La aparición de Corzo en la puja por el Acueducto de Cúcuta

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Senador por el partido Conservador, Juan Manuel Corzo Román

La puja por la inversión de $338 mil millones para la ampliación del acueducto de Cúcuta, en las últimas semanas se convirtió en un caballito de batalla para el senador conservador Juan Manuel Corzo.

La inversión de $338 mil millones para la ampliación del acueducto de Cúcuta, proyecto que busca solucionar el desabastecimiento de agua en tres municipios del área metropolitana, tiene enfrentados a los políticos y a los agricultores de la región, y en las últimas semanas se convirtió en un caballito de batalla para el senador conservador Juan Manuel Corzo, quien terció a favor de los segundos en Twitter.

 

Mientras que en la Alcaldía de Cúcuta y en la Gobernación de Norte de Santander le dieron viabilidad a un proyecto, que mediante la modalidad de bombeo pretende asegurar el suministro de agua en la capital del departamento, en Los Patios y Villa del Rosario; agroindustriales y campesinos aseguran que esa obra, tal y como está concebida, puede ser perjudicial para los cultivos de la zona,y piden que el nuevo acueducto opere por gravedad.

En medio de esa pelea, según las denuncias en la región y las afirmaciones de Corzo en la red social, se estarían moviendo, además de la millonaria inversión, varios intereses políticos en la construcción de ese proyecto.

Bombeo vs gravedad

Tras los derrames de petróleo que se registraron en 2007 y 2011 en el sector de Caño Limón-Coveñas en el río Pamplonita, que es el que abastece de agua a Cúcuta y parte de su área metropolitana, Ecopetrol tuvo que compensar el daño ambiental con el giro de millonarios recursos para ampliar el acueducto en la región. 

Tal y como fue planteado el proyecto, que además cuenta con recursos de la Nación y de la Gobernación, se  construirá un punto de toma de agua en el río Zulia (adicional al del río Pamplonita) y desde ahí se bombeará hacia tres de los municipios del área metropolitana (Cúcuta, Villa del Rosario y Los Patios), para asegurar el abastecimiento de agua constante.

El proyecto además plantea la renovación de la tubería en varios sectores de los municipios, y según proyecciones de la Alcaldía y la Gobernación estaría listo en 2018 debido a que Ecopetrol ya tiene la totalidad del diseño del proyecto y se está avanzando en los trámites ante la Nación.

Según le dijo a La Silla, Francisco Bermont, secretario de agua y saneamiento básico de Norte de Santander, el proyecto fue viabilizado porque las demás alternativas eran más costosas y su construcción tomaría más tiempo.

Sin embargo, una vez se anunció la manera en la que operaría el acueducto, los agricultores de la región sentaron su voz de protesta, porque, según ellos, captar el agua del Zulia disminuiría el caudal del río y los dejaría sin agua para regar sus cultivos.

Bajo ese argumento los productores empezaron a defender la tesis de que la construcción del acueducto sería viable para todos los sectores si se construyera por la modalidad de gravedad, lo que implicaría tomar el agua desde un punto más alto del río Zulia, y con ello revivir el proyecto de Embalse del Cínera, obra que se planteó hace 20 años en Norte de Santander, pero que, según las fuentes con las que habló La Silla para esta historia, por “falta de voluntad política” no ha visto la luz.

Los intereses

En su cuenta de Twitter el pasado 15 de abril Juan Manuel Corzo escribió que el proyecto del Acueducto Metropolitano “va en contra del medio ambiente”, que “tiene intereses corruptos” y que “hay intereses ocultos” detrás de  su construcción.

Si bien el Senador no ha ampliado sus denuncias y de hecho cuando lo consultó La Silla para conocer más detalles de la afirmación prefirió no dar más información y evadió las preguntas relacionadas con corrupción en el proyecto, sí tocó un debate de fondo que desde hace varios meses se viene dando en Norte de Santander.

Cualquiera que maneje la empresa podría dar dádivas y recibir comisiones

Dos políticos del departamento y dos fuentes que han seguido el proyecto del Acueducto Metropolitano de Cúcuta de cerca coinciden en que el interés de construirlo para que funcione por bombeo estaría en que para operarlo se deberá constituir una empresa de servicios públicos en el departamento y ese es un botín que muchos quieren manejar.

“Cualquiera que maneje la empresa podría dar dádivas y recibir comisiones”, dijo una de las fuentes.

De hecho, por la conformación de la empresa ya se han dado las primeras discusiones por la  participación que tendrán en ella los municipios y la Gobernación, debido a que “todos quieren tener una buena tajada en la participación accionaria”, le dijo a La Silla otra de las fuentes.

Mientras que a la Gobernación ya le aprobaron una ordenanza para participar en la constitución de la empresa y en Cúcuta y Los Patios ya se le dio vía libre a los alcaldes, aún falta que en Villa del Rosario se autorice al mandatario, Pepe Ruíz Paredes, a quien no le habían dado la facultad porque los concejales tenían dudas sobre cuál sería la participación de ese municipio.

Aunque la empresa está planteada para que inicialmente solo se encargue de la infraestructura, dentro de las proyecciones está que se convierta en el operador del área metropolitana.

En el otro lado, según las denuncias, el Embalse del Cínera no ha tenido acogida en el sector político de Norte de Santander, porque la opción para ejecutarlo está en una alianza con un privado, y eso de entrada les quitaría a los sectores políticos la capacidad de tener injerencia en el manejo de los recursos, la contratación y el personal de la operación.

El argumento de quienes defienden el embalse para hacer esa afirmación está en que en 2012 las empresas Grupo Roca S.A. y Canadian Commercial Corporation les propusieron una alianza público privada a la Alcaldía de Cúcuta, a la Gobernación de Norte de Santander y a la Cámara de Comercio, para ejecutar el proyecto pero nunca se avanzó.

La versión que le dieron a La Silla desde la Gobernación de Norte de Santander sobre la priorización del acueducto por bombeo, sobre el de gravedad (que propone el Cínera) estuvo relacionada con que los estudios no estaban actualizados.

Al ser consultado sobre esa versión, Rafael Delgado, ingeniero civil que fue contratista de Roca el cuatrienio pasado, aseguró que contrario a lo que aseguran en la Gobernación, los estudios de ese proyecto sí fueron actualizados en 2015. “Nosotros nos encargamos de la estructuración financiera del proyecto y realizamos los estudios necesarios como para entrar a la etapa de diseño”, le dijo a La Silla.

En defensa de la Gobernación, el secretario de Agua y Saneamiento Básico del departamento, Francisco Bermont, dijo que tal y como está contemplado el acueducto por bombeo, no es excluyente del Cínera y aseguró que en el Plan de Desarrollo de este cuatrienio para Norte de Santander se incluyó el embalse.

¿La pesca política de Corzo?

En medio de ese tire de afloje, el tweet que envió Corzo fue leído más como una movida de oportunismo político que como un pronunciamiento de fondo sobre la disputa.

Soy un político de vocación y mis afirmaciones no tienen otro fin diferente al de defender el futuro de las nuevas generaciones

Juan Manuel Corzo

Lo particular del activismo de Corzo está en que aunque, según le dijo a La Silla, ha “trabajado arduamente por el Cínera” y “hemos hecho manifestaciones de por qué no se debe implementar el acueducto por bombeo y sí por gravedad”; líderes del proyecto no lo reconocen como un vocero e incluso se declararon sorprendidos por las afirmaciones del senador a través de la red social.

Tres fuentes -dos políticos y un periodista- que hablaron con La Silla para esta historia, coincidieron en señalar que los tweets son una manera de figurar del senador debido a que en las elecciones de 2015 perdió en varias de sus apuestas en el departamento, y a finales de ese año también se quedó sin el que era considerado su principal fortín político: Corponor, que como lo contó La Silla pasó a manos del exgobernador Édgar Díaz.

Corzo, por su parte, negó que eso fuera cierto y le dijo a La Silla: “Soy un político de vocación y mis afirmaciones no tienen otro fin diferente al de defender el futuro de las nuevas generaciones pues el proyecto no se ha socializado ni tiene justificación técnica”.

Habrá que ver si la pesca de Corzo inclina de alguna manera la balanza en la disputa o si se queda en el aire.  

 

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