La locura, la última defensa

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Hace unos días, el senador del Polo Iván Moreno le pidió a la Corte Suprema de Justicia que le hiciera una evaluación mental a Miguel Nule pues, según él, las denuncias que el polémico empresario ha hecho en su contra sólo pueden venir de una enfermedad mental que implica una compulsión por mentir constantemente.

Hace unos días, el senador del Polo Iván Moreno le pidió a la Corte Suprema de Justicia que le hiciera una evaluación mental a Miguel Nule pues, según él, las denuncias que el polémico empresario ha hecho en su contra sólo pueden venir de una enfermedad mental que implica una compulsión por mentir constantemente.

Sin embargo, esta no es la primera vez que se alega inestabilidad mental para desacreditar a algún acusador. Ya otras veces, aunque no siempre recurriendo a la Corte, quienes han sido implicados en escándalos o denuncias, han invocado la demencia o la mitomanía de quienes los señalan. Este es un breve recuento por algunos de aquellos que fueron tildados de “locos” por sus denuncias.

Miguel Nule

En octubre Miguel Nule implicó directamente a Iván Moreno, entre otros, con el llamado “Cartel de la Contratación”, acusándolo de haber exigido el pago de comisiones para influenciar la adjudicación de contratos de obras públicas en Bogotá.

Según la defensa del Senador, Miguel Nule “miente compulsivamente” y mintió cuando afirmó a la Procuraduría que Moreno le pidió comisiones a su grupo para ayudarlo con un contrato y le pidió algunas estaciones de gasolina a cambio de ayudarlo a quedarse con el contrato de la doble calzada Bogotá-Girardot, entre otras acusaciones. Hace casi una semana, el senador del Polo Moreno le solicitó a la Corte Suprema de Justicia que le realizara un examen al empresario para comprobar su salud mental.

Si se acepta la petición de Moreno, Medicina Legal tendría que realizarle un examen psicológico a Miguel Nule que determine su estabilidad mental y si es, como afirma el Senador, un mitómano, o no. Dependiendo del resultado, la Corte sabrá si tener en cuenta o no los testimonios dados por Nule.

Yidis Medina

En abril de 2008 la ex representante a la Cámara por Santander, Yidis Medina, denunció que había recibido prebendas de funcionarios del gobierno para, en 2004, votar a favor el proyecto de reforma constitucional que terminó por permitir la reelección inmediata de Álvaro Uribe. Aunque uno de los funcionarios implicados por Medina, Diego Palacio, entonces Ministro de Protección Social, negó las acusaciones, la Corte encontró que Medina sí había vendido su voto y la condenó a 47 meses de detención domiciliaria.

A  Palacio se le abrió investigación en la Procuraduría y en la Fiscalía gracias a las declaraciones de Medina, en particular, el supuesto ofrecimiento que el Exministro le hizo de obtener cuotas políticas en algunas instituciones bajo su mando en Buenaventura. Ante las acusaciones, Jaime Lombana, abogado de Palacio, dijo que Medina era una “psicópata criminal” y el mismo Palacio dijo que ella mentía debido a que estaba sufriendo una crisis mental y pidió que se evaluara su cordura. La sala penal de la Corte Suprema le solicitó a Medicina Legal que realizara el examen, en el que se encontró que Medina no sufría de trastornos mentales. La Fiscalía ahora tiene que decidir si le imputa cargos o no a Palacio.

"Pitirri"

Jairo Antonio Castillo Peralta, alias “Pitirri” es un exparamilitar que, con sus confesiones y denuncias, ha implicado a varios políticos en el escándalo de la “parapolítica” y que ha sido testigo clave en varios procesos que han terminado con condenas. Desde que, en 2000, decidió colaborar con la Fiscalía a raíz de un intento de asesinato en su contra, lo han tratado de “loco”. Hace ocho años, desde el asesinato de la fiscal Yolanda Paternina, ha estado por fuera del país, pero de todas maneras sus testimonios han tenido gran impacto en la justicia en la última década.

Por ejemplo, el testimonio juramentado que dio ante la Corte Suprema en el que declaró que el exsenador Mario Uribe Escobar se había aprovechado del poder de los paramilitares para quedarse con varias propiedades en Antioquia y Córdoba, fue clave para la posterior orden de captura contra el excongresista.
Pero Mario Uribe siempre se mantuvo en que “Pitirri” es un mentiroso y que acomodaba sus testimonios, según la ocasión. Además, en una entrevista este año recordó que él no era el único que tenía esta percepción, pues el procurador delegado para su caso “dijo que ‘Pitirri’ es un farsante, mentiroso,
fantasioso e incoherente; que la conductas ilícitas que me atribuyó no se cometieron, que las tierras nunca aparecieron, que las reuniones nunca se dieron y que las relaciones suyas o de Mario Uribe con paramilitares no eran otra cosa que invenciones malintencionadas del bandido”.

Sin embargo, la Corte en febrero de este año señaló que ““Pitirri” es un testigo expresivo, franco y directo; no cerebral y artificioso”, de quien “queda claro que no es un mitómano”, pues “nunca ha surgido razón que lleve a pensar que de manera gratuita o arbitraria ha involucrado a personas en crímenes que no cometieron”.

Rafael García

García, quien fuera jefe de informática del DAS bajo la dirección de Jorge Noguera, fue llegado a conocer como el “Ventilador del DAS” cuando, en 2006, denunció la infiltración parapolítica en la entidad y los vínculos de 36 funcionarios y políticos con grupos paramilitares. Además, también denunció un supuesto fraude organizado por paramilitares para favorecer a Álvaro Uribe en las elecciones presidenciales de 2006. Luego, en 2009, también denunció que Jorge Noguera se aprovechaba de su cargo para enviar cocaína al exterior.

A raíz de las denuncias que, además de a Noguera, también mencionaban a Álvaro Araújo Castro, Alfonso Campo Escobar, Mauricio Pimiento y Luis Eduardo Vives Lacotoure, entre otros, en 2007 varios abogados de los políticos y funcionarios implicados en el caso que insistían en que García mentía, pidieron que se le hiciera una evaluación psicológica para comprobar si era lo suficientemente estable para decir la verdad. Algunos testigos del caso que ya lo conocían aseguraron de García que “es un mitómano” y otros que “es un mentiroso compulsivo y que ha contado su verdad de a poco, como valiéndose de acontecimientos que van sucediendo para cuadrar sus versiones”. Otros también señalaron que García tenía problemas con las drogas.

Sin embargo, dos psiquiatras de Medicina Legal determinaron que “García Torres no está loco, ni es un mentiroso compulsivo”. Ellos también reconocieron que, aunque “tiene rasgos de personalidad obsesiva y un comportamiento antisocial, el examinado, para el momento de la entrevista, no presenta signos o síntomas que sugieran un trastorno mental o precedente, ni elementos concordantes con mitomanía o tendencia patológica a mentir”.

Francisco Villalba

Villalba fue un paramilitar sucreño conocido como “El Profesor de las AUC” que en febrero de 2008 denunció ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara que Álvaro Uribe, entonces gobernador de Antioquia, había supuestamente participado junto a Salvatore Mancuso y Carlos Castaño en la masacre de El Aro (corregimiento de Ituango, Antioquia) ocurrida en octubre de 1997. También denunció que había visto al helicóptero de la gobernación sobrevolar la zona después de la masacre y que Carlos Castaño le había informado que el gobernador se encontraba allí. Además, dijo que Uribe le había otorgado una condecoración por su participación en la masacre. Sobre esta última acusación, Villalba siempre sostuvo que podía corroborarla a través de videos y fotos que poseía, pero que nunca mostró. Villalba fue asesinado en abril de 2009, cinco meses después de haberse ratificado en sus acusaciones.

A Villalba muchos lo acusaron de mentiroso e incapaz de decir la verdad. El investigador de la Comisión de Acusaciones de la Cámara, por ejemplo, recordó los testimonios de dos desmovilizados que habían desmentido a Villalba. El primero, el de Libardo Duarte, quien le escribió una carta al presidente Uribe contándole sobre cómo Villalba lo había invitado a participar en un complot en su contra a cambio de 500 millones de pesos que, supuestamente, saldrían de los bolsillos de Gustavo Petro, Piedad Córdoba y Daniel Coronell. El otro, de alias “Junior”, quien aseguró que Villalba no había participado en la masacre de El Aro y, ni siquiera, en el grupo paramilitar que la había perpetrado.

Otras inconsistencias en sus testimonios les sirvieron de argumento a quienes lo tildaban de mitómano. Por ejemplo, el haber afirmado que la masacre ocurrió en noviembre -en vez de la fecha real, octubre-, la supuesta presencia en una reunión en La Caucana del General Alfonso Manosalva, quien habría muerto meses antes de dicho encuentro y la referencia errada a Santiago Uribe como “El Pecoso” (Álvaro Uribe aclaró que ese apodo le correspondía a otro hermano suyo).

Además, el abogado de Álvaro Uribe, Jaime Lombana, citó un informe de la directora nacional del CTI, Marilú Méndez, en el que decía que “incluso H.H. manifestaba que Villalba era un paramilitar raso, no tenía comando de bloque como él lo manifestaba” y otro abogado cercano a la Casa de Nariño lo tildó de “testigo mentiroso, de un entorno peligrosísimo”

Con el asesinato de Villalba, nunca se pudo conocer si existían las fotos que él decía probarían su relación con Uribe o si, simplemente, lo estaba inventando todo.

"Popeye"

John Jairo Velásquez, alias “Popeye”, fue el lugarteniente de Pablo Escobar y trabajó de cerca a varios miembros del Cartel de Medellín cuando se convirtió en el jefe de sicarios. Desde 2003 ha estado preso en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, Boyacá y desde allí ha decidido relatar su vida criminal. Ha implicado a varias personas en el camino, incluyendo al político tolimense Alberto Santofimio, por la muerte de Luis Carlos Galán..

En 2009, por ejemplo, acusó al hijo de Pablo Escobar, Juan Pablo -ahora llamado Sebastián Marroquín- de participar en el asesinato del capitán de la Policía en 1992, Fernando Hoyos. “Popeye” además dijo que le pagó 30 mil dólares a un testigo que había señalado a Escobar de participar en el crimen para que se retractara.

Marroquín dice que “todo eso es falso. Son mentiras y afirmaciones amañadas a sus intereses personales” y que ‘Popeye’ es un mentiroso, aprovechando protagonismo y no sé que está buscando”.

Sin embargo, la patología de la que lo acusa no es mental, sino económica, pues asegura que “‘Popeye’ es un tipo que tú vas y le ofreces un dinero y necesitas que diga el monólogo que tú quieras se lo escribes y él lo dice. Es una persona que vive de eso al estar metido en un calabozo. El que se dedica a la práctica de extorsiones, va y extorsiona a familias de todas las clases y les pide dinero para que ‘Popeye’ diga o no diga”.

El hermano de Pablo Escobar, Roberto, también lo acusa de mentir. Por ejemplo dice que “Popeye” no puede saber sobre la toma del Palacio de Justicia, pues sólo llegó al Cartel de Medellín en 1989, cuatro años después de los hechos. Además, se queja de otras de sus imprecisiones, como por ejemplo, la manera en la que hablaba sobre la esposa de Pablo Escobar.

De todas maneras, “Popeye” sigue encarcelado y siendo protegido en Cómbita por los aportes que sus confesiones podrían darle a la justicia. 
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