El muy conocido ideólogo del uribismo probablemente se queda por fuera del Senado mientras pintan fuertes los candidatos de maquinaria.
La lista abierta de Uribe tiene a José Obdulio en la cuerda floja
La decisión del Centro Democrático de no acudir al bolígrafo de Álvaro Uribe para definir el orden de la lista al Senado sino dejar que sea a punta de votos que se defina ese orden (para luego distribuir las curules) tiene a José Obdulio Gaviria, uno de los ideólogos del uribismo y más asiduos defensores de su jefe, en la cuerda floja.
La estrategia de José Obdulio es su figura
“A José Obdulio, como a los uribistas de siempre, les queda muy difícil pedir votos para ellos, porque siempre le han pedido votos a Uribe”, dijo a La Silla una fuente del partido que no quiso ser nombrada para ahorrarse problemas con sus copartidarios. Y esa es la gran dificultad que enfrenta quien le escribía los discursos a Uribe cuando era presidente y que pueden tener en frente otros escuderos del Exmandatario que no tienen estructuras propias.
Gaviria fue uno de los que más se opuso a que su jefe político decidiera abrir las listas a Congreso. “Esa es la madre de todos los males”, nos dijo, pues afirma que le da chance a personas que con mucha plata pueden llegar sin tener necesariamente el perfil de un parlamentario que haga bien su gestión. Es decir, a reemplazar la disciplina partidaria que él representa por formas tradicionales de hacer política con vallas, cachuchas y maquinaria.
Hace cuatro años, José Obdulio la tuvo fácil. Por decisión de Uribe fue el noveno en una lista de la que salieron 20 senadores gracias a los más de 2,2 millones de votos por la lista que encabezaba, como ahora, Uribe. Pero esta vez, ni estima cuántos votos va a sacar porque, como todo congresista uribista, no tiene claro cuántos votos son de él propiamente ni sabe hacer campaña para conseguirlos.
“Cabalgo sobre la popularidad, la figura. Simplemente busco ese nicho de votación y lo divido entre el factor orgánico, el organizado, con el Centro de Pensamiento Primero Colombia (que fundó en 2006 basado en la ideología uribista)”.
Él no tiene claro cuántos votos le daría ese centro no solo porque nunca se ha medido sino porque no es una estructura electoral.
Su otra estrategia para ganar votos es presentarse como la mano derecha del Expresidente.
“La gente que considera a Uribe su líder. Yo pretendo un pequeño porcentaje de ese voto con publicidad, presencia en medios de comunicación y recorriendo el país con Uribe y con Duque”, dijo.
El problema con esa estrategia es que el voto de opinión uribista se concentra justamente en Uribe, y competirle es muy difícil. Por eso es que los aspirantes con estructuras propias son los que pintan más fuertes.
El enemigo es la maquinaria
En la tierra de Uribe, son tres los senadores que se quieren reelegir: el Expresidente, José Obdulio y Paola Holguín.
Si bien ella tiene un corte similar al de Gaviria (no es una política de carrera ni una heredera política, y de hecho lo reemplazó como asesor de Uribe en 2009, cuando José Obdulio se fue a impulsar la fallida segunda reelección), ha armado una estructura en Antioquia, los llamados “Paolos”.
Hoy tiene equipos en 110 de los 125 municipios, incluyendo exalcaldes y concejales, el respaldo del concejal Simón Molina de Medellín, del diputado Wilson Gómez (elegido en 2015 con 11 mil votos) y de la excandidata a la Alcaldía de Itagüí Rosa Acevedo (que sacó 21 mil votos).
También tiene los concejales del Centro Democrático en Caldas y Envigado, que le suman votos solo en el Valle de Aburrá. Y su fórmula, el abogado Juan Espinal, tiene fuerza en el Oriente antioqueño.
Con esa estructura, Holguín tiene un panorama más despejado que José Obdulio para reelegirse: tiene con qué pelear parte de los votos uribistas antioqueños, que en 2014 fueron casi 437 mil.
Los otros que se los van a pelear y que pintan fuertes son los representantes Santiago Valencia, el hijo de Fabio Valencia Cossio (exministro y exsenador) , y Regina Zuluaga, la candidata ramista.
Santiago, que encabeza el grupo de su papá dentro del uribismo, se preparó durante estos cuatro años para que las listas de su partido se abrieran, y tiene apoyo de dos concejales de Medellín y un diputado electo con 14 mil votos, además de dos fórmulas: en Urabá el exalcalde de Chigorodó Amador Caycedo, y en el Norte John Jairo Berrío, exalcalde de Donmatías y candidato a Asamblea por el Partido Conservador que se quemó con 15 mil votos.
Regina, además de tener la insignia de ser de la cuerda del popular ex gobernador Luis Alfredo Ramos, tiene un trabajo fuerte de bases en Medellín desde cuando fue concejal y en el Oriente Antioqueño de donde es oriunda; y su hermano y ex diputado Obed Zuluaga, es alcalde de Sonsón.
Hay una última aspirante paisa que podría ganar una curul y que, lo haga o no, moverá votos de opinión, lo que le quita potenciales electores a José Obdulio: la estrella de Twitter Claudia Bustamante que tiene 60 mil seguidores.
"Claudia tiene una fanaticada en redes sociales que tiene que convertirse en votos”, dijo a La Silla el el saliente senador Alfredo Ramos, quien renunció a reelegirse por la lista abierta y ha ido construyendo un camino propio aparte de su padre el ex Gobernador apoyando a candidatos como Bustamante.
Dentro del uribismo, ella es conocida por haber organizado la marcha contra Santos en 2016, y porque Uribe le ha dado vuelo e importancia como cuando la llevó a la reunión en Casa de Nariño tras la victoria del No en el plebiscito.
Aparte de esos candidatos en Antioquia, en muchas regiones hay otros con sus propias maquinarias que esperan disputarse los primeros puestos en votación y que así hacen difícil la reelección de Gaviria.
Hay herederos políticos, como Ciro Ramírez en Boyacá, Yenny Rozo en Cundinamarca o Pierre García en Tolima, y uribistas que han armado estructuras en estos años, como María Fernanda Cabal en Bogotá.
Pero además de esos uribistas conocidos, está Nicolás Pérez, un novato que puede sorprender en Antioquia y que tiene la ventaja de ser el sobrino de Luis Pérez.
En este escenario tan competido, a José Obdulio le tocará redoblar su retórica para demostrar que es el más uribista entre sus competidores, y así mantendrá su curul.