La campaña tempranera a la Alcaldía de Bogotá

Silla Cachaca

Con la definición de las listas al Congreso entraron al sonajero Antonio Navarro, Pacho Santos y Carlos Fernando Galán, y con posturas contrarias a las bancadas de sus partidos en el Concejo.

La definición de listas al Congreso también comenzó a engrosar en Bogotá la lista de posibles aspirantes a la Alcaldía, con Antonio Navarro, Pacho Santos y posiblemente Carlos Fernando Galán. Pero así como los tres han abonado terreno en la ciudad, también enfrentan desde ya desafíos que pueden marcar el destino de esas aspiraciones que se concretarían en dos años.

Navarro, a volver sobre Bogotá

Antonio Navarro, que ya fue alcalde de Pasto y Gobernador de Nariño, entró en el sonajero porque él mismo lo anunció el fin de semana, luego de declinar la posibilidad de buscar la reelección en el Senado, y cuando todavía contaba con que Claudia López iría al Senado.

En redes, de inmediato, tomó postura por hacer un metro subterráneo (contrario al que pretende construir el alcalde Enrique Peñalosa), aunque con tono moderado:

Para llegar al Senado sacó la segunda votación más alta en Bogotá de la Alianza Verde, con 23.500 votos, detrás de Claudia López (que tampoco buscará la reelección en el Senado y se especula que también pueda aspirar a la Alcaldía, aunque dice no estar pensando en eso).

Hasta ahora, sin embargo, desde el Congreso Navarro no ha metido en su agenda los temas de Bogotá.

En 2015 respaldó abiertamente la candidatura de Clara López a la Alcaldía, que iba por el Polo y también era respaldada por el movimiento Progresistas, del entonces alcalde Gustavo Petro, de quien Navarro fue secretario de Gobierno por tres meses.

Esa cercanía con la izquierda hace que pueda tender lazos con dirigentes de ese espectro ideológico, que en la ciudad ha construido una base que rodea los 500 mil votos. Así lo dejó ver Petro:

Pero esos vasos comunicantes con la izquierda (y por ejemplo una postura como aquella sobre el metro) lo pone a chocar de entrada con la mayoría de la bancada verde en el Concejo (cinco de los seis cabildantes), que ha respaldado hasta ahora a Peñalosa.

Podría lograr un respaldo verde de base si la bancada de los verdes en la Cámara por Bogotá mantiene en las legislativas de 2018, como la tiene hoy, una representación de centro-izquierda con la que no tenga que negociar tanto.

Galán, ¿por fuera de Cambio?

Carlos Fernando Galán anunció ayer que no aspirará a la reelección en el Senado y al tiempo mostró que, de nuevo, está peleado con las directivas de su partido (al que, en el pasado, en todo caso no renunció):

Esto debido a que, según conoció La Silla por una fuente muy cercana a él, está en desacuerdo con que el partido haya avalado a políticos cuestionados o herederos de cuestionados, como Juliana Escalante García (sobrina del parapolítico Álvaro García); Richard Aguilar (hijo del parapolítico Hugo Aguilar); Didier Lobo, candidato de la cuestionada casa Gnecco; y Édgar Díaz, exgobernador de Santander recién imputado, por nombrar algunos.

Dos fuentes del primer círculo de Galán nos contaron que aún no toma la decisión de lanzarse de nuevo a la Alcaldía, aunque sí lo contempla.

Lo que no es claro es que si aspira lo haga por Cambio Radical debido a esas diferencias con la dirigencia del partido. Si renuncia, perdería la posibilidad de contar con la bancada de ese partido en el Concejo, que es la más numerosa con nueve integrantes que suman 163 mil votos y, por ejemplo, fue la que le dio el empujón que necesitaba a Peñalosa para volver a ganar.

De todas formas, Galán tiene ya una carrera en Bogotá, primero como concejal y luego como candidato a la Alcaldía en 2011, cuando quedó cuarto con 285 mil votos y perdió con Petro. En 2014 sacó en Bogotá 50 mil de sus 87 mil votos al Senado (fue el senador más votado de Cambio en la ciudad), y en 2015 impulsó a Enrique Peñalosa a lanzarse de nuevo y se ha convertido en su principal escudero en el Congreso.

Y viene haciendo un trabajo de base con su concejal, José David Castellanos, en un proyecto propio en el que no vinculan a Cambio Radical:

Castellanos nos dijo que, más que la creación de un movimiento nuevo, se trata de un programa de formación en liderazgo. Sin embargo, es un ejercicio que puede ir pavimentando poco a poco la candidatura de Galán.

Pacho, por la segunda

Después de quemarse con 327 mil votos en 2015 y quedar de cuarto por debajo de Peñalosa, Rafael Pardo y Clara López, Pacho quiere recargar baterías para volverse a lanzar a la Alcaldía con un partido que para el 2019 tendrá más arraigo en la ciudad.

Después de su derrota, además de asumir como director del Centro Democrático en Bogotá, se ha mantenido activo como opinador sobre la ciudad y Peñalosa:

Y justo el domingo, el mismo día que Navarro anunció su candidatura y en medio del alboroto político por la inscripción de las listas al Congreso (en la de Cámara del CD por Bogotá va su hijo Gabriel Santos), Semana le dedicó una entrevista para que no sólo insistiera en su candidatura, sino para que se fuera con toda contra el metro elevado y el Transmilenio por la Séptima que propone Peñalosa:

Esa posición es contraria a la de la bancada uribista en el Concejo, que aprobó ambos proyectos y, a excepción de la valorización, ha respaldado el gobierno de Peñalosa.

Con ese distanciamiento no sólo tendrá que ganarse a la bancada, sino el espacio como candidato a la Alcaldía, ya que, como nos dijo un concejal, “todo dependerá de resultados de elecciones a Congreso y Presidencia porque ahí van a surgir otros aspirantes”.

Por ejemplo, el concejal Diego Molano, que encabezó la lista del CD, quiere meterse en la puja por esa candidatura. 

Y es que en esas elecciones, más allá del uribismo, volverán a jugar candidatos con mucho interés en Bogotá, como Clara López, Marta Lucía Ramírez y Gustavo Petro. De cómo les vaya depende que pongan sus ojos en el Palacio Liévano.

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