La calibrada del condenado Ramiro al Concejo

Silla Santandereana

El alcalde de Cúcuta, César Rojas, y los concejales de la ciudad. Foto: redes sociales.

La puja por la mesa directiva del Concejo de Cúcuta la zanjó el exalcalde desde la cárcel.  

Aunque durante la semana pasada las mayorías en el Concejo se reacomodaron en un intento por contrarrestar el dominio que tiene sobre esa corporación el exalcalde de Cúcuta, Ramiro Suárez Corzo, el controvertido exmandatario movió sus fichas y logró mantener el status quo a su favor.

Seis fuentes, cuatro de adentro del Concejo y dos que lo conocen de cerca, le contaron a La Silla que desde La Picota, donde Suárez está recluido por el asesinato a un abogado, fue el motor de la desbaratada de la alianza de 11 concejales para poner la presidencia de la mesa directiva el próximo año y de paso recalibró los pesos en la balanza.

Sucedió así: entre el viernes y sábado pasado, Ramiro Suárez movió sus influencias entre los concejales y congresistas de su cuerda para que cuatro de los once concejales que estaban en contra del candidato de su bloque, el conservador Juan Felipe Corzo, hijo del senador Juan Manuel Corzo, cambiaran de bando.

A La Silla no le dieron los detalles de qué pasó a puerta cerrada, pero los primeros que recalibró fueron a Oswaldo Rincón de Alianza Verde y a Carlos Abreo de Opción Ciudadana.

“Oswaldo siempre ha sido del grupo de ellos, estuvo con nosotros una semana (...) y allá también le ofrecieron la segunda vicepresidencia (...) y Abreo es del partido del Alcalde, la campaña del Alcalde lo benefició en buena parte (...) era difícil llevarle la contraria a la decisión de su grupo político”, le dijo a La Silla una de esas fuentes. 

Luego fueron los liberales Bachir Corona del Partido Liberal, quien según cinco fuentes, recibió la orden de los Cristo, (el exministro Juan Fernando y el senador Andrés) sus jefes políticos, y Alexander Salazar, quien aunque últimamente ha estado distanciado de ese grupo sigue respondiendo a las directrices de esa línea del partido.

“Les dijeron que cómo así, si el señor de arriba (Suárez) les iba a poner 25 mil votos (...) que cómo iban a estar de pelea con la administración”, le contó a La Silla un concejal de las hoy minorías. En ese mismo sentido, un político cercano al grupo de Ramiro Suárez nos dijo “El Partido Liberal simplemente alineó sus alfiles”. 

Sobre eso Corona dice que aunque recibió el consejo de los Cristo, la decisión fue propia porque esa pelea no era suya. 

Así que ya con las cargas realineadas,  - Suárez sumó 12 de los 19 votos- hizo su primera movida: aplazó la elección de la mesa directiva para asegurar que nadie se voltera debido a que el voto era secreto y como el arreglo había sido a última hora existía el riesgo de que alguno se pudiera voltear.

El elemento conciliador, tal y como lo anticipó La Silla, fue la tercería, que salió al ruedo con el nombre de Nelson Parada de Cambio Radical, quien además de ser muy cercano a la administración, cae bien entre todos los concejales,y si todo sigue como está, será elegido hoy como presidente del Concejo para 2018. 

Pero el intento de independencia no se quedó solo en la puja interna del Concejo, sino que les pasó factura a varios de los que intentaron cambiar las mayorías.

La Opinión contó que el fin de semana hubo un despido masivo en Imsalud, la ESE del municipio, y que varios de los que salieron eran cuotas de los concejales. 

El despido se veía venir dada la crisis que enfrenta esa entidad por las deudas de las EPS, pero un concejal de la coalición a la que Ramiro Suárez le ganó la mano, le dijo a La Silla que en efecto las cuotas suyas y las de varios de sus compañeros estuvieron dentro de las que salieron. 

“Lo que hicieron fue aprovechar el quiebre (financiero de Imsalud) y sacar la gente nuestra”, explicó. 

Así las cosas, Ramiro Suárez vuelve a quedar con sus aliados al frente del Concejo (Juan Felipe Corzo será el primer vicepresidente y Oswaldo Rincón el segundo)  y con una mayoría difícil de superar. Con eso no solo mostró entre los concejales que aún estando en la cárcel no es fácil ganarle la pelea.

Compartir
0