Las disidencias en Caquetá reivindican el nombre de las Farc en armas. El mismo que el partido recién creado por esa guerrilla mantuvo.
La marca Farc que ahora explotan las disidencias
Mientras la semana pasada las Farc le hacían un homenaje al ‘Mono Jojoy’ en el cementerio El Apogeo al sur de Bogotá recordándolo como el “defensor de los humildes”, en Caquetá una de sus disidencias le rendía tributo, pero con las armas.
Hombres de la disidencia del frente 14, armados y de camuflado, pusieron un retén en la mitad de una carretera principal que va a Cartagena del Chairá y pararon a algunos camiones y busetas entregándoles un panfleto en el que decían que justamente como homenaje al séptimo aniversario de la muerte de ‘Jojoy’ seguirán siendo el “Ejército del pueblo”.
Se presentaron como miembros del “bloque del comandante Jorge Briseño”, es decir el Oriental, que hasta ahora no se había aparecido en Caquetá.
Fue la primera vez desde que se firmó el Acuerdo de paz en La Habana que en Caquetá una disidencia, hasta ahora escondida en el monte, mostraba su cara en plena carretera, pintando los camiones con las siglas que el partido recién creado por esa guerrilla mantuvo.
Ese episodio, más la crecida del grupo que lidera el exguerrillero Gentil Duarte, muestra que si antes Caquetá era la retaguardia histórica de las Farc, ahora es el lugar en el que sus disidencias se están fortaleciendo y además reivindicando el nombre de la guerrilla, lo cual es un golpe para el partido de las Farc e incluso para el aterrizaje de los Acuerdos allí.
El retén y las amenazas
“Para aquellos que en algún día fueron el secretariado de las Farc, mandos medios, guerrilleros y guerrilleras de base y milicianos, y que en este momento ya no lo son porque se desmoralizaron y tomaron el camino equivocado (mal llamado proceso de paz), les decimos que los que nos hemos quedado en armas jamás traicionaremos a nuestro pueblo”, decía el panfleto que repartieron.
El general Francisco Cruz, de la sexta dvisión del Ejército, dijo en una rueda de prensa que los que armaron el retén fueron alias ‘El Indio’, alias ‘Hermes’ y alias ‘El Loco Roberto’, todos de la disidencia del 14.
Lo que todavía no se sabe, según le dijeron a La Silla dos fuentes del Ejército por aparte, es si este retén tiene algo que ver con Rodrigo Cadete que fue comandante del frente 27 y que se le voló a sus escoltas hace dos semanas justo en esa misma vía.
Pero lo del retén es apenas la punta de lo que está pasando en Caquetá.
“Aquí estamos acuartelados. A la gente le da miedo salir a las calles y las extorsiones ya hasta se reglamentaron”, nos dijo Luis Francisco Vargas, el alcalde de Cartagena del Chairá.
Según nos contó el alcalde, en ese municipio él ha contado treinta personas que vienen del Meta y que allá creen que hacen parte de la disidencia de Duarte, cobrandoles 10 mil pesos por vaca a los campesinos al mes, tres mil pesos por hectárea y si alguien vende una finca, debe pagarles el 10 por ciento del valor.
“Aquí todo el mundo paga. Desde el comerciante hasta el ganadero. Mandan a llamarlos, les dicen que tienen que pagar y punto”, agregó el alcalde.
A eso se suma la disparada de las vacunas en San Vicente del Caguán, donde como contó La Silla Sur, la misma disidencia de Duarte les está cobrando a los ganaderos hasta diez veces más de lo que cobraban las Farc, les han robado cientos de reses y amenazan con quemar las fincas a quienes no paguen.
Pero ya no es solo a punta de extorsiones que Duarte y las disidencias que coordina (la del 40, la del 62 y el primero) están amenazando a la gente.
La crecida de Duarte
Según supo La Silla por una fuente de San Vicente del Caguán que hace parte de una organización social que no citamos por su seguridad, la disidencia de Duarte está ofreciendo a jóvenes del municipio un millón doscientos mil pesos para reclutarlos y a los campesinos entre cinco a seis millones para que compren semillas, cultiven coca y les paguen por producción después.
“Es una forma de ir haciendo crecer el negocio y asegurándose una base más grande”, nos dijo esa fuente.
Frente a eso, el general Jorge Humberto Jerez, comandante de la Fuerza de Tarea Omega, dijo a La Silla que aunque no tiene información de que eso esté pasando en San Vicente, sí sabe que la disidencia de Duarte está haciendo justo eso en el Guaviare.
“Aquí están obligando a los campesinos a que cultiven la hoja y a los raspachines a que tienen que pagar por raspar. Todo el que entra en la cadena paga su parte. Es exactamente lo que hacían antes las Farc y ahora lo hacen sus disidencias”, dijo a La Silla.
Jerez también nos dijo que por información de inteligencia gracias a las capturas de algunos miembros de la disidencia, saben que Duarte está haciendo contactos con las disidencias del Cauca para ampliar aún más las rutas de entrada y salida de la coca, pero no pudimos corroborar esa información con fuentes en ese departamento.
Una fuente cercana al proceso con el ELN dijo a La Silla que tenía información de que en el Vichada, Duarte estaba en conversaciones con los elenos.
Todo esto hace parte de la cadena de narcotráfico de las disidencias del sur, que también hemos detallado.
Pero la gran diferencia es que a finales de agosto el Ejército calculaba que las cuatro disidencias que lidera Duarte y que se mueve entre Guaviare, Meta y Caquetá, sumaban 309 personas. Ahora, según el general Jerez, los cálculos van en 394. Es decir, casi cien personas más en un mes.
Y eso que han capturado solo este año a 74 exguerilleros, han dado de baja a catorce más en operativos y les han incautado 59 armas individuales y 123 de acompañamiento.
Aparte de crecer en número, ahora también están utilizando otra estrategia.
En Solano, un municipio que es la mitad de Caquetá, están citando a los campesinos a decirles que tienen que seguir cultivando coca. Así nos lo contó una fuente oficial, que no citamos porque la disidencia lo tiene amenazado.
“Sabemos de por lo menos tres reuniones en la vereda Puerto Tejada de aquí del municipio. Los citan y les dicen a los campesinos que deben sembrar la coca, que eso es mejor, que la guerrilla negoció mal y que no se acojan al programa de sustitución del Gobierno”, nos dijo esa fuente. “Donde van llegando, van presionando con ese tema”.
Una denuncia muy parecida le llegó a la Defensoría del Pueblo desde Cartagena del Chairá. De hecho,según supimos, ya hay un presidente de una junta de acción comunal amenazado por negarse a seguir cultivando ante la disidencia.
La marca Farc
Que las disidencias del Caquetá usen y reivindiquen el nombre de las Farc como guerrilla en armas en Caquetá, un lugar que fue por años su retaguardia histórica, es un golpe para los que sí las dejaron y quieren hacer política.
Lo es porque a diferencia de otras zonas del país donde las disidencias de las Farc se han bautizado con otros nombres, como es el caso de “La gente del orden” o “Las nuevas guerrillas del Pacífico” en Tumaco , lo que muestra el retén de la semana pasada es que en Caquetá las disidencias muestran con orgullo el nombre de las Farc y retoman el discurso de que son el “Ejército del pueblo”.
Una confusión que es muy peligrosa para el partido que ahora lleva el mismo nombre y le apuesta a defender sus ideas en las urnas y para la credibilidad del acuerdo de Paz.