Hace 5 años el golpe fue fuerte, la diferencia es que hoy hay otros síntomas que dificultan el manejo de la economía, si se mantienen los precios bajos.
La crisis por el petróleo tiene los síntomas de la de 2015 más el coronavirus
El fin de semana los gremios estuvieron en la Casa de Nariño hablando con el presidente Iván Duque sobre cómo contener el impacto económico del coronavirus.
Hoy el precio del barril se desplomó por debajo de los 35 dólares cuando el Gobierno esperaba que este año esté en promedio a 64 dólares; la Bolsa cayó más de 10 por ciento y la acción de Ecopetrol, que da dividendos a la Nación, perdió el 20 por ciento de su valor.
La razón es la menor demanda del petróleo por la desaceleración económica mundial (impulsada por el coronavirus), que desató una nueva guerra por los precios del petróleo entre los países de la Opep, Rusia y Estados Unidos.
La crisis, que les pegó a todas las bolsas del mundo y no se sabe si durará días, meses o años, tiene síntomas parecidos a los del derrumbe de los precios del crudo de 2015, que tuvo que afrontar el gobierno anterior.
Pero también hay unas diferencias que hacen que la crisis de hoy sea más difícil de afrontar o como, dice el director de investigaciones económicas de Corficolombiana, José Ignacio López, hace que esta crisis nos agarre con “una llanta desinflada”.
Los síntomas similares
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La sobreoferta de crudo: En 2014-2015 el precio se desplomó principalmente porque había sobreoferta, impulsada por el aumento de la producción de Estados Unidos, que empezó a llenar el mercado con barriles sacados con fracking. Esa sobreoferta todavía existe.
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La magnitud de la caída: el golpe de hoy se parece al de 2015, cuando el precio de 55 dólares en la referencia Brent terminó por debajo de los 30. Este año el barril arrancó por encima de los 60 dólares y cerró hoy en 33. Solo hoy cayó 11 dólares, y en los próximos días se sabrá si se corrige el precio pronto, o si se mantiene la volatilidad como pasó hace cinco años.
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La novela de Rusia y la Opep: en 2014 Arabia Saudita propuso que el cartel de países productores, Opep, y Rusia acordaran producir menos petróleo para reducir la oferta y con eso subir los precios. Esta vez Rusia dijo que no, y Arabia Saudita decidió dar un descuento de 20 por ciento a los que le compren petróleo. La dificultad de los dos mayores productores de llegar a un acuerdo puede ser una señal de que los precios bajos se van a mantener por un tiempo prolongado.
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La reacción en cadena de los precios del petróleo: Con la caída de los precios del petróleo se disparó la devaluación del peso contra el dólar (hoy superó los 3.800 pesos colombianos) y las bolsas de todo el mundo se desplomaron, al punto de que Wall Street (Estados Unidos), la de Sao Paulo (Brasil) y la de Colombia tuvieron que cerrar momentáneamente para evitar el pánico.
Los nuevos síntomas
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El coronavirus: todavía no se puede conocer el impacto directo del virus en Colombia, porque acaba de llegar. Aunque el Consejo Gremial Nacional dio un parte de tranquilidad el sábado tras reunirse con el presidente Duque, al decir que no prevé mayor impacto en la economía, es muy pronto para saberlo. Esto porque no se sabe si Colombia pueda llegar a a una situación similar a la de Italia o China, donde cerraron fábricas y restringieron la circulación de personas para evitar que el virus se extendiera más, lo que está impactando el consumo y la producción de esos países. Este es un factor de incertidumbre que no estaba en 2015.
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No hay viento de cola de la bonanza petrolera: Hace cinco años el país venía empujado por una bonanza petrolera que duró casi diez años, algo que ya no pasa. “Esta crisis nos coge con muy poco crecimiento, en 2008 o 2014 estabamos creciendo arriba del 6% cuando se dio el choque petrolero”, dice Felipe Campos, director de investigaciones económicas de Alianza Valores. Las estimaciones de esta empresa comisionista, que suele acertar en sus proyecciones, dicen que un barril por el orden de los 30 dólares sostenido por tres o cuatro meses puede disparar una recesión en Colombia, por no hablar de que a pesar del crecimiento actual el desempleo sigue creciendo.
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El país está más endeudado y compra más de lo que vende: La crisis agarra a Colombia con bastante deuda, un déficit de cuenta corriente mayor (el país compra más de afuera que lo que vende) y tasas de interés del Banco de la República menos altas, que le quitan margen de maniobra para darle dinamismo a la economía en caso de que lo necesite.
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El dólar sube más que antes y puede dar una ayudita: un dólar más caro implica que las remesas que entran impulsen más la economía de las familias que las reciben. El Banco de la República también tiene más inversiones en dólares en el exterior (tiene 14.000 millones de dólares más en reservas) que se cotizan más, y que son un colchón que le pueden ayudar a controlar la volatilidad del dólar, si así lo decide. Además, la diferencia de precios puede potenciar las exportaciones diferentes al petróleo
De la anterior crisis el país salió salimos con una deuda externa cercana al 37 por ciento del PIB (hoy es de más del 43), un desempleo de alrededor del 10 por ciento (hoy es del 13 por ciento), un leve aumento en las cifras de pobreza y una desaceleración económica que no hemos superado. Esta, no sabemos qué tan profunda será ni qué tan sostenida, pero podría traerle a la economía del país algo más que un resfriado.