La violencia en Patía, Argelia y El Tambo es el resultado de una disputa entre una disidencia de las Farc, el ELN y más recientemente la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, que no se bajan de “narcos” y “paramilitares” en redes.
La guerra en Cauca, a punta de fusiles y de redes
Papel que ELN dejó sobre cadaver de un conductor en el Plateado a quien acusaban de cobrar extorsiones para la disidencia Carlos Patiño.
Este martes, organizaciones defensoras de derechos humanos denunciaron el asesinato del líder social Fabio Andrés Gómez Grande, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Cristalina, en el municipio de Argelia, al occidente de Cauca.
Es la noticia más reciente de la guerra que se ha recrudecido en ese departamento y golpeado especialmente los históricamente ya azotados municipios de Argelia, El Tambo y Patía.
La semana pasada fue golpe tras golpe. Dos hombres asesinados en su camioneta; otro en su taller mecánico; dos más con las manos atadas e impactos de bala en su cabeza, en zona rural; dos jóvenes baleados también con sus manos atadas en plena calle. Combates en los corregimientos de El Plateado y Fonsa que dejaron entre una y cinco personas muertas.
El conflicto en el Cauca entre el ELN y la disidencia de las Farc conocida como el frente Carlos Patiño ha dejado numerosas muertes este año, y recientemente se complicó con la llegada de la “Segunda Marquetalia” (el grupo de Iván Márquez) que ya entró en combates con el Carlos Patiño. Sería la única zona del país donde ilegales aliados del líder máximo de las disidencias, Gentil Duarte, están enfrentados a los de Márquez.
Las balas, en realidad, en pocas ocasiones han dado tregua a los pobladores de esta zona, apetecida por los ilegales por el control territorial. En 2006, el ELN aliado con los Rastrojos entró en guerra con las Farc. En 2009, firmaron un acuerdo que dividió el territorio: desde el Plateado hacia el Tambo era del ELN, mientras el resto de Argelia era de las Farc.
Además, el Mango, un corregimiento de Argelia, es considerado uno de los pueblos con mayor número de hostigamientos, tomas y ataques por parte de las Farc durante la guerra. Con la dejación de armas de esta guerrilla, el ELN intentó tomar el resto de Argelia, pero la población resistió y el grupo se fue. Cuando apareció el Carlos Patiño en la zona, a mediados del año pasado, los primeros combates se dieron en el Plateado, donde el ELN aún tenía control.
De un tiempo para acá, hay una nueva faceta de este conflicto: a la guerra de los fusiles se le suma otra que tienen los grupos en redes, incluso Facebook. Ahí publican mensajes de todo tipo: comunicados, amenazas y hasta memes, en los que no se bajan unos a otros de “narcos” o “paramilitares”, un asunto que evidencia cómo intentan justificar ante la población civil que su violencia es una forma de proteger al pueblo y así ganar algo de legitimidad.
El detalle del conflicto
En este conflicto, los grupos armados están usando la violencia para acabar con quienes acusan de ser sus rivales, pero no es la única forma con la que buscan imponer su poder en la zona: también quieren justificación y legitimidad.
La violencia reciente se remonta al comienzo de este año después de unos meses de relativa calma en la zona. En marzo se dieron los primeros combates entre el ELN y el Carlos Patiño, que rápidamente le iba quitando territorio al primero, al punto de que las primeras y únicas desmovilizaciones de elenos, luego de que el Gobierno lanzara su política de sometimiento, se dieran allí. Aunque, el ELN ha argumentado que esas desmovilizaciones son falsas y hay razones para pensar que no fueron del todo transparentes.
El Carlos Patiño, además, empezó a hacer muestras públicas de poder: caminaron tranquila y abiertamente con uniforme y armas por las calles del Plateado, donde antes caminaban los elenos. En abril hicieron lo mismo en el corregimiento de Sinaí, lo cual llevó a varias denuncias públicas en el momento. El Ejército se movió hacia la zona y, según versión de la institución, atacó una comisión de esa disidencia, dejando a ocho de ellos muertos, incluyendo dos menores de edad reclutados por el grupo.
También en abril, el Carlos Patiño empezó a asesinar a varias personas a quienes acusaba de hacer parte de la base social del ELN. Esto ocurrió más que todo en el occidente de El Tambo, en una zona que por básicamente 15 años había tenido el control hegemónico el ELN, hasta que entró esta disidencia y les quitó el control.
Por ejemplo, el 17 de abril, los del Carlos Patiño asesinaron al líder social Teodomiro Sotelo Anacona, miembro de la Coordinadora Nacional Agraria y del Consejo Comunitario Afro Renacer del Micay en la vereda Betania. Un día después, mataron a Andrés Andrelio Cacimanca Burbano, que según las versiones de la zona era el esposo de una comerciante en la vereda Honduras. Tres días después, mataron a dos jóvenes en una reunión comunitaria en el corregimiento San Juan de Micay.
El ELN respondió con su violencia, pues todo indica que este grupo fue el que asesinó a tres hombres en el Plateado a comienzos de junio, incluyendo al excombatiente Ronald Albeiro Hernández Neira, conocido como alias Fray. Este hombre había reincidido y hacía parte del Carlos Patiño, según comunicaciones del grupo disidente.
Entre junio y la actualidad viene otro rebrote de homicidios, con el asesinato de dos hombres en el Plateado el 12 junio, presuntamente por el ELN. El 6 de julio, dos miembros del Consejo Comunitario del Afro Renacer del Micay fueron asesinados, presuntamente por el Carlos Patiño, en la vereda Betania.
Entre enero y junio de este año, Medicina Legal ha registrado 52 homicidios entre Argelia y El Tambo, la mayoría presuntamente relacionados con este conflicto, más los ocho disidentes muertos en abril. En el mismo periodo el año pasado, esta institución registró 34 homicidios, cuando, por un periodo corto, estos dos grupos estaban enfrentados. En un combate entre ellos, en abril del 2019, llegó a haber seis muertos incluso.
A todo este panorama se suma la entrada de la Segunda Marquetalia al tablero.
El 11 de agosto pasado se dio un combate entre el Carlos Patiño y este grupo liderado por Márquez en Fonsa, zona rural de Patía. Antes de este enfrentamiento, el Carlos Patiño y el Comando Coordinador de Occidente, CCO, que agrupa a las disidencias de las Farc en la zona, intentaron llegar a un acuerdo, pero no lo lograron, según cuenta el CCO.
“Con ellos intentamos unificarnos, pero su jefe Iván Márquez pretendió que nuestro trabajo de organización de más de cuatro años se lo entregáramos a sus demás jefes que sólo están acostumbrados a comandar tropas y quienes llevaron en sus manos el fracaso de las FARC-EP (...)”, dicen en un comunicado fechado el 14 de agosto.
El mismo día se dieron combates entre el ELN y el Carlos Patiño en El Plateado, donde una versión de los hechos desde terreno afirma que cuatro personas murieron. El hecho de que estos dos combates tuvieran lugar el mismo día y contra el mismo grupo armado, hace pensar en una alianza entre la Segunda Marquetalia y el ELN en la zona.
También en agosto, el ELN mató a un conductor en el Plateado a quien acusaba de cobrar extorsiones para el Carlos Patiño. Dejó en su cadáver un papel con un mensaje: “Lo matamos por estorcionista (sic) y siguen más y los tenemos en la mira todos a los estorcionstas (sic) y sapos de los paramilitares que se hasen (sic) llamar carlos patiño. Atte: ELN”, justificando el homicidio.
Esto muestra que hay una estrategia de comunicaciones para generar legitimidad en la zona, o por lo menos evitar perderla en el caso del ELN. Por ejemplo, apenas entró el Carlos Patiño en marzo, esta disidencia publicó varios panfletos argumentando que es una “organización revolucionaria” y que “jamás bajaremos nuestras banderas de lucha q son las del mismo pueblo”. Agregó que el ELN en la zona “no está dirigido por ningún camarada del ejército de liberación nacional son unos impostores por eso actúan como delincuentes”.
El ELN, por su parte, sacó un comunicado ese mismo mes en el que le dicen a la disidencia que “abandone los territorios que están invadiendo” y en otro dicen que las Farc desaparecieron y que lo que quedan son “bandas a las que les quedó gustando el negocio del narcotráfico” e incluso las señalan de estar coordinadas con “el Ejército, la Policía y los paramilitares narcotraficantes y el gobierno”.
Poco después, el Carlos Patiño lanzó la misma acusación contra el ELN, diciendo en otro comunicado más que “en ocasiones trabajan coordinadamente” esta guerrilla y el Ejército. Agrega que está “para apoyar a las comunidades y su resistencia contra la agresión del gobierno nacional”. Finaliza con desmentir, según su versión, sus supuestas amenazas contra organizaciones y líderes sociales de la zona, los invita a un “diálogo franco” y afirma que su confrontación era con el ELN.
Estos ataques se mantienen hoy de lado y lado. En un comunicado de agosto, el ELN dice que “el Gobierno del Presidente Duque lanza una ofensiva sobre el territorio de la cuenca del río Micay, desde el día 20 de febrero de 2020, en esta ocasión utiliza a la Fudra 4 del Ejército oficial para que proteja la punta de lanza de la operación conformada por las bandas de paramilitares autodenominadas Carlos Patiño, Dagoberto Ramos, Jaime Martínez”
El 14 de agosto, el Carlos Patiño - y todo el CCO - acusó al ELN de actuar de la mano con la Fuerza Pública, de atropellar a las comunidades contra su voluntad, de promover la erradicación de cultivos ilícitos y de usar el nombre del ELN y la imagen de Camilo Torres “para delinquir”.
Afirmó esa disidencia que ha tenido enfrentamientos con la Segunda Marquetalia y que los seguirá teniendo, agregando que, “En su discurso de lanzamiento Iván Márquez manifestó que no confrontaran (sic) a las Fuerzas Militares y policiales, posición populista y negadora de la realidad, ¿Cómo no confrontar a las fuerzas militares si son las que el Gobierno colombiano usa para reprimir y asesinar al pueblo?”.
Esta guerra de fusiles y comunicados que ruedan por las calles, trochas y caminos de la zona, también tiene su versión -acaso una menos cruel- por las redes sociales.
Las redes
Facebook es la red principal de esta guerra. El Carlos Patiño tiene cuatro cuentas que al parecer están vinculadas al grupo, pues publican diferentes imágenes de miembros del grupo armado y sus comunicados. Además interactúan con medios locales.
Entre marzo y mayo de este año, en esta red existió una página supuestamente del frente del ELN en la zona, que publicó diferentes comunicados y propaganda del grupo pero ya ha dejado de funcionar.
En esta red, principalmente el Carlos Patiño publica acusaciones, amenazas, señalamientos y hasta burlas, como estos que se pueden ver al buscar las cuentas presuntamente relacionadas con estos grupos:
Estos mensajes - tanto los comunicados como los de las redes - tienen un argumento que para los grupos armados es clave en su búsqueda de legitimidad, especialmente en un contexto de disputa, cuando frecuentemente usan la violencia: ‘Nosotros somos los buenos que defendemos al pueblo de los criminales que lo atacan’.
Para lograr el control territorial y político, los grupos armados - criminales o no - hacen una oferta, a menudo perversa, de protección al pueblo con promesas de mantener orden y evitar violencia.
Son comunes las acusaciones entre los dos grupos enfrentados de ser “paramilitares” porque esa es una referencia de una memoria colectiva de atrocidades en la región cuando hacían presencia las AUC.
Además, entre 2006 y 2009, las Farc y el ELN se enfrentaron en la región, este último en alianza con los Rastrojos, una guerra que también dejó su huella. Para el Carlos Patiño y el ELN presentarse como los que protegen al pueblo de los paramilitares y de la Fuerza Pública es especialmente importante para ganar autoridad.
Esa autoridad seguirá en disputa. El Carlos Patiño seguramente continuará dando muestras de poder en su intento por copar el territorio, especialmente por incursiones públicas. Quizá la más fuerte de ellas fue el funeral de alias Fray, en junio pasado, pues camiones llenos de disidentes, algunos armados, pasaron por Fonsa, el corregimiento donde ahora están peleando con la Segunda Marquetalia, llegando a una vereda desconocida de la zona, en un intento por mostrar que el ELN ya no es la ley, sino son ellos quienes mandan.
*Los autores son investigadores de la Fundación Conflict Responses.