La pelea por el principado de Oneida

Imagen

En estas elecciones regionales, la princesa negra Oneida Pinto no solo apuesta por la Gobernación de La Guajira con el apoyo del vargasllerismo sino por asegurarse cuatro años más la Alcaldía de su natal Albania, municipio en el que manda desde 2004 cuando se convirtió en la primera, y hasta ahora única, mandataria. Y desde ya los guajiros le auguran moñona.

En estas elecciones regionales, la princesa negra Oneida Pinto no solo apuesta por la Gobernación de La Guajira con el apoyo del vargasllerismo sino para asegurarse cuatro años más la Alcaldía de su natal Albania, municipio en el que manda desde 2004 cuando se convirtió en la primera -y hasta ahora única- mujer alcaldesa. Y desde ya los guajiros le auguran moñona.

A menos de una hora de Riohacha está la tierra en la que Oneida consolidó su pequeño imperio político y en la que ha sido ama y señora durante la última década como si fuera su finca. Evidencia de ello es que puso a su chofer de alcalde y hasta el año pasado todos los empleados de la Alcaldía debían tener su visto bueno.

Albania es uno de los territorios guajiros con menor población y censo electoral (tiene 14 mil habitantes), pero rico en presupuesto por las regalías que le deja el carbón desde el 2000, cuando se independizó de Maicao y se convirtió en municipio.

Fue durante su primera Alcaldía, entre 2004 y 2007, que Oneida inició la revolución de cemento con la que le cambió la fachada al pueblo -y hoy usa como una de sus banderas de campaña a la Gobernación-: construyó vías, parques, las urbanizaciones Villa One, Sergio Hernández y Ciudad Albania y hasta una unidad deportiva.

Sus contradictores califican algunas de esas obras como excesivas porque no solucionó los problemas de fondo del municipio como la falta de agua y alcantarillado, ni garantizarles a los albaneses un buen acceso al sistema de salud.

Tanto es el poder de Oneida allí que los dos candidatos que se disputan la silla municipal son cercanos a ella: su exesposo y  socio político Pablo Parra (de Opción Ciudadana), quien se desempeñó como gestor social durante su primera Alcaldía, y el exconcejal y exsecretario de Salud de Albania Emerson Pinto, quien es su primo y está avalado por su mismo partido Cambio Radical.

Pablo Parra estuvo casado con Oneida Pinto hasta 2012. Gracias a su trabajo político en Albania, durante la última década, tiene todas las de ganar este 25 de octubre para convertirse en el próximo alcalde de ese municipio con el aval de Opción Ciudadana. 
Emerson Pinto es primo de Oneida y le pelea a Pablo Parra, con el aval de Cambio Radical, la Alcaldía de Albania.

Este 25 de octubre la princesa negra gana con cara o sello en Albania porque aunque ella y Parra aseguran que están separados desde 2012, todavía tienen vasos comunicantes que muestran su cercanía política: en reuniones privadas el candidato ha dicho que votará por Oneida porque es la madre de sus dos hijos.

Además, los opositores de Pinto y de Parra aseguran que la separación fue una estrategia para que ninguno de los dos se inhabilitara y pudiera seguir adelante con sus aspiraciones políticas. Interpretación que ambos niegan.

“En Albania está claro que el alcalde es Parra”, nos dice uno de los albaneses consultados, quien pidió no ser citado, al contar cómo en el municipio dan por hecho que será el exesposo de Oneida quien reemplazará desde el próximo primero de enero al actual mandatario Aurelio Arregocés Peñaranda (del grupo político de Oneida y designado el año pasado por el gobernador José María Ballesteros después de que ella renunció a la Alcaldía para no inhabilitarse en su aspiración a la Gobernación).

Pablo Parra es un chocoano que llegó a La Guajira en la década de los 90 como policía y con su trabajo comunitario se ganó la simpatía de los lugareños. Ese cariño aumentó cuando su entonces compañera se convirtió en 2004 en alcaldesa y él en el gestor social del municipio.

También, desde aquella época, al ‘Negro’ Parra -como le llaman allí- lo persigue el ruido por su supuesta participación en el asesinato de quien amenazaba con quitarles a él y a Oneida la Alcaldía: el aspirante Jorge Jiménez Aragón, baleado cinco veces en 2002 en el mercado del pueblo. La Justicia todavía no encuentra a los culpables de ese homicidio, aunque para muchos en La Guajira Parra estuvo implicado. Señalamiento que él rechaza tajantemente y por el que no tiene investigación abierta.

En 2003 Parra fue víctima de un atentado y logró recuperarse de los seis balazos que lo alcanzaron.

La de Parra ha sido una campaña que ha mojado prensa nacional desde agosto pasado. Además de generar titulares por su relación con Oneida, fue noticia por un burro valla que recorrió las calles albanesas promocionando su proyecto político. El candidato negó estar detrás de esa estrategia publicitaria y acusó a sus opositores de promoverla para dejarlo en ridículo ante los guajiros y el resto del país.

“A mí los contrarios -como soy negro- me tratan como si fuera un burro”, le dijo a Semana.

Más allá de esa anécdota risible, lo que ha hecho sobresalir a Parra en estas regionales ha sido el músculo económico de su campaña, que despierta suspicacias sobre el origen de los recursos. Especialmente por su influencia en la Alcaldía durante la última década.

En las casas de Albania predominan sus afiches. Los fines de semana en su comando político no ha faltado el sancocho comunitario. En las visitas barriales que realiza, puerta a puerta, tampoco deja de repartirles plata a todo el que le pida colaboración para resolver sus afanes diarios. Y hoy el cantante vallenato de moda el ‘Churo’ Díaz amenizó el cierre de su campaña.

Esa generosidad económica que ha mostrado Parra en esta campaña no es novedosa para quienes viven en Albania. Cuatro fuentes que conocen la movida política de allí le contaron a La Silla que después de la Alcaldía de Gustavo Rosado (el congresista por las negritudes, aliado del exrepresentante Yahir Acuña y primer mandatario de ese municipio), la pareja Parra-Pinto consolidó una relación paternalista entre el Estado y los habitantes.

Albania se independizó de Maicao y se convirtió en municipio en el 2000.  Desde entonces recibe regalías por el carbón y es una de las poblaciones más prósperas de La Guajira.

Fue así como se volvió costumbre que la gente recurriera a la alcaldesa Oneida y al primer gestor Parra en busca de plata para comprar la medicina, pagar el recibo del agua o comprar el ataúd para sepultar al familiar fallecido.

Esa dependencia terminó convirtiendo a Oneida -y también a Parra- en un súper poder local. “Literalmente, no se movía una hoja sin su autorización”, le dijo a La Silla uno de los albaneses consultados.

Prueba del poder de Oneida es que después de terminar su primer periodo como alcaldesa en 2007, logró poner de alcalde a quien era su conductor y escolta: Yan Keller Hernández Erazo. Él gobernó entre 2008 y 2011, pero quienes en realidad estaban al frente de las riendas municipales eran ella y Parra. A la silla municipal Oneida volvió reelegida el primero de enero de 2012 y renunció el año pasado para iniciar su camino a la Gobernación.

La dupla Parra-Pinto le puso votos hace cuatro años al hoy detenido exgobernador Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez. Ambos le hicieron campaña y cuando ‘Kiko’ ganó le entregó a Parra el Instituto Departamental de Deportes de La Guajira, en el que estuvo como su director Aurelio Arregocés Núñez -cercano a la pareja y padre del actual alcalde de Albania-.

La Alcaldía en Albania es el segundo empleador después de la empresa Cerrejón, pero es más fácil trabajar para el municipio porque a veces no se requieren los estudios superiores que sí exigen la firma de explotación carbonífera y sus contratistas.

“Es factible que sin ser bachiller -nos explica una persona que trabajó en la administración municipal- te contraten”.

Hasta el año pasado, quien quisiera tener un empleo en la Alcaldía de Albania necesitaba de Oneida o de Parra. Hoy no acuden a ella por las ocupaciones propias de su campaña a la Gobernación, pero sí a su exesposo y al alcalde que la reemplazó. “(Ellos) Deben darle el visto bueno a tu hoja de vida. No es un proceso de meritocracia, para nada”, nos cuenta el exempleado municipal, quien critica que programas de promoción y prevención de la Secretaría de Salud, por ejemplo, sean usados con fines burocráticos y no técnicos para mejorar las condiciones de salubridad de los albaneses.

Esa persona, que trabajó poco tiempo con la Alcaldía, le detalló a La Silla cómo fue posible su vinculación: un familiar suyo buscó a Oneida durante dos semanas cuando era alcaldesa hasta que la consiguió. Ella le puso a su hoja de vida un adhesivo que indicaba el nombre de la persona por la que debía preguntar en la Alcaldía y el programa para el que sería contratado.

“Para que tengas éxito tienes que hacerte notar por ella (o personas de su grupo político como Parra y el exsecretario Emerson Pinto). (Por eso) La gente va a reuniones políticas, a las caminatas de ellos, o de los candidatos al Senado y Cámara que apoyan”, siguió su relato la fuente.

En las legislativas pasadas, siendo Oneida alcaldesa apoyó al senador Roberto Gerlein y su exesposo Pablo Parra a Musa Besaile. Ambos le pusieron votos al representante Antenor Durán.

Y esa burocracia hace parte del discurso del candidato Emerson Pinto. Él incluye a las tres mil personas que contrató, a través de los programas de promoción cuando estuvo al frente de la Secretaría de Salud, en los volantes que desde hace semanas les entrega a los albaneses para invitarlos a votar por él.

Gracias a esa manera de hacer política, cultivada durante la última década, Oneida y su exesposo Pablo Parra pisan fuerte en estas regionales. Ambos son considerados desde ya ganadores, según los mismos guajiros y las encuestas, y es poco probable que como mandatarios los próximos cuatro años su relación con sus gobernados sea diferente a la que los ha hecho conocidos en La Guajira política.

Compartir
0