La casa Guerra resurge pero más dividida que nunca

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Con las elecciones legislativas que acaban de pasar, tiene tres senadores: Antonio Guerra, la octava votación de Cambio Radical; María del Rosario, la consentida de Álvaro Uribe; y el primo de ambos: Julio Miguel Guerra Sotto. Sin embargo, está más dividida que nunca.

Atrás, muy lejos, habían quedado los buenos recuerdos políticos de la poderosa casa Guerra de Sucre que incidió en la fundación del departamento (hace casi 50 años), lideró algunas denuncias de corrupción a nivel nacional y defendió, al menos en el discurso, el ideario liberal cuando ese partido era mayoritario en Colombia. Aunque también desde sus inicios ha sido relacionada con actividades clientelistas y se ha dicho que su poder fue engordado a punta de recursos públicos.

Después de la condena a Joselito Guerra -uno de los miembros del clan- por enriquecimiento ilícito, estafa y falsedad en documento privado dentro del proceso 8.000 (del que en 2010 el Comité de Derechos Humanos de la ONU dijo que EL Estado no le habí dado garantías y recomendó repararlo, pero sobre lo cual la Corte Constitucional se negó a reabrir el proceso y dejó en firme), lo único que le quedaba a los Guerra era la cuestionada Gobernación de Sucre en cabeza de Julio César Guerra Tulena y una curul en el Senado de Antonio Guerra de La Espriella, por cuya reelección pocos apostaban debido a que le veían poco trabajo de campaña en esa región.

Los Guerra, que habían tenido gobernaciones, concejo, asamblea, senado y cámara, perdieron poder cuando Álvaro ‘el Gordo’ García, condenado por parapolítica, irrumpió como gran jefe político en el departamento con influencia en todas las gobernaciones desde que hay elección popular, excepto la actual, y terminaron armando alianzas con el 'Gordo' en algunas gobernaciones.  

Pero con las elecciones legislativas que acaban de pasar, la casa Guerra resurge como de entre las cenizas con nada menos que tres senadores electos: Antonio Guerra, la octava votación de Cambio Radical; su hermana María del Rosario Guerra, la consentida de Álvaro Uribe en el Centro Democrático y segunda de su lista; y el primo de ambos: Julio Miguel Guerra Sotto, el hijo del Gobernador Julio Guerra, quien resultó el senador más votado en Sucre gracias a la alianza que hizo con el polémico Yahir Acuña.

Tres senadores Guerra que, sin embargo, no llegan juntos sino más bien en franca división al Congreso: Antonio, con la reelección de Santos; María del Rosario, en férrea oposición al lado de Uribe; y los dos, lanzando fuertes críticas a Julio Miguel por haberse aliado con el ahijado político del paramilitar Salvador Arana.

“El caso del pariente (Julio Miguel) Guerra Sotto deshonra a Sucre y a la familia porque en política no vale aliarse con personas que reparten todo tipo de recursos para comprar votos y conciencias”, le dijo a La Silla la senadora electa María del Rosario Guerra. Una frase que evidencia la división que, en cualquier caso, no es nueva.

La historia de los caminos separados
Maria del Rosario Guerra, senadora uribista, nunca militó en el movimiento de su padre. Foto cortesía Fenalco.com.co
Julio Miguel Guerra, heredero de un cacique y aliado de un cuestionado. Foto cortesía LaPatria.com

La casa Guerra, que incursionó en la política a fines de los 70, se dividió a principios de los años 90 cuando sus dos miembros más importantes, los hermanos y patriarcas José y Julio César Guerra Tulena, que hasta entonces habían hecho llave para llegar al Congreso, partieron cobijas con dos movimientos distintos.

Antonio y María del Rosario, dos de los tres hijos de José (el otro hijo es Joselito Guerra), le dijeron por separado a La Silla que la división se debió a diferencias familiares y comerciales que trascendieron la política.

Dos fuentes que conocen bien la política en Sucre nos explicaron que lo que pasó fue que Antonio y Joselito reclamaron para sí el derecho a ser los respaldados por su padre para llegar al Congreso.

En cualquier caso en el 91, después de 22 años en el Legislativo, José Guerra Tulena fue sucedido por su hijo Joselito. Su hermano Julio César Guerra Tulena, con campaña aparte, logró un escaño en la Cámara. En la siguiente elección, llegó al Senado, en donde duró dos períodos seguidos más y llegó a ser presidente del Congreso.

En ese alto cargo y como buen liberal, intentó por todos los medios capotear la crisis que arruinó la presidencia de Ernesto Samper.

Julio César Guerra Tulena era entonces un respetado cacique liberal. Él mismo se describía como un hombre pulcro, enemigo de la corrupción (“soy un hombre de bien y mi honestidad no se acrisola, ni se mancha por una columna de prensa”, le escribió en una carta a Enrique Santos Calderón en respuesta a una columna en el que lo criticaban por el estado de los servicios públicos en Tolú).

En 1991 le mandó al presidente liberal César Gaviria una carta denunciando irregularidades en el ICBF seccional Sucre y responsabilizando por ellas a Salvador Arana y al ‘Gordo’ García.

Con esos antecedentes llegó a los 80 años a la Gobernación, gracias a una suerte de grito de independencia de los sucreños ante la hegemonía del ‘Gordo’ García. Y tal vez por eso muchos liberales pura sangre de la región se preguntan ahora cómo terminó su Administración señalada de haber recibido apoyo precisamente de García y de Enilce López ‘La Gata’, y recientemente aliada con Yahir Acuña.

Por los lados de los herederos de su hermano José también han caído aguaceros. Exdiputado y entonces senador por el grupo de su padre dentro de la casa Guerra, en 1998 Joselito Guerra de La Espriella fue condenado a noventa meses de prisión por los delitos de enriquecimiento ilícito, estafa y falsedad agravada, la pena más alta impuesta a un político vinculado al proceso 8.000.

Joselito renunció a su curul, aparentemente se retiró de la política (aunque es muy cercano a Álvaro Uribe y en estas elecciones apoyó a su hermana María del Rosario Guerra) y hace cuatro años, un comité de la ONU recomendó repararlo por una supuesta violación a sus derechos humanos dentro del proceso en el que fue condenado.

Lo reemplazó en el Congreso su hermano Antonio, quien resultó electo senador ahí mismo: en 1998. En 2002 se quemó (según explica él por la influencia paramilitar en su región, la cual direccionó los votos a otros políticos); y en 2006 regresó a su curul heredada pero ya no por el liberalismo sino por Cambio Radical, partido en el que aterrizó por recomendación de Uribe, amigo de su familia.

“Para las elecciones de 2006 visité a Uribe y él me preguntó que por qué no me metía en el Partido de La U que estaba creando (Juan Manuel) Santos.  Pero preferí irme a Cambio Radical con (Germán) Vargas Lleras, quien ha sido mi amigo por 30 años”.

Con un talante más de tecnócrata que de política, y sin haber hecho política de manera activa nunca en el movimiento se su padre José, María del Rosario Guerra se volvió una persona pública ocupando importantes cargos en el Estado.

Dirigió Plan Nacional de Rehabilitación en el Gobierno Gaviria, pasó por la cabeza de Fonade y en su primer Gobierno Uribe le pidió dirigir Colciencias. Fue coordinadora de la campaña de reelección del expresidente, quien en su segundo periodo la nombró ministra de Tecnologías de la Información, cargo al que renunció para no inhabilitar la aspiración al Congreso de su hermano Antonio.  

Desde entonces se mantuvo al lado del expresidente Uribe, a quien ayudó a organizar su movimiento Centro Democrático. Él le premió su lealtad escogiéndola como la segunda de su lista, lo que le aseguró una curul sin necesidad de poner un voto propio.

En cabeza de la exministra, Uribe dejó absolutamente todas las decisiones sobre sus talleres democráticos -desde dónde se hacían hasta a quién invitaban- y de ella dependieron los nombramientos de los comités de coordinadores del Centro Democrático en las regiones.

Como lo contó La Silla, estando en esa posición, María del Rosario Guerra fue señalada por varios uribistas de haber tomado decisiones desfavorables para el exvicepresidente Pacho Santos, quien perdió frente a Óscar Iván Zuluaga (aspirante de las simpatías de María del Rosario) la candidatura presidencial del uribismo.

Aunque la relación de los hermanos Antonio y María del Rosario es muy buena en lo personal, ambos llegan ahora al Congreso con sus lealtades en orillas distintas: Antonio Guerra es amigo cercano de Vargas Lleras (la fórmula vicepresidencial del presidente Santos) desde hace tres décadas y María del Rosario le debe casi todo en política a Uribe y está apoyando a Zuluaga a la Presidencia.

Eso sí: al tener representantes en ambos lados, la casa Guerra del lado de los Guerra-De La Espriella triunfa con cara y con sello gane quién gane de los dos la Presidencia.

Quien parece estar en el peor de los mundos es su tío, el Gobernador Julio César Guerra y su heredero, Julio Miguel Guerra Sotto, los otros integrantes de la casa Guerra de Sucre, que a pesar de las distancias se han vuelto a asociar políticamente en ocasiones. Así lo evidencia el hecho de que Antonio Guerra haya apoyado a su tío en su campaña a la Gobernación, aunque luego le haya quitado ese respaldo.

Yahir aumenta la división de los Guerra
Antonio Guerra apoyó a su tío, pero le quitó el respaldo ante los rumores de corrupción. Foto cortesía ElUniversal.com
Yahir Acuña, el polémico representante que se convirtió en un fenómeno electoral en Sucre. Foto cortesía ElTiempo.com

Como lo contó La Silla, en diciembre del año pasado el Partido Liberal le negó el aval a Julio Miguel Guerra Sotto para aspirar al Senado por el grupo político de su padre. La noticia causó conmoción en Sucre, pues se trató del rechazo a Julio César Guerra Tulena, uno de los mayores barones rojos de ese departamento.

La versión oficial fue que Simón Gaviria, presidente del liberalismo, habría tomado esa decisión debido a los escándalos alrededor de la Gobernación y especialmente a la investigación por haberle dado el chance a una empresa de la condenada ‘Gata’.

Gaviria, no obstante, en un principio había apoyado totalmente al Gobernador en el tema del chance y había dicho que seguramente ese negocio se había entregado a sus espaldas. La Silla supo por varias fuentes conocedoras de la política en Sucre que en la decisión de Simón de negar ese aval pesó mucho más porque quería darle el apoyo a Mario Fernández, el sobrino del Alcalde de Sincelejo, y no quiso dividir los votos liberales en el departamento. Gaviria le negó esa versión a La Silla.

En cualquier caso, el hijo del Gobernador terminó en las toldas del viejo PIN, hoy llamado Opción Ciudadana, al lado de Teresita García, la hermana del ‘Gordo’ García, que alguna vez denunció su padre.  

Diez días antes de las elecciones, como lo contó La Silla, Guerra Sotto selló una alianza con el cuestionado representante (investigado por parapolítica) Yahir Acuña, quien hizo su campaña a punta de repartir botellas de whiskey y billetes.

Al final, Julio Miguel Guerra, por quien pocos apostaban debido a que su padre no tiene la misma fuerza electoral de antes y se ha dicho que está muy enfermo, fue el senador más votado en Sucre con 50.634 votos y en Sincelejo varias voces políticas le atribuyen su éxito a las movidas de Acuña.

Un contratista, un político y tres periodistas de Sincelejo le dijeron por aparte a La Silla que el acuerdo con los Guerra incluye que a Yahir le den ahora la Secretaría de Educación. Dos de esas fuentes dijeron que también le darían la Secretaría de Infraestructura. Sin embargo, estos movimientos no se habrían podido hacer todavía en la Gobernación debido a la Ley de Garantías por las presidenciales.

El factor Yahir ha acrecentado la división de Julio César Guerra con sus sobrinos, quienes no escatiman críticas para Julio Miguel.

“Es triste y vergonzoso para Sucre que una persona (Julio César Guerra Tulena) que hizo carrera siendo crítico termine su vida política así, con su hijo arrodillado ante el poder mafioso de Yahir Acuña”, le dijo María del Rosario Guerra a La Silla.

“Poco antes de las elecciones, coincidí en un acto político con Yahir Acuña en Sampués. Ahí, él me dijo ‘su tío el Gobernador me está llamando para que me reúna con Julio Miguel pero no se para qué’, a lo que yo le respondí que le deseaba suerte… esa alianza fue por la obsesión de hacer de Julio Miguel un Senador”, dijo, por aparte, su hermano Antonio.

Consultado por La Silla, Julio Miguel Guerra se defiende diciendo que lo suyo con Yahir “es una alianza electoral, no tengo nada que ver con los problemas de Yahir y además no fui el único que tuvo alianzas con él. ¿Por qué ustedes no mencionan a los otros que hicieron alianzas con él, como Efraín Cepeda o Nora García?”.

Julio Miguel Guerra Sotto es criticado en algunos círculos políticos de Sincelejo, en donde en voz baja comentan que mientras sus primos son profesionales con maestría, él, que también ha contado con grandes recursos económicos, no es profesional a sus casi 40 años.

El nuevo senador electo reconoce que apenas va a terminar sus estudios de Derecho, pero dice que eso no es impedimento para hacer una buena gestión desde la comisión quinta, a la que espera llegar. Dice que tiene muchos proyectos para Sucre, como por ejemplo llevar agua potable a varios municipios y “sacar adelante al Golfo de Morrosquillo”.

También dice que no tiene ningún tipo de relación con sus primos, los Guerra de La Espriella.

Desde cada una de sus orillas, los tres herederos de los patriarcas Guerra Tulena se verán las caras en el próximo Congreso. Representarán a una misma casa, aunque ésta hoy esté más dividida que nunca.

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