Iván Duque y el uribismo 2.0 rumbo al 2018

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En las últimas semanas, el senador uribista Iván Duque ha estado de gira en algunas ciudades llevando una propuesta que él llama “Construyendo país”. En un mes, se le ha visto en Bogotá, en Girardot y en Medellín hablando en talleres, dando conferencias, haciendo un llamado “para construir país con ideas” y planeando viajes a muchas más ciudades.

 

En las últimas semanas, el senador uribista Iván Duque ha estado de gira en algunas ciudades llevando una propuesta que él llama “Construyendo país”.

En un mes, se le ha visto en Bogotá, en Girardot y en Medellín hablando en talleres, dando conferencias, haciendo un llamado “para construir país con ideas” y planeando viajes a muchas más ciudades.

Incluso, mientras su partido se ha volcado la última semana a defender al expresidente Uribe tras la captura de su hermano, él ha pedido responder con tranquilidad y reitera la idea de "construir país".

Duque es el congresista que se sienta en la curul al lado del expresidente Álvaro Uribe y  fue quien dirigió la redacción de sus memorias.

También fue quien como director programático de la campaña escribió una parte significativa del programa de gobierno de Óscar Iván Zuluaga cuando se lanzó a la presidencia en 2014.

Es abogado de la Sergio Arboleda pero su fuerte es la economía.  Ahora que el uribismo comienza a orientar su oposición al gobierno desde la agenda económica, se le abre un camino para llegar a la presidencia en 2018 como la carta del uribismo. Así algunos piensen que está muy biche, así haya otros en fila antes que él y así él mismo lo niegue.

“Yo no estoy en campaña. Estoy construyendo partido”, le dijo Duque a La Silla.

Duque,¿presidenciable?

Luego de que el plan de Óscar Iván Zuluaga para armar partido se desplomara tras los resultados de las elecciones de octubre (donde el uribismo sólo logró una gobernación y dos alcaldías de ciudades capitales pero en zonas muy apartadas del país), en el uribismo se ha abierto espacio para que aparezcan nuevos liderazgos.

Eso le ha dado campo a Duque para abanderar una versión del ‘uribismo 2.0’. Uno que le apueste a un nuevo liderazgo, que se conecte más con la gente joven, y que retome el libreto uribista pensando en el futuro, no en los logros de Uribe hace diez años.

 

Un uribismo menos centrado en la pata de la Seguridad Democrática y mas en la de 'confianza inversionista' y si se quiere, un poco menos ideologizado porque, siendo bogotano, él no vivió el conflicto como los paisas de su partido. Y con la ventaja adicional de no estar salpicado por lios judiciales como varios del círculo que gobernó con Uribe.

Con 39 años, Duque viene de “la generación del 14”. Así llaman dentro del partido a los políticos jóvenes como él que llegaron al uribismo en 2014 a conformar la lista cerrada del congreso. 

En ese grupo también están Paloma Valencia, Samuel Hoyos, Federico Hoyos, Paola Holguín y Alfredo Ramos. Pero de ese grupo, él es el que hoy por hoy ven varios en el partido con mas madera para proyectarse en el 2018, quizás no para que gane sino para posicionarse hacia el 2022.

“Iván es una conjugación de cosas. Tiene la trayectoria, tiene la capacidad discursiva, es joven y muy bueno. Alrededor de él se combinan factores que lo perfilan” le dijo el senador del uribismo Ernesto Macías a La Silla.

Otros como José Obdulio Gaviria, de la vieja data uribista, opinan algo parecido. “Es un muy buen personaje. Es una simbiosis entre activismo político y manejo de discurso.”

Según tres fuentes del uribismo consultadas por La Silla el que ha estado detrás de su nombre con miras a las presidenciales del 2018 es el empresario uribista Fabio Echeverry.

Una persona le oyó decir que después de la derrota de Óscar Iván él debía ser el próximo candidato.

"Es un hombre serio, bien formado, con conocimientos sólidos y con todo el potencial para llegar a ser, si él quiere, un gran candidato," dijo Echeverry a La Silla.

De hecho, su hijo, Luigi, es quien le ha estado ayudando a armar los talleres y convocar a los invitados. Por lo que una de las fuentes dijo que él era “su gerente de campaña”, algo que según Duque es falso porque él insiste en que “no hay ninguna campaña para gerenciar”.

Lo que le juega en contra

Desde comienzos del año el congresista se inventó el taller ‘Construyendo País’.

Se trata de una serie de foros por distintas ciudades, en donde la gente plantea un problema de su ciudad o municipio y tres posibles soluciones. Cada invitado se pone un casco, como si fuera un “constructor” y pega el papelito con las soluciones en un mapa de Colombia.

Una estrategia no sólo para darse a conocer, sino para construir una propuesta que le serviría si finalmente decide lanzarse al ruedo de las presidenciales.

Duque se trajo esa idea de Uruguay. Hizo ese taller en Casavalle, en Montevideo, cuando trabajaba en el BID (ahí duró diez años) y  la gente pedía soluciones en salud, cultura y deporte. De ahí montaron el centro ‘Sacude’, que se convirtió en una oferta de esas tres cosas para la comunidad.

Hasta ahora ha hecho cuatro foros de ese tipo. Uno en Girardot, otro en Medellín y un par más en Bogotá en el América Tenis Club y con miembros del Banco Colpatria.

La idea va tan en serio, que La Silla supo que Duque tiene la meta de hacer 200 talleres este año en todo el país y su propuesta ya tiene cuenta propia en twitter, Instagram y Facebook.

El rumor de que su nombre suena para entrar en la baraja de candidatos uribistas para el 2018 se ha esparcido, y ha generado resistencias en un sector de su partido que considera que lanzarse al ruedo ahora es ‘madurarlo biche’.

“Está muy chiquito. Hay muchos haciendo fila desde hace rato como Óscar Iván [Zuluaga], Carlos Holmes, Juan Lozano, Juan Carlos Velez. Ellos se han molido. El único que se ha medido con votos es Óscar Iván [Zuluaga]”, le dijo a La Silla un congresista uribista que pidió no ser citado.

La senadora María del Rosario Guerra agregó que aparte de Iván hay otros liderazgos fuertes dentro del partido. “Yo creo que es bueno tener de donde escoger. Eso demuestra que hemos hecho un buen trabajo y que hay liderazgos como el de Oscar Iván que no han perdido vigencia. Falta ver que pasa de aquí a allá” le dijo a La Silla.

“No lo conoce nadie”, le dijo a La Silla otro congresista del Centro Democrático que también pidió no ser citado.

"Iván encarna todos los pilares del Centro Democrático. Es inteligente y objetivo. Pero es muy joven. Está haciendo la tarea de construir partido", agregó la representante de Bogotá, Tatiana Cabello.  

Duque es novato en la política. La única vez que ha participado en unas elecciones fue en las del Congreso en 2014, en el renglón siete de la lista al senado uribista. Como la mayoría de los demás, ganó por el puesto en el que quedó y no porque la gente supiera quién es.

Y ese puesto lo consiguió porque se ganó la confianza de Uribe, a quien conoció en una comida en Washington en 2001. Un año después, cuando Uribe llegó a la presidencia, le pidió a Iván que lo ayudara desde el Banco Interamericano para el Desarrollo con su política social.

Duque llegó a ser tan de confianza, que cuando Uribe salió de la presidencia se lo llevó como su profesor asistente en Georgetown y ahí, en medio de los seminarios sobre América Latina, fue que nació el nombre de ‘Centro Democrático’.

Sin embargo, en su partido algunos le critican su pasado. Porque mucho antes de trabajar con Uribe, fue asesor de Juan Manuel Santos cuando este era ministro de Hacienda, durante el gobierno de Andrés Pastrana. Y antes de eso también pasó por el Partido Liberal, del que su papá fue militante por muchos años y llegó a ser tesorero del partido y registrador nacional del estado civil entre 1999 y 2002. 

“Algunos lo ven con beneficio de inventario. Él es hecho por Santos [y eso] genera cierta resistencia dentro del partido. Eso juega en contra de él”, agregó el congresista que es de la línea más conservadora del uribismo.

Un año después de la llegada de Santos a la Casa de Nariño, el entonces ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, le ofreció un viceministerio. Y Sergio Díaz Granados, entonces ministro de Comercio, Industria y Turismo le ofreció el mismo cargo en su cartera. Pero Duque se negó a ambos, en parte porque ya en ese entonces comenzaba a tener más afinidad con Uribe.

Ahora no solo es uno de los alfiles del expresidente, sino que además lo ha apoyado en sus críticas frente al proceso de paz. De hecho, desde su cuenta en Twitter ya habla de ‘decirle no’ a las negociaciones aunque no es claro todavía cuál será la posición del uribismo si finalmente hay campaña alrededor de ese mecanismo de refrendación del acuerdo con las Farc.

Pase lo que pase de aquí a 2018, el senador bogotano comienza a perfilarse dentro de las filas uribistas. Pero más allá de sus talleres y de su activismo en el Congreso, Duque tendrá que enfrentarse a pesos pesados que le tienen ventaja. Y lo más importante: ser el elegido de Uribe.

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