La política de Santos está en las drogas

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Pese a que el presidente Juan Manuel Santos se comprometió a que a partir de hoy el Gobierno dejará de fumigar los cultivos de coca con glifosato, esta mañana el general Rodolfo Palomino anunció que los erradicadores de la Policía comenzarán a usarlo manualmente. Eso se suma a otra decisión del Ministro de Defensa que muestra que la nueva y progresista política antidrogas de Santos no va a ser tan fácil de implementar.

Pese a que el presidente Juan Manuel Santos se comprometió a que a partir de hoy el Gobierno dejará de fumigar los cultivos de coca con glifosato, esta mañana el general Rodolfo Palomino anunció que los erradicadores de la Policía comenzarán a usarlo manualmente. Eso se suma a otra decisión del Ministro de Defensa que muestra que la nueva y progresista política antidrogas de Santos no va a ser tan fácil de implementar.

Hace apenas una semana Santos anunció que arrancaba “una Estrategia Integral que ataque el problema en todos sus frentes, con acciones concretas”, que incluye “llegar a un acuerdo con la comunidad para que erradique voluntariamente” y “si no se logra un acuerdo, se acudirá a la erradicación forzosa”. Un nuevo enfoque que va en línea con lo que plantea el acuerdo de drogas de La Habana, con lo que recomendó la Comisión Asesora en Política de Drogas que creó el mismo Santos y con la idea de concentrar los esfuerzos en los eslabones más rentables de la cadena del narcotráfico.

 

La nueva estrategia de Palomino sorprendió a tres expertos en drogas y dos funcionarios del Gobierno consultados por La Silla pues su plan de dotar a los erradicadores manuales de un tanque de glifosato, como los que se usan en agricultura y que se llaman ‘cacorro’, no solo va en contravía con esa nueva política sino que ya ha sido desechado en el paso.

Durante el segundo gobierno de Álvaro Uribe, cuando Santos era ministro de Defensa, la Policía Antinarcóticos hizo un piloto con esos tanques, financiado por la Oficina Antinarcóticos del Departamento de Estado gringo. Y terminó desechando la idea porque le generaba intensos dolores de espalda a los fumigadores y porque es muy difícil conseguir en terreno las cantidades abundantes de agua que requiere la mezcla con glifosato que se asperja. (Eso sin contar que tendrían que contratarse miles de erradicadores para cubrir el área que asperjaba un avión y que la erradicación ha dejado un número alto de víctimas de minas antipersonal y ataques de francotiradores). 

Ese anunció también sorprendió porque la Policía nunca la llevó al Consejo Nacional de Estupefacientes, que es el que por ley debe tomar la decisión sobre la nueva política de drogas. Y porque no tiene, como también manda el Estatuto antinarcóticos, el visto bueno obligatorio de las autoridades de salud y ambiente.

El anuncio de Palomino se suma al que hizo hace un mes el Ministro de Defensa Luis Carlos Villegas en el Congreso, explicando que la nueva estrategia antidrogas consistiría en aumentar de 16 a 60 los grupos de erradicación manual forzosa, una idea que la Policía defendió en el Consejo Nacional de Estupefaciente- y que también va en contravía de la nueva política que anunció el Presidente.

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