La camisa de once varas que le espera al nuevo gobernador del Valle

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Ubeimar Delgado, el nuevo gobernador del Valle, fue elegido el fin de semana pasado luego de las elecciones atípicas en las que reinó la abstención y el voto en blanco alcanzó poco más del 20 por ciento del total. Ahora su reto principal es recuperar la legitimidad institucion luego de la inestabilidad política y fiscal en la que está sumido el Valle.
 

 


Este fin de semana Ubeimar Delgado fue elegido Gobernador del Valle con menos del 10 por ciento del electorado. El candidato de la Unidad Nacional fue elegido con poco más de 260 mil votos, seguido por el candidato del MIO y el voto en blanco, y superado por una abstención del 84 por ciento. Estas cifras ya tienen a la mayoría del departamento dudando sobre la legitimidad del triunfo de Ubeimar. Ése -que ya es un problema muy grave- es sólo uno de los retos que enfrenta el nuevo gobernador del Valle. Éstos son los más urgentes:

 

Recuperar la legitimidad institucional

Ni la abstención ni el voto en blanco habían logrado antes los efectos políticos que tuvieron en estas elecciones.

El 84 por ciento de abstención dejó claro que hubo un desinterés generalizado en estas elecciones, que se explicaría por tres razones: la primera, una campaña sin debates ni propuestas novedosas que se concentró en “la movilización de maquinarias sin diálogo con la ciudadanía”, como dijo Alejandra Barrios, la directora nacional de la Misión de Observación Electoral (MOE); segundo, la falta de credibilidad institucional entre los electores a raíz de la crisis política y financiera que se viene agudizando desde la gobernación de Juan Carlos Abadía en 2008; y motivos circunstanciales como el hecho de que la campaña duró tan solo un mes y que las votaciones se dieron en festivo y en época de vacaciones.

Esta vez el voto en blanco pesó como nunca antes en una elección. Con más de 132 mil votos fue seis veces mayor en proporción que la votación del candidato del Polo, Carlos González, y menos de 40 mil votos lo separaron de Francined Cano, del MIO, quien quedó de segundo.

Estas cifras, más el intento de fraude que se frustró el sábado en la noche y que hoy tiene a seis funcionarios de la Registraduría detenidos, ya han dado para que en el departamento se hable de la débil legitimidad de la victoria de Ubeimar, quien fue elegido con sólo el ocho por ciento del universo electoral. Con esta situación, el nuevo gobernador tendrá que enfocar sus movidas políticas en recuperar la confianza de la inmensa mayoría que no votó por él y en lograr una paz política en el Valle.

La diferencia en votación entre Ubeimar y Francined Cano fue mucho más alta en comparación de la diferencia que hubo el año pasado entre el ganador Héctor Useche y Jorge Homero Giraldo, a quienes sólo los separaron cuatro mil votos. Aunque esto significaría que Ubeimar podría tener más margen de maniobra, diferentes sectores consultados por La Silla coinciden en que el Gobernador no tiene otra opción que acercarse a los partidos perdedores, lo cual incluye al sector de Abadía y del ex senador Juan Carlos Martínez.

Pero además de lograr una reconciliación con toda la clase política, Ubeimar tiene el reto de que el suyo no sea visto como un gobierno más de transición.

En menos de cinco años, el Valle ha pasado por manos de seis gobernadores diferentes por cuenta de las irregularidades en manejos de recursos públicos por parte de Juan Carlos Abadía y Héctor Fabio Useche, entre las cuales están el detrimento patrimonial de más de 100 mil millones en la Licorera del Valle y el uso de recursos públicos para contrataciones directas de cirugías médicas e incluso para la publicidad de ADN, el partido que Abadía intentó consolidar sin éxito.

 

 

 

La corrupción y el factor Martínez Sinisterra

Dado el historial departamental de irregularidades en la administración de los recursos públicos, recuperar la legitimidad institucional significará un plan de lucha contra la corrupción.

Ubeimar tiene entre sus planes nombrar a un jefe jurídico que haga las veces de zar anticorrupción, y en el tema de la salud pedirá la intervención de la Superintendencia en la Secretaría de Salud y los hospitales de segundo y tercer nivel que dependen de la Gobernación.

Sin embargo, existe una enorme preocupación en el Valle por el papel que el ex senador condenado por parapolítica Juan Carlos Martínez podría jugar en esta lucha contra la corrupción. Como lo contó La Silla Vacía, aunque Francined Cano era el candidato oficial del MIO, el partido de Martínez, se dice que el ex senador ‘puso sus huevos’ en varias canastas, entre ellas la candidatura de Ubeimar.

Por eso, aunque Ubeimar no era el candidato oficial de Martínez, el futuro de su administración sí podría estar ligado a lo que termine de pasar con el ex senador, quien hoy está detenido por supuestos nexos con narcotraficantes. Varias fuentes le dijeron a La Silla que si el ex senador no termina siendo extraditado, el Gobernador posiblemente tendría la presión de los intereses de Martínez además de los de la Unidad Nacional. Y el temor principal es que presiones por parte del ex senador impidan blindar a la Gobernación de la corrupción.

Los nombramientos prometidos a la Unidad Nacional

De las primeras cosas que hizo el recién electo gobernador fue salir a los medios a aclarar que no es cierto que ya tenga secretarías comprometidas ni que entre sus planes esté repartir el departamento “como una finca”.

Pero a pesar de estas declaraciones, en el Valle persiste una preocupación sobre si Ubeimar podrá nombrar a gente calificada y al mismo tiempo balancear la participación de los partidos y congresistas que lo apoyaron.

Aún hay total hermetismo sobre posibles nombramientos y cuotas, y lo único que se sabe hasta el momento es que Ubeimar está revisando hojas de vida y que les pidió a las secretarías y entidades que le entregaran hoy un informe de rendición de cuentas.

La Silla Vacía supo de dos fuentes que el Gobernador probablemente pedirá renuncias protocolarias, y ya se señalan a sectores dentro de la Unidad Nacional que, según dicen, tendrían prioridad en las representaciones dentro de la Gobernación: los conservadores, que en estas elecciones se unieron detrás de un candidato único luego de años de no hacerlo, y los influyentes parlamentarios del Valle Roy Barreras y Dilian Francisca Toro. “A la clase política no la voy a ignorar, porque hay un bloque de senadores, representantes, que yo necesito que me den la mano con el Gobierno Nacional. Yo fui senador y me di cuenta que uno tiene mucho peso en Bogotá para jalonar recursos”, dijo el Gobernador.

 

 

 

 

 

La crisis financiera que tiene al departamento en quiebra

Desde este año el Valle está sometido bajo la Ley 550, con la cual la ex gobernadora encargada Adriana Carabalí Zapata declaró al departamento en quiebra y abrió la puerta para una reestructuración fiscal que, por ahora, dé un respiro frente a los acreedores. Pero el panorama para Ubeimar es complejo.

Uno de sus retos es buscar la recategorización del Valle, es decir, buscar que la Nación suba al departamento de categoría dentro del escalafón que determina el monto de los recursos que se le giran. A raíz de una serie de incumplimiento de pagos y de acuerdos de desempeño, pasó de categoría especial a categoría primera (que es más baja). En consecuencia, prácticamente el único recurso que recibe el departamento son los 828 mil millones de pesos que le entran por regalías, un dinero cuya ejecución ya está generando debate.

Como el departamento se declaró en quiebra, el margen de maniobra tampoco es muy amplio puesto que existe el riesgo de una intervención estatal. Sin embargo, algunos sectores consideran que Ubeimar debe racionalizar los gastos en vez de hacer promesas de inversión, lo cual significa manejar cuidadosamente los recursos de las empresas del departamento (la Licorera, la Beneficiencia, la Lotería y Acuavalle) y priorizar a los acreedores más urgentes. Allí la labor del Gobernador será esencial pues no sólo quedará en sus manos escoger a quiénes se les pagará primero, sino que además debe intentar sanear la enorme carga fiscal que en este momento representan las demandas contra el Valle así como lograr acuerdos y conciliaciones.

Las demandas serán uno de sus mayores dolores de cabeza, pues en este momento el departamento tiene un déficit de 120 mil millones y al mismo tiempo se encuentra en una emergencia judicial por cuenta de más de 760 mil millones de pretensiones en demandas contra el Departamento. Parte de la crisis está focalizada en el problema pensional, pues el Gobierno calcula un pasivo pensional de 10 billones de pesos, cifra que se sale por completo de la capacidad fiscal del Valle.

De todas formas, y a pesar del déficit financiero, el departamento necesita urgentemente ejecutar obras como el tren férreo, dobles calzadas, al menos 10 mil de las 100 mil viviendas que prometió el Gobierno y la renovación del puerto de Buenaventura ahora que entró en vigencia el TLC con EE.UU. En manos de Ubeimar estará que el futuro de estos proyectos no quede en veremos.

 

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