Ayer Marta Lucía Ramírez presentó la Gerencia del Partido Conservador para Bogotá. Camina como una campaña de Ramírez a la Alcaldía de Bogotá. Hace como una campaña de Ramírez a la Alcaldía de Bogotá. Pero no es una campaña de Ramírez a la Alcaldía por Bogotá. O por lo menos, no todavía.
La de Marta Lucía, una campaña sin candidato (por ahora)
Ayer Marta Lucía Ramírez presentó la Gerencia del Partido Conservador para Bogotá. Camina como una campaña de Ramírez a la Alcaldía de Bogotá. Hace como una campaña de Ramírez a la Alcaldía de Bogotá. Pero no es una campaña de Ramírez a la Alcaldía por Bogotá. O por lo menos, no todavía.
Según dijo el congresista cordobés y presidente del Directorio Nacional Conservador ayer, la Gerencia por Bogota se dedicará a pensar en los problemas de la ciudad y proponer soluciones. La idea es armar una propuesta en las próximas tres semanas y luego, entre marzo y junio, ponerla en discusión con empresarios, políticos, académicos y líderes sociales. Marta Lucía Ramírez será la encargada, como recién nombrada "máxima autoridad del partido en Bogotá", de “dirigir y presentar la propuesta programática”.
Pero la iniciativa no se queda en el asunto programático y tiene toda la pinta de una campaña a la Alcaldía: tiene comités financiero y político, propios de una campaña política, y Ramírez también está encargada de armar la lista al Concejo, algo que suele ser potestad de un candidato o que, por lo menos, lo hacen las directivas de un partido en coordinación con el candidato.
Mejor dicho, lo que se creó ayer fue una campaña pero sin candidato definido, una movida novedosa que busca que el conservatismo tenga banderas claras en Bogotá y que esté presente en estos meses de campaña aunque al final no tenga un aspirante a la Alcaldía.
Dado que Ramírez,sacó casi 370 mil votos en Bogotá en las pasadas presidenciales, el anuncio de este proyecto llevó a todos los medios a plantearlo en términos de su posible candidatura. Una pregunta a la que ella le ha sacado el cuerpo.
Ni sí ni no
En una entrevista con Semana.com, cuando le preguntaron si estaba dispuesta a ser candidata, respondió “Estoy segura de que el partido va a tener una candidatura. No estoy asumiendo una candidatura, estoy asumiendo una nueva responsabilidad al frente del partido en Bogotá”
Y en la rueda de prensa de ayer, después del anuncio de su nuevo encargo, no respondió si sería candidata: “Me gusta trabajar por todo lo que devuelva la esperanza, lo que le dé a los colombianos más ilusión. Hoy lo que siento es mucha desesperanza en sitios como Bogotá”, fue lo que dijo .
Por eso RCN Radio tituló “Marta L. Ramírez no confirma ni descarta su aspiración a la Alcaldía de Bogotá" y RCN Televisión dijo que “ella no ha dado una respuesta contundente”.
Dentro del Partido hay voces que piden que Ramírez sea candidata: es la única carta viable que tienen en Bogotá, le daría al partido una presencia importante en la campaña y podría ser una figura de centro derecha que, si logra concretar la idea de David Luna y Carlos Fernando Galán de hacer una alianza, tendría posibilidades al final. O, en todo caso, podría terminar siendo la que inclina la balanza a favor de la Unidad Nacional o del Centro Democrático en Bogotá si se lanza y luego se adhiere.
Pero La Silla supo que hay quienes le están aconsejando que no se lance.
Primero, porque no es seguro que se logre concretar esa alianza y si termina de candidata junto con Enrique Peñalosa, terminaría partiendo el voto de su electorado con el exalcalde y con el uribista Pacho Santos, y abriendole la puerta a la elección de la polista Clara López en un fortín que es clave para las elecciones del 2018. Eso, para una persona que hoy tiene talla presidencial y que sacó 2 millones de votos en marzo del año pasado, sería una derrota.
Y segundo, porque aún si se logra la alianza, no es seguro que Ramírez termine siendo la elegida.
Pero sobre todo porque el sueño de Ramírez es ser presidente, no alcalde. Y, como le dijo a La Silla una persona muy cercana a ella, "Marta Lucía sabe que es o alcaldía o presidencia".
Ante ese panorama incierto y con el dilema vivo, la indecisión de Ramírez es un hecho oficial. No en vano el mismo partido trinó el titular de Caracol
Martha Lucía Ramírez no descarta ni desecha ser candidata en Bogotá http://t.co/LNv2isqTIk pic.twitter.com/JfBiI1Xxgy
— Partido Conservador (@soyconservador) febrero 19, 2015
Lo que logra Ramírez
Dirigir una campaña sin ser candidato le permite a Ramírez mantenerse vigente en Bogotá y le ayuda a tener presencia en los medios nacionales. Y si logra hacer eso sin el desgaste de ser candidata, medirse en las encuestas sin quemarse si no marca bien y fortalecer su imagen de una mujer de propuestas llega con más brillo a 2018. Ahora, si aparece triunfante en las encuestas, tiene hasta junio para lanzarse.
También es clave para que el conservatismo tenga más chances de mantener su presencia en Bogotá, algo que puede resultar fundamental para el futuro del partido, como lo trinó Barguil
"Un Partido que renuncia a su vocación de poder en #Bogotá está destinado a desaparecer" @davidbarguil pic.twitter.com/iagfNjRh3r
— Partido Conservador (@soyconservador) febrero 18, 2015
El reto, en todo caso, es grande porque el Partido Conservador es muy débil en la ciudad.
Lleva más de 25 años sin tener un alcalde en Bogotá (el más reciente fue Andrés Pastrana); su candidato viable más reciente fue Carlos Moreno de Caro en 1997, cuando perdió con Enrique Peñalosa; y en las elecciones más recientes el partido ha estado ausente: en 2007 Jorge Leyva sacó menos de 17 mil votos y en 2011 Dionisio Araújo renunció a su candidatura porque nunca despegó.
Hoy tiene apenas tres de los 45 concejales, sacó 110 mil votos (menos del 5 por ciento) al Concejo en 2011; solo 63 mil a la Cámara y 86 mil al Senado el año pasado y tiene apenas dos congresistas (el representante Telésforo Pedraza y el senador Fernando Tamayo).
Esa menguada fuerza tiene además la amenaza de disminuir con la irrupción del Centro Democrático, como ya pasó en el Congreso: si el conservatismo saca al Concejo los mismos votos que sacó a la Cámara, podría quedarse con un solo concejal.
Por eso, el liderazgo de Ramírez es fundamental para el futuro del partido en Bogotá, lo que a su vez le daría a ella una mayor base para el 2018.
De hecho, ayer la ex candidata presidencial logró consolidar su liderazgo en el partido azul, un requisito que era básico para volver a ser la candidata presidencial.
Aunque su estrategia inicial era ser jefe única del partido y no lo logró porque por ahora se mantiene la figura del directorio nacional, ayer fueron elegidos dos nuevos miembros que son de su ala, lo que le asegura una mayoría cómoda. Se trata de Aníbal Navarrete, quien dirigió la campaña presidencial de Ramírez en Cundinamarca y quien fue elegido como delegado de los directorios departamentales; y de Camilo José David, delegado de los directorios distritales, miembro del directorio distrital de Santa Marta y ex director de la campaña presidencial en el Magdalena.
Ese liderazgo deja a Ramírez con un poder muy importante justo cuando están abiertas las inscripciones de candidatos (va hasta el 30 de abril) y el Directorio es quien entrega avales para gobernaciones y alcaldías de capitales.
Para que esa estrategia funcione, mantener la incertidumbre sobre su aspiración a la Alcaldía le sirve porque nadie quiere enemistarse con una persona que podría llegar a tener el segundo cargo más importante del país. Esa pregunta perderá vigencia en junio, cuando se deben inscribir los candidatos y se sabrá finalmente si Ramírez va o no va. Mientras tanto, lo más seguro es que seguirá apareciendo como la cabeza de una campaña sin candidato.