La muerte de Mindefensa resalta la vulnerabilidad del país frente al covid

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Trujillo se convierte en la víctima de mayor perfil de covid en el país, en  medio de una pandemia que ha cobrado la vida de casi 52 mil colombianos. El diplomático y político vallecaucano deja un importante vacío en el Gobierno de Iván Duque y en el Centro Democrático. 

 

Carlos Holmes Trujillo García, el ministro de Defensa de Colombia, murió esta madrugada, dos semanas después de haber sido diagnosticado con covid, en el Hospital Militar de Bogotá. Tenía 69 años.

En medio de una pandemia que ha causado la muerte a 51.747 colombianos, y de un segundo pico que arreció con más fuerza que el primero, Trujillo se convierte en la víctima del virus de mayor perfil político en el país, hasta la fecha.

Y, por su alto perfil al frente de las Fuerzas Armadas, su muerte resalta la vulnerabilidad del país frente al virus.

Desde el pasado 18 de enero, tras haber sido admitido a cuidado crítico, el presidente Iván Duque había delegado el mando militar al comandante de las FF.MM., el general Luis Fernando Navarro Jiménez.   

La vida pública del político vallecaucano fue larga y abarcadora. Trabajó con los últimos siete presidentes. Comenzó en el gobierno de Alfonso López Michelsen, como cónsul en Tokio y terminó en el gobierno de Iván Duque, donde fue canciller y luego ministro de Defensa. Trujillo hizo una inusual carrera, que combinó la diplomacia con la política en gobiernos tanto liberales como conservadores. 

En la diplomacia casi ocupó el rango completo de posiciones, desde cónsul hasta canciller. En la política, la última elección que ganó fue en 1990, y desde entonces aspiró sin éxito, pero con persistencia, en varias ocasiones.

Precisamente cuando estaba cerca de llegar a los 70 años, Trujillo se encontraba en su mejor momento político. Además de ocupar un lugar prominente en el gobierno del presidente Duque, era considerado como uno de los más opcionados candidatos del Centro Democrático para disputar la Presidencia en el 2022. 

Es en ese partido donde deja su impronta más profunda, donde su profunda voz y su característica prosa política alcanzaron el mayor alcance nacional. 

Carlos Holmes, como era conocido, recorrió un camino paralelo al de Álvaro Uribe, desde el liberalismo, hasta la derecha conservadora. Ahí ocupó, de la mano del expresidente, un papel clave en el uribismo desde la formación del Centro Democrático. Fue un opositor al expresidente Santos, promotor de la campaña del No en el plebiscito, precandidato presidencial, y finalmente dos veces ministro del gobierno Duque. 

Tras su fallecimiento Uribe lamentó la “orfandad” en la que lo dejaba, de su “ señorío, ecuanimidad, patriotismo, su amistad y compañía de todas las horas”.

La muerte de Trujillo deja un vacío político enorme en el gobierno y en el partido de gobierno. Pero también en un país, que siente con fuerza la vulnerabilidad en la que lo pone el virus, del que no es inmune nadie, ni el ministro de Defensa. 

 

Una situación crítica que tendrá que enfrentar el gobierno, en medio de su segundo pico, y sin vacunas aún. 

Larga y amplia trayectoria

Trujillo nació el 23 de septiembre de 1951, en una familia poderosa del el Valle del Cauca. Su padre, también llamado Carlos Holmes Trujillo, fue un congresista liberal que le heredó su poder político a sus dos hijos, José Renan y Carlos Holmes.

Durante los más de 40 años en los que estuvo activo en política, Trujillo hizo parte de varios de los momentos claves de la historia del país, desde casi todos los gobiernos, en distintas posiciones.

Muy joven fue diplomático de López Michelsen y Turbay en Japón. Luego fue elegido a dos cargos de votación popular desde el partido Liberal; la alcaldía de Cali en 1988 y la Asamblea Constituyente en 1991.

Al terminar la Constituyente se convirtió en Ministro de Educación de César Gaviria. Luego, en la presidencia de Ernesto Samper fue Consejero de Paz, ministro del Interior, y embajador ante la OEA.

Desde ahí siguió una larga carrera diplomática; nombrado por Andrés Pastrana a las embajadas de Austria y Rusia, por Álvaro Uribe en Suecia y Bélgica, cargo al que no renunció hasta recién entrado el gobierno de Juan Manuel Santos en 2011.

Terminó su carrera en el uribismo, tras haber sido fórmula vicepresidencial de Oscar Iván Zuluaga en el 2014, y precandidato presidencial en el 2018. Y luego miembro del gabinete Duque desde la posesión.

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