La captura de Hugo Aguilar: un papayazo para Serpa
El sábado cuando el CTI de la Fiscalía capturó al ex gobernador Hugo Aguilar, la primera reacción del coronel fue culpar a gritos al hoy gobernador Horacio Serpa: “Los bandidos y los corruptos siguen libres. Yo soy un hombre inocente, yo le serví a mi país y a mi departamento. Esto tiene un nombre: Horacio Serpa Uribe, uno de los criminales más grandes que tiene este país".
Las declaraciones del coronel en retiro, capturado por orden de la Corte Suprema de Justicia que le sigue una investigación dentro del proceso de la parapolítica, evidencian una disputa política que viene desde hace varios años, pero que hoy tiene un matiz diferente, el de las elecciones para Gobernador de Santander de octubre próximo, en que tanto Serpa como Aguilar buscan que sus ahijados sean los próximos gobernadores.
Por un lado está el candidato de Aguilar que es su propio hijo, Richard Aguilar, recién llegado a Colombia después de dos años y medio como cónsul en Chile. Y por el lado de Serpa está Luis Fernando Cote, quien fue su Secretario de Gobierno y alcalde de Bucaramanga.
Ambos tienen en común la popularidad de sus padrinos, pero también el desconocimiento que hay sobre ellos en la región y su poca pericia en la política. Ninguno de los dos depende de sí mismo para alcanzar la Gobernación y, por eso, la captura de Hugo Aguilar cambia el panorama. Ahora Richard se queda sin padrino y con ello a Cote le podría quedar mucho más fácil ganar.
La popularidad de Aguilar
Hugo Aguilar es uno de los gobernadores más queridos en las provincias de Santander. Su administración, que en muchas cosas trató de imitar a la del ex presidente Álvaro Uribe –a quien es muy cercano–, llegó a casi todos los municipios del departamento. Instauró los consejos comunales departamentales e invirtió en zonas donde nunca había llegado un mandatario.
Él mismo había comenzado su campaña desde el año pasado. El guiño que le dio el ex presidente Uribe apenas terminado su mandato le generó la seguridad de poder volver al cargo, especialmente en un departamento tan uribista como Santander.
Su popularidad se mantenía y competirle era muy difícil para cualquier otro candidato. Algunas encuestas indicaban que tenía más del 60 por ciento del respaldo. Sin embargo, el 31 de enero la Procuraduría lo destituyó y lo inhabilitó por veinte años para ocupar cargos públicos por sus nexos con los paramilitares. Con eso su candidatura quedó enterrada, pero no su intención de volver a la Gobernación.
Entonces, Richard Aguilar renunció a su cargo como cónsul y regresó al país el 7 de abril. Un par de días después anunció su aspiración y comenzó la recolección de firmas, que culminó ayer con la entrega de 70 mil firmas en la Registraduría (en Santander se requieren 50 mil firmas para avalar una candidatura).
Para recoger las firmas recorrió el departamento en compañía de su papá y presentó su campaña con el eslogan ‘Santander en serio’, el mismo que usó Hugo Aguilar en su administración. Y llegó con el mismo estilo de su papá, participando en las ferias de los pueblos, las verbenas y las cabalgatas.
Todo el conocimiento que hoy tiene Richard Aguilar del departamento y de la política se la dio su papá en estos dos meses de trabajo. Primero en el trabajo de campo y luego en el montaje de la estrategia. Nunca había trabajado en una campaña y eso lo defiende como una fortaleza, por lo que se compara con Uribe cuando comenzó su primera campaña a la Presidencia con una mínima cifra en las encuestas.
Las cifras hace un mes tampoco lo ayudaban mucho. La primera encuesta publicada por el Centro Nacional de Consultoría sobre la intención de voto en Santander lo dejaba de segundo con un 26 por ciento, muy lejos de Luis Fernando Cote que contaba con el 49 por ciento. Esta encuesta fue contratada por el Partido Liberal, que avala a Cote.
Y por eso el equipo de Aguilar exhibe una nueva encuesta, esta vez realizada por una firma regional, que lo sigue dejando de segundo, con el mismo 26 por ciento, pero a Cote lo baja al 28 por ciento. El 46 por ciento de quienes respondieron que no saben o no responden son el objetivo de la campaña.
Con el acto de inscripción de ayer, al que acompañaron al joven candidato más de quinientas personas, la candidatura que muchos consideraban enterrada con la captura de Hugo Aguilar, quiso dar un mensaje de fortaleza. “Los momentos históricos siempre nacen desde las vicisitudes”, dijeron a La Silla Vacía.
Y aunque no fue tan directo como Hugo, Richard aseguró que la persecución contra su papá parte de la “política decadente, marchita y sin decoro”. Sus seguidores ven su destitución, la inhabilidad que pesa en su contra y ahora su captura como un acto de persecución política. Y así como lo hizo el mismo ex coronel, culpan a Horacio Serpa y a sus amigos en los organismos de control. Uno de ellos, el procurador Alejandro Ordóñez, quien lo destituyó e inhabilitó.
Pero la verdad es que, si no quedó enterrada su candidatura, sí la tendrá mucho más difícil. Ya sin la figura de su papá, le tocará cambiar completamente su estrategia y seguir vendiendo su imagen de joven preparado (tiene una maestría en Derecho Internacional de la Georgetown University) y hacer que la colaboración de quienes siempre han acompañado a su papá se haga más notoria y con ello se multipliquen los votos.
La fuerza de Serpa
El otro candidato es Luis Fernando Cote Peña que fue alcalde de Bucaramanga entre 1998 y 2000. Pero después se quemó para el Senado y Horacio Serpa lo revivió en la Secretaría de Gobierno. Ahora, en su intención de convertirse en Gobernador tiene el respaldo de Serpa y toda la maquinaria liberal del departamento.
En el departamento dicen que imita a Serpa. En la mayoría de sus intervenciones, dice que el hoy Gobernador es irremplazable. En su contra tiene el poco carisma que posee porque sus intervenciones no se ven muy naturales y además “no es santo de la devoción” de muchos caciques políticos de la provincia. Y a su favor, la imagen de Serpa que está intentando explotar en su campaña.
Incluso un congresista liberal del departamento le dijo a La Silla Vacía que todo el trabajo de proselitismo le tocará hacerlo a los parlamentarios, porque por fuera de Bucaramanga es muy poco lo que conocen a Cote. En eso les va a ayudar mucho que Hugo Aguilar ya no les hará competencia.
Será una competencia entre los votos de los dos “caciques”, porque en Santander el voto de opinión poco suma y aún se mantiene la vieja política de compra de votos, almuerzos, sancochos, tejas y mercados. Este es el punto donde pesará la inversión en cada una de las campañas y lo que dicen en Santander es que, aún sin Hugo, su hijo mantendrá el dinero que siempre han invertido en sus campañas.
Y por su parte, Serpa se siente tranquilo porque ya ve a Cote Peña como Gobernador, haciendo lo que él hizo con Aguilar: no poner el espejo retrovisor para evitarse líos y para evitar que también revisen su pasado y que tenga que dar explicaciones de cómo le dio participación a personajes cuestionados como el ex gobernador Mario Camacho Prada, por ejemplo.
La campaña dio un vuelco y, aunque la captura de Aguilar le dio un 'papayazo' a la aspiración de Cote Peña, no la tiene ganada por completo. Todavía faltan tres meses.