La derrota de Postobón en la tributaria es dulce

Silla Cachaca

Con la aprobación del IVA plurifásico en el Congreso, la empresa del grupo Ardila Lülle gana porque éste perjudica más a su competencia y da pie para aplazar la discusión sobre la sobretasa.

La semana pasada las comisiones económicas del Congreso aprobaron en primer debate ponerle IVA plurifásico a las bebidas azucaradas y a las cervezas, que en la práctica aumentará el impuesto que se paga por estos productos. Curiosamente, mientras la discusión de aplicarlo a las cervezas se dio en medio de polémicas, acusaciones y un fuerte cabildeo de Bavaria, en las bebidas azucaradas no hubo mayor alboroto. Mientras CocaCola reaccionó al día siguiente amenazando con irse del país, Postobón, la principal productora de bebidas azucaradas, no se metió en la pelea.

Eso es llamativo porque las más recientes propuestas legislativas para aumentar los impuestos y la regulación de las bebidas azucaradas (la sobretasa de 300 pesos por litro de 2016 y las leyes de comida chatarra y  de etiquetado que se dicutieron este año) se han enfrentado a presiones de la industria de bebidas azucaradas y han terminado frenadas.

Además, aunque la Cámara de Industria de Bebidas de la Andi, Fenalco y Coca-Cola Femsa se han opuesto públicamente al IVA plurifásico, cuatro congresistas y una alta fuente del Ministerio de Hacienda le confirmaron a La Silla que en el Congreso no se ha sentido la presión de lobbistas del sector como en otras ocasiones.

La diferencia, según esas cinco fuentes y una sexta cercana a la Organización Ardila Lülle, dueña de Postobón, es que ese grupo decidió no pelear contra el plurifásico.

Lo que podría explicar ese cambio es que el IVA plurifásico puede ayudarle a argumentar que la sobretasa a las bebidas azucaradas sería un peso excesivo y ya están mostrando su buena voluntad fiscal, y porque esa medida los pone en ventaja frente a su mayor competidora Coca Cola Femsa.

Los endulzados caminos para el IVA

El proyecto inicial de la tributaria no traía mayores cambios en el IVA a las bebidas azucaradas, aunque las fábricas de gaseosas se beneficiarían de las menores tarifa de este impuesto (sus productos iban a pasar de pagar el 19 al 18 por ciento) y de la reducción de renta a todas las empresas.

Pero una vez se hundió la ampliación del IVA a la mayoría de la canasta familiar, que era la apuesta del Gobierno para recaudar inicialmente 11,3 de los 14 billones que necesita para el presupuesto del próximo año, aparecieron ideas de ponerle más impuestos al sector.

En las reuniones entre los 36 ponentes y el Ministerio de Hacienda, congresistas de los partidos Verde, Conservador y Opción Ciudadana presentaron al menos diez proposiciones para eso.

Entre ellas estaban ponerle una sobretasa al precio de las bebidas azucaradas de 20 por ciento o de 300 pesos por litro, como propuso el Gobierno Santos en 2016; y cambiar su IVA de monofásico a plurifásico, lo que quiere decir que ya no solo pagarán cuando las vendan las fábricas sino que lo hará cada eslabón de la cadena (distribuidores, comercializadores y minoristas), como en los demás productos.

Los más activos fueron los verdes, que le apostaron al IVA plurifásico y a la sobretasa.

Finalmente, con la recomendación del Gobierno, los ponentes incluyeron solo el plurifásico en la ponencia que llevaron al Congreso, y eso fue lo que se aprobó.

Es decir, salió adelante el que al final es el mal menor, especialmente para Postobón.

Dos gigantes opuestos

“La sacaron barata”, resumió uno de los ponentes el resultado para todo el sector con plurifásico y sin sobretasa.

Eso no quiere decir que no tenga un impacto: para la Cámara de la Industria de Bebidas de la Andi (el gremio del sector) y para Coca Cola Femsa (la multinacional mexicana que fabrica Coca Cola en Colombia) esta medida no es nada barata.

El problema no es que ellos vayan a pagar más IVA, sino que esperan que suba el precio final del producto porque otros segmentos de la cadena tendrán que pagar IVA, y por eso la gente puede terminar consumiendo menos gaseosa.

Según las cuentas de Coca Cola Femsa, el impacto será de un precio un 20 por ciento mayor (una cifra curiosa porque la nueva norma solo aumentará 19 por ciento en una parte de los costos en solo una parte de la cadena) y unas ventas otro tanto menores.

La directora de asuntos corporativos de la empresa, Silvia Barrero, nos enfatizó que eso golpeará a los tenderos, y citó las cifras de Fenalco según las cuales el 22 por ciento de sus ventas dependen de bebidas azucaradas.

De hecho, la empresa empezó una estrategia mediática para oponerse al plurifásico, por ejemplo con entrevistas en radio. Ya el senador de Cambio Radical Richard Aguilar dijo en Caracol Televisión que la empresa podría demandar al Estado por esta decisión, algo que la vocera de la compañía nos dijo que estaba estudiando.

Los argumentos de la Cámara del sector de la Andi son similares y ambos coinciden en que el cambio no recogerá el medio billón de pesos que calcula el Gobierno, pues la alta informalidad en la distribución y venta de gaseosas puede afectarlo. Barrero nos dijo que los cálculos de la empresa dicen que en el mejor de los casos se recogerán 200.000 millones de pesos.

En contraste con esas posturas, la persona encargada de comunicaciones de Postobón le dijo a La Silla Vacía que aún están estudiando y haciendo los cálculos del IVA plurifásico y que la Cámara de la Andi, de la que hace parte la empresa, presenta una posición de industria pero no posiciones individuales de las empresas agremiadas.

Esa postura medida, que contrasta con la de Coca Cola Femsa, coincide con lo que dijo el representante uribista del Valle, Christian Garcés, durante el debate del plurifásico a la cerveza.

“Ha llamado la atención que el sector de las bebidas azucaradas ha aceptado el cobro del IVA plurifásico en una especie de acuerdo nacional para lograr un recaudo para financiar nuestra inversión social, y no han estado acá haciendo lobby, presionando para que tumbemos el IVA plurifásico a las gaseosas”, dijo en su intervención pública.

Al preguntarle nos confirmó que se refería a la Organización Ardila Lülle.

En eso coinciden otras cuatro fuentes. “Incluso cuando algunos partidos querían defender a Postobón, el mismo Postobón les dijo que no”, nos dijo un congresista liberal.

Una alta fuente en el Ministerio de Hacienda dijo a la Silla Vacía que hablaron con Postobón cuando el IVA plurifásico ya estaba en la ponencia, y la respuesta fue que no se opondrían porque eran conscientes de que en momentos de crisis las empresas tenían que aportar más.

Y una persona que asesora a la empresa, y nos pidió mantener su nombre en reserva para no meterse en problemas, nos contó que efectivamente decidieron ceder.

Pero, más allá de ese aporte, la decisión de Postobón de hacerse a un lado tiene otros efectos que le benefician.

El mal menor

La primera ventaja de no oponerse al plurifásico es que le puede bajar la espuma a la discusión de la sobretasa.

Esto es claro para los promotores de ese cobro adicional. Red Papaz y Educar Consumidores, las organizaciones que la han impulsado, y dos congresistas verdes, uno liberal y uno uribista coinciden en que al aprobar el plurifásico, aprobar la sobretasa es más difícil.

“Vamos a presentar la propuesta de la sobretasa otra vez la próxima semana, pero va a estar difícil porque quedó la sensación de que ya con el plurifásico el tema quedó resuelto”, nos dijo el senador verde Juan Luis Castro Córdoba. “Pero no es así”.

El asesor de Postobón aceptó que en efecto la estrategia es ceder al mal menor para evitar el mayor.

Pero no es el único beneficio, pues la tributaria como está hoy lastima menos a Postobón que a su competidora Coca Cola.

Eso, en primer lugar, porque Coca Cola Femsa le apostó fuertemente a su planta de Tocancipá, que surte el mercado de Bogotá y sus alrededores y tuvo inversiones de más de 340 millones de dólares, y opera en una zona franca, cuyos beneficios tributarios quiere reducir la tributaria.

En segundo lugar, porque la Organización Ardila Lülle tiene empresas de varios segmentos de la cadena de bebidas azucaradas, desde la producción de azúcar hasta su transporte o la producción de botellas, por lo que puede lograr al final que le devuelvan parte del nuevo IVA, y Coca Cola Femsa no.

“La estrategia tiene que ver con la posibilidad de infligir un daño al competidor de manera directa, y al tiempo comprarse un seguro para que no los graven más en esta tributaria”, resumió la fuente cercana al grupo.

El debate volverá al Congreso esta semana, cuando en plenarias de Senado y Cámara se volverá a discutir la ley de financiamiento. Se discutirá nuevamente la sobretasa del 20 por ciento, cuando los verdes la vuelvan a presentar.

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