La silla vacía de José Juan sigue llena

Esta semana, como lo contó La Silla, la Corte Constitucional declaró inexequible el artículo de una ley que autorizaba las licencias a los concejales del país lo que, por extensión, tumba la licencia que pidió al Concejo de Bogotá José Juan Rodríguez, bajo medida de aseguramiento por su presunta participación en el cartel de la contratación que desfalcó a la ciudad. Pero a pesar de que el pronunciamiento del alto tribunal ya cumple una semana, y de que Rodríguez ya lleva cinco meses detenido, su salida de la corporación podría seguir dilatándose.

La razón es que en el Concejo no hay quien declare su vacancia y llame a la segunda de la lista: Lucía Bastidas. Esto porque la presidenta María Clara Name se declaró impedida para resolver el asunto por pertenecer al mismo partido de Rodríguez: el Partido Verde. Impedida ella, podrían actuar los dos vicepresidentes, pero ellos también se van a declarar impedidos.

José Arthur Bernal y Olga Victoria Rubio (primer y segundo vicepresidente del Concejo, de Cambio Radical y del MIRA, respectivamente) le negaron recientemente la licencia a José Juan y consideran que por eso están impedidos para tramitar el recurso de reposición que él interpuso.

Así las cosas, no hay mesa directiva que resuelva. Y lo peor es que informalmente el tema quedó en tratarse en la plenaria de mañana sábado pero ni siquiera está en el orden del día porque tendría que ser incluido por petición de un concejal que no sea de esa mesa.

Mientras tanto, como lo ha contado La Silla, la oficina de Rodríguez sigue abierta y con los miembros de su equipo de trabajo devengando. Tres funcionarios del Concejo, off the record y por separado, le contaron a La Silla que varios de esos asesores de José Juan han intentado en estos días sindicalizarse para tener fuero y evitar ser sacados del Concejo, pero que no lo han conseguido.

En la plenaria de mañana sábado, el concejal Juan Carlos Flórez solicitará que el tema de esta curul sea incluido en el orden del día. Si lo logra, la plenaria deberá escoger un presidente ad hoc que convoque a votar los impedimentos de los vicepresidentes y luego de eso ese mismo presidente (o los vicepresidentes, en caso de que no les acepten el impedimento) decidirá sobre la licencia que ya fue negada en una primera ocasión.

Pero habrá que ver si el Concejo, que ya completa cinco meses sin tomar ninguna decisión al respecto, logra esa eficiencia en una sesión.