto cristiano al Gobierno

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La polémica de los manuales de convivencia le puede estar sirviendo en bandeja de plata los votos cristianos al NO. 

La polémica a raíz de la revisión de los manuales de convivencia en temas de sexualidad (que es obligatoria por un fallo de la Corte Constitucional) y que ha provocado hoy decenas de marchas lideradas por pastores cristianos, la Iglesia Católica y padres de familia, en contra de la ministra de Educación, Gina Parody, puede tener un coletazo para el plebiscito porque el Sí y el No también se jugará en el terreno de la fe. 

 

Y es que si dicen que la fe mueve montañas, en el plebiscito, que se definirá en una campaña en las que las emociones juegan un papel central y en la que la gente buscará el consejo de la gente en la que cree, el rol que asuman las iglesias, particularmente las evangélicas, va a ser decisivo: en el país hay alrededor de 11 millones de cristianos, que podrían decidir la votación final.

Como el uribismo lo sabe, ya se sumó a ellas explotando el episodio de los manuales de Gina como una razón más para irse por el No en el plebiscito.

Álvaro Uribe arranca con el terreno abonado, porque además tiene en sus filas a una de las iglesias más grandes. En cambio el Gobierno, aunque empezó a convocar reuniones con líderes religiosos para sumarlos a su causa, la tiene cuesta arriba por la molestia de muchas personas religiosas con Parody.

Las movidas

El expresidente empezó a cortejar esos votos desde su cuenta de Twitter, retrinando al pastor que ha asumido la vocería en ese tema.

A él se le han sumado otros miembros del Centro Democrático.

Por ahora el Gobierno no ha reaccionado directamente a eso, pero eso no quiere decir que esté quieto frente al voto cristiano.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, arranca mañana una gira para reunirse con los representantes de las más de 5.800 iglesias diferentes a la Católica que hay registradas en el país. Además de Cristo, estarán delegados de Planeación Nacional en las ciudades hablando con los líderes religiosos.

Si bien el fin oficial de las reuniones es hacer un censo y caracterizar a todas las iglesias, parte de la agenda estará enfocada en el tema de la paz.

Lorena Ríos, coordinadora de asuntos religiosos del Ministerio del Interior, le contó a La Silla que en los encuentros, que arrancarán en Bucaramanga y Cúcuta, tendrán paneles sobre la construcción de paz. Sin embargo, aclaró que es circunstancial que la gira coincida con la campaña por el plebiscito. “Realmente el cronograma estaba planeado para finalizar en agosto, pero por incumplimientos en el cronograma hasta ahora empezamos”.

Esas movidas de los dos lados pueden ayudar a mover no solo los votos de las personas religiosas sino a poner las estructuras de las iglesias, que están presentes en todo el país y tienen un aparato de difusión muy grande, a impulsar el Sí o el No.

De hecho, de los dos lados ya hay iglesias alineadas.

Las que ya están fijas

La Misión Carismática Internacional (MCI) es la iglesia cristiana más grande del país y por lo menos su brazo político ya está con el No.

Si vota alineada, la MCI puede poner entre 100 mil y 150 mil votos y es un bastión uribista al punto de que hoy dos congresistas de Centro Democrático son de esa iglesia: el senador Orlando Castañeda y la representante por Bogotá Esperanza Pinzón.

En 2014 también logró un representante a la Cámara en Santander, Johana Chaves, hija de Esteban Chaves el pastor principal en el departamento. Aunque ella perdió la curul después por doble militancia, la MCI sigue siendo clave para el uribismo en Santander

Y es que esta iglesia es tan del corazón del uribismo que fue en su centro de convenciones (que es una manzana entera en Bogotá) donde el expresidente Álvaro Uribe anunció oficialmente que el partido hará campaña por el No y no por la abstención. También fue allí donde hicieron la convención en la que despacharon a Francisco Santos como candidato a la presidencia en 2014; y donde el Centro Democrático sentó sus bases en una reunión “ideológica” a mediados de ese mismo año.

Chaves le dijo a La Silla, que pese a que en líneas generales le están dando libertad a sus feligreses para votar, los líderes de la Misión Carismática Internacional en Santander están promoviendo el No.

Algo parecido también nos dijo el concejal uribista de Bogotá Diego Devia, que también hace parte de esa Iglesia. Dijo que el tema del plebiscito: “Lo está definiendo más el partido que la Iglesia y sí hay una marcada tendencia por el No, aunque cada quien es libre de votar”.

Fuera de la Misión Carismática, para otros cristianos también pesa el hecho de que la guerrilla los ha perseguido. “Mi voto personal es SÍ. Pero la verdad es que dentro de la comunidad cristiana hay un dolor inmenso porque muchos pastores fueron asesinados por la guerrilla ante el silencio del Estado”, le dijo a La Silla el exsenador cristiano Ricardo Arias.

Pero si el No tiene a las cabezas de la iglesia cristiana más grande de su lado, por el Sí también hay varias.

La lista la encabeza otra de las grandes fuerzas cristianas, la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional. Esa iglesia es hermana del Mira y en los últimos años enfrentó escándalos por cuenta del origen de la fortuna de su líder principal.

Aún con eso a cuestas, el representante a la Cámara por el Mira, Carlos Eduardo Guevara, estima que la base política del partido hoy es de unas 50 mil personas, sobre todo en el Valle del Cauca, Bogotá y Quindío.

Según le dijo a La Silla Guevara, por ahora están en campaña de pedagogía y desde ya están conformando “comités regionales para mover a nuestra base política a favor del Sí.” Eso sí, dijo que harán campaña por su lado, con independencia del Gobierno.

Con el SÍ también hay iglesias más pequeñas.

Por ejemplo, la Iglesia Cristiana Menonita, que agrupa a unas dos mil personas en el país. Según una de sus coordinadoras nacionales, Katherine Torres, “nosotros defendemos el pacifismo y por eso estamos con el SÍ. Porque la guerra es una enfermedad y la voluntad de Dios es la paz”.

Torres le explicó a La Silla que tienen una estrategia doble. Por un lado, están ayudando en la campaña de la ‘La Paz Sí es Contigo’ que promueven sectores de izquierda y lideran entre otros Piedad Córdoba, Iván Cepeda y Alirio Uribe. “Ahí les hemos ayudado con el logo, con el mensaje y como puentes con las comunidades”.

Y por otro lado, están trabajando en encuentros pedagógicos para explicar los acuerdos. A finales de agosto tienen un evento en Urabá y acaban de terminar de dictar un diplomado sobre ‘capacidades locales para la paz’ en Arauca. Duró cinco meses y formó a 42 personas de los siete municipios de ese departamento para que promuevan los acuerdos en las zonas rurales.

Lo del diplomado lo quieren replicar en los siete departamentos en los que esta Iglesia hace presencia, sobre todo en la costa Caribe.

También está la Iglesia Presbiteriana, que influye sobre todo en los seis Colegios Americanos en el país que, como le dijo a La Silla Luis Fernando Sanmiguel, uno de sus delegados, “apoyando también los diálogos con el ELN.”

Los presbiterianos, según él, están con el Frente Amplio por la Paz, que reúne a varios sectores de izquierda a favor del proceso de paz y también tienen vínculos con el Congreso de los Pueblos, Marcha Patriótica y la Cumbre Agraria.

Entre el SÍ y el NO

Mientras esas iglesias ya están jugadas, muchas otras no. Empezando por la Católica.

Para la Iglesia Católica lo que debe primar, por encima del Sí o el No, es votar a conciencia.

La posición la dejaron clara hace un mes en Bogotá, cuando se reunieron todos los obispos en la Conferencia Episcopal. A su salida, monseñor Luis Augusto Castro, su presidente, llamó a los colombianos a que voten, pero no dijo en qué sentido. “Si hay consulta por los acuerdos de La Habana, voten”, dijo.

“Nosotros invitamos a que cada quien desde su libertad y responsabilidad vote y para eso nuestra tarea es dar a conocer los acuerdos”, le explicó a La Silla el monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, que dirige hace más de quince años Pastoral Social, el brazo social de la Iglesia Católica en las regiones, y que tiene presencia en casi todos los municipios del país.

La idea de la Pastoral es dar a conocer los acuerdos, punto por punto, en las 76 diócesis que hay en el país para que los obispos enteren a sus párrocos y así se expliquen los acuerdos en cadena, “para que la gente vote informada”, dice el monseñor Henao.

Sin embargo, al haber optado por una posición neutral frente al plebiscito y no haberse ido con el Sí en aras del perdón y la reconciliación, máxime en una institución que ha jugado un papel clave en los últimos años como facilitadora de la salida negociada y de apoyo a las víctimas, es una pérdida para la campaña oficial del Gobierno pues la Iglesia es una máquina de difusión enorme, porque si algo tienen los pueblos en Colombia son párrocos.

De lado de las iglesias cristianas su principal lugar de encuentro, el Consejo Evangélico Colombiano, (Cedecol) no tomó partido en la contienda del plebiscito.

Su decisión no era menor: agrupa alrededor de 4 de las 5 mil iglesias cristianas que hay en todo el país que, según un censo interno, suma a 7 millones de cristianos.

Su máximo líder, el pastor Edgar Castaño Díaz, le dijo a La Silla que la posición oficial es mantenerse neutrales. “Lo que le estamos diciendo a todos los líderes es que apoyen, que se informen para que de acuerdo a lo que consideren voten sí o no”, explicó.

De esa gran confederación de iglesias cristianas hacen parte comunidades como Casa Sobre la Roca y Avivamiento, dos de las más grandes en el país.

La primera es la misma de la exfiscal general y ahora senadora liberal, Viviane Morales, una de las abanderadas de las causas cristianas. Entre ellas el referendo que tiene en el Congreso para que las parejas del mismo sexo no puedan adoptar.

Morales le dijo a La Silla que ella está con el Sí pero que ahora está concentrada en su referendo.

Entre los líderes de Cedecol además hay concejales y diputados. Por ejemplo, Ángela Hernández, la diputada de Santander del Partido de La U que hace unas semanas se volvió famosa por declararse en contra de la inclusión de los derechos de la comunidad Lgbti en los manuales de convivencia escolar y que está liderando una marcha contra esa posibilidad, hace parte de una de las iglesias que está agrupada en esa confederación.

En medio de esas diferencias se plantea además un debate interno. Por ejemplo, pastores cristianos como el concejal de Bogotá, Marco Fidel Ramírez, que en principio debería estar por el Sí, porque su partido -el viejo PIN- se montó en ese bus con Santos, ha trinado en contra del proceso de paz. 

 

Otro de los casos más visibles es el de la diputada santandereana, quien a pesar de ser de La U ha empezado a atacar a Santos directamente en medio de su pelea contra Gina Parody.

En lo que sí están unidos en Cedecol, es en su rechazo a Parody.

 

Esa posición de la principal reunión de iglesias cristianas puede terminar siendo fundamental, porque más allá de lo que digan las iglesias, al final son sus miembros los que votan y para cualquier bando pueden sumar cientos de miles de votos. Y el revuelo contra Gina Parody puede llevar a sus miembros hacia el No pues está probado que muchas veces el voto final en el plebiscito está influido por cuestiones distintas a la misma pregunta sobre la que se vota. 

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