La familia Aguilar, dividida y derrotada pero no borrada

Imagen

Familia Aguilar en Santander

El clan de la familia Aguilar, que jugó dividido en las urnas, no estuvo ni cerca de ganarse los tres premios gordos de las elecciones locales en Santander (la gobernación, la Alcaldía de Bucaramanga y la de Barrancabermeja). De hecho, perdieron la silla del Gobernador que hoy ostentan. Sin embargo, su poder en el departamento está muy lejos de esfumarse.

El clan de la familia Aguilar, que jugó dividido en las urnas, no estuvo ni cerca de ganarse los tres premios gordos de las elecciones locales en Santander (la Gobernación, la Alcaldía de Bucaramanga y la de Barrancabermeja). De hecho, perdieron la silla del gobernador que hoy ostentan. Sin embargo, su poder en el departamento está muy lejos de esfumarse.

Los tentáculos de sus dos vertientes, la del gobernador Richard Aguilar y la de su papá, el parapolítico Hugo Aguilar, abarcan la Corporación Autónoma Regional CAR de Santander (la CAS) -donde jugaron unidas por la reciente reelección de Flor María Rangel-, más del 20 por ciento de la Asamblea Departamental (si se suman las fichas de ambos lados), múltiples Alcaldías y dos partidos políticos, uno por facción.

Ahora, fuera de las alianzas circunstanciales como la que pactaron por la CAS, este es el poder con el que quedan cada una de las vertientes, sus cabezas:

De ‘títere’ de su papá a mandamás de La U

Hace cuatro años el mandatario de Santander, Richard Alfonso Aguilar, irrumpió en la política santandereana como el sustituto de su papá, el ex gobernador Hugo Aguilar, inhabilitado para ejercer cargos públicos por las alianzas que pactó con los paramilitares hace poco más de una década.

Richard Alfonso, sin trayectoria electoral, era poco más que el heredero de un político cuestionado pero popular.

Hoy, a pesar de que su grupo saldrá del Palacio Amarillo de la Gobernación, después de la derrota de su candidato Holger Díaz en la carrera electoral, la foto es distinta.

El gobernador no solo dejó de ser el alfil de su papá sino que le compitió en las elecciones y todo indica que, por ahora, le seguirá compitiendo (más allá de acuerdos temporales).

De ser una pieza más de un movimiento político local ('Santander en Serio', el de Hugo Aguilar), el gobernador pasó a ser la cabeza regional del Partido de La U, que es, al fin y al cabo, el partido del presidente Santos y la mayor fuerza en el Senado. Y, en ese papel, que obviamente jugó tras bambalinas (con fichas como el ex representante Ricardo Flórez en el frente de batalla), convirtió a La U en una de las mayores fuerzas políticas de la región.

Sin congresistas actuales en sus huestes, el partido tuvo candidato propio a la Gobernación y sacó más de 200 mil votos. Además, fue el más votado a la Asamblea Departamental y sacó más votos que cualquier otra colectividad en la contienda por las alcaldías de Santander (si se suman los sufragios de todas la competencias). Pasó de dos a tres diputados y logró 31 alcaldías; 19 de ellas como partido único y las otras 12 en coalición pero la mayoría liderando.

En algunas, como San Gil, el ganador de La U, Ariel Rojas, es más cercano a Hugo Aguilar que a Richard. Pero, de acuerdo a fuentes conocedoras, esa es la excepción y no la regla. La mayoría fueron logradas con gente de su cuerda y de la familia Tamayo, un clan que llevaba años manejando los hilos de la colectividad en el departamento y ahora la comparte con Richard Aguilar.

Muchos son alcaldes de pueblos pequeños pero también hay varios de pueblos grandes, como Cimitarra, Lebrija, Puerto Wilches, El Carmen y Charalá. También está la alcaldía de Girón, que la ganó, -con el apoyo de casi toda la clase política- John Abiud Ramírez, ex secretario de Desarrollo de Richard Aguilar en esta administración.

Así las cosas, varias fuentes apuntan a que el gobernador saldrá de su cargo a liderar, ahora si de frente, La U en Santander.

“Va a ser senador y jefe allá”, dijo a La Silla una de las directivas nacionales del partido, sobre el futuro de Richard Aguilar en la región.

Más allá de que juegue por el Senado o no, pues falta trecho hasta allá, dos fuentes locales que forman parte del partido y son muy cercanas al gobernador, también lo ven como el capitán santandereano de La U a partir del año entrante (cuando se realizarán las elecciones de las juntas de acción comunal).

“Consiguió una plataforma legítima para hacer política”, le dijo a La Silla una de estas fuentes.

Con esto, Richard Aguilar terminaría materializando un proyecto por el que venía jugando desde el año pasado. En 2014, a pesar de que su hermano, el senador Nerthink Mauricio Aguilar (que sí es muy fiel a la línea del papá), se la jugó públicamente por el uribismo y Óscar Iván Zuluaga en las presidenciales, el grupo del gobernador le apostó a la reelección de Santos.

Así empezó a conquistar a La U. Y fue su apego a esa línea la que en parte, como contó La Silla Santandereana, impidió que uniera fuerzas con el fallido candidato a gobernador de su papá, Carlos Fernández Sánchez.

Falta ver si después de diciembre, cuando ya no pueda usar la maquinaria de la Gobernación, este cacique emergente mantiene los votos y el poder para que La U siga pisando duro.

Hugo Aguilar: en decadencia, pero todavía un gran elector (uribista)

Después de salir de la cárcel pero aún cumpliendo su pena por parapolítica, Hugo Aguilar logró que le abrieran las puertas a sus principales apuestas electorales para las elecciones locales en el partido Centro Democrático y en la Alianza Social Independiente (ASI). Y se la jugó, sin éxito, por un candidato propio a la Gobernación por firmas, Carlos Fernando Sánchez.

Con Sánchez y la ASI fracasó. Por eso, se puede decir que es un cacique en decadencia. Sin embargo, con el Centro Democrático le fue mejor y, además, logró colar un par de fichas en La U.  

Avalados por el partido del expresidente Uribe, que logró tres curules en la Asamblea, llegaron a la duma dos alfiles de Hugo Aguilar.

El primero de ellos es Jesús “Chucho” Villar, quien en casi toda su publicidad de campaña se hizo acompañar de su jefe político, en vallas, botones y afiches.

La segunda ficha de Hugo Aguilar en la Asamblea será Mario Antonio Cárdenas Suárez, quien antes de meterse en estas elecciones fue sacerdote y contratista de la Cdmb hasta el 2014, bajo la administración de Ludwing Arley Anaya, ficha política de Aguilar Naranjo en esa CAR.

Con el Centro Democrático, el cuestionado ex gobernador también logró ganar la alcaldía de San Vicente de Chucurí, con el líder campesino Omar Acevedo quien hace dos años hizo campaña con el senador Jorge Enrique Robledo y ahora se acomodó con Hugo Aguilar y el uribismo en Santander, tal y como lo contó La Silla.

Además, Aguilar y el uribismo ganaron la alcaldía de Rionegro con Wilson ‘Pocho’ González, otra ficha cercana al ex gobernador, con quien hizo campaña, y que se la jugó por Carlos Fernando Sánchez en la contienda por la Gobernación.

Con dos de las tres curules en la Asamblea y dos de tres de las alcaldías que ganó el Centro Democrático como partido único en Santander, el grupo de Hugo Aguilar jugará un papel clave en el futuro del uribismo en la región. Y Álvaro Uribe, que se subió en tarima con Carlos Fernando Sánchez al final de la campaña, ya demostró que la condena que pesa contra ex gobernador no le incomoda para abrazarlo en términos electorales.

En la lucha por el control del Centro Democrático en Santander, Aguilar padre tendrá que lidiar con la línea de la Misión Carismática Internacional, que se quedó con la tercera curul en la Asamblea y la única curul en el Concejo de Bucaramanga. Y con el grupo del representante a la Cámara Marcos Díaz Barrera.

Fuera de su incidencia en el Centro Democrático, Aguilar Naranjo logró colar algunas fichas suyas en La U que comandará su hijo Richard Aguilar.

Los alcaldes electos de San Gil (uno de los seis municipios más grandes del departamento), Ariel Rojas, con quien hizo campaña y eventos públicos, y del municipio de Santa Helena del Opón.

Finalmente, Aguilar Naranjo mantendrá lo que tenía antes de las elecciones locales y que le permite seguir vigente en el orden nacional: dos curules en el Congreso por Opción Ciudadana.

Por un lado, la del Senado en cabeza de su hijo ‘fiel’ Nerthink Mauricio Aguilar. Y por otro, la de la representante a la Cámara María Eugenia Triana. Triana, una exalcaldesa de Pinchote, Santander, llegó al Congreso apalancada por la estructura de Hugo Aguilar y sigue esa línea como Nerthink Mauricio (su fórmula electoral).

Estos dos parlamentarios han oscilado entre el santismo y el uribismo, y seguirán a su padrino. Nerthink ha dicho públicamente que los votos son de su papá.

La cuestión aquí será si en 2018 apuntan o no a reelegirse y si sí, por qué partido, ya que Opción, en manos de Luis Alberto Gil y su esposa Doris Vega -que apoyaron a Didier Tavera a la Gobernación-, ha sido una plataforma incómoda.

En cualquier caso, con todo esto sobre la mesa, aunque ya no meterá tanto ‘susto’, habrá Hugo Aguilar para rato.

Compartir
0