La situación de Ecopetrol le pone más presión a Santos

Imagen

Con la caída del precio del petróleo, la principal compañía del país está golpeada. Aunque su situación no es comparable con la de la petrolera privada más grande, Pacific Rubiales, y en el último mes su acción ha estado estable, que el precio de su acción haya perdido más del 40 por ciento de su valor en un año le pone más presión a Juan Manuel Santos para elegir al próximo presidente de la compañía, una decisión que tiene que tomar en los próximos dos meses.

Con la caída del precio del petróleo, la principal compañía del país está golpeada. Aunque su situación no es comparable con la de la petrolera privada más grande, Pacific Rubiales, y en el último mes su acción ha estado estable, que el precio de su acción haya perdido más del 40 por ciento de su valor en un año le pone más presión a Juan Manuel Santos para elegir al próximo presidente de la compañía, una decisión que tiene que tomar en los próximos dos meses.

Cualquier dificultad en Ecopetrol tiene un impacto grande. No solo porque este años le repartió 9,4 billones de pesos en dividendos al Estado (lo que evita otra reforma tributaria) y otros 1,2 billones a sus 400 mil accionistas (casi uno de cada cien colombianos) que en 2014 recibieron en conjunto 1,2 billones de pesos en dividendos, ni porque produce unos 40 mil empleos, sino porque además produjo casi un tercio de las exportaciones del país y, a la larga, es el motor detrás de uno de cada cinco pesos que le entran al Estado

Las cifras más recientes de Ecopetrol no son halagüeñas: si en el segundo trimestre tuvo una utilidad neta de casi 2,8 billones de pesos, para el tercero cayó a menos de 2,3, una reducción de casi el 20 por ciento. Es evidente que para la petrolera es mucho mejor vender el crudo a 100 dólares (como lo hacía en junio del año pasado) que a alrededor de 50 (como lo está haciendo hoy): para cualquier empresa es muy fuerte que su producto pierda la mitad de su precio en apenas seis meses.

Pero ese no es su único problema.

Los nubarrones

Uno de los grandes problemas de Ecopetrol es que no está encontrando más petróleo. Sin esas nuevas reservas, que por lo menos reemplacen el petróleo que saca a diario, su destino es negro.

Las reservas son, para una petrolera, su principal activo. Ecopetrol ha logrado aumentarlas, pero a una velocidad que viene bajando. Por ejemplo, entre 2008 y 2009 pasó de tener 1.137 millones de barriles de reservas probadas a 1.538, un aumento del 35 por ciento. Pero en los años siguientes ese crecimiento ha bajado y no ha superado el 10 por ciento por año.

A la velocidad actual, las reservas le dan para algo así como siete años de producción y por eso el reto es conseguir más reservas.

Lo más preocupante es que buena parte de ese rápido aumento hace unos años fue por la compra de Hocol en 2009 y de British Petroleum Colombia en 2010, que sumaron más de 150 millones de barriles de reservas. Es decir, en lugar de descubrirlas, compró una parte de las reservas nuevas. 

Aunque comprar reservas es una forma válida de aumentarlas, quien realmente se dispara en ese mundo es el que arriesga en exploración y logra un descubrimiento exitoso. Ecopetrol ha venido descubriendo menos: si en todo el periodo 2008- 2013 el 38 por ciento de sus nuevas reservas vienen de descubrimientos, en 2013 solo fue el 22 por ciento.

Y es que en las últimas décadas, Ecopetrol ha sido más un socio de petroleras privadas que encuentran yacimientos (como Oxy en Cusiana o BP en Caño Limón) o que explotan mejor unos viejos (como Pacific Rubiales en Campo Rubiales) que una exploradora importante (solo descubrió Castilla, que opera desde 2000).

De hecho, si en el 2011 llegó a un pico de pozos exploratorios con 39, en 2013 solo abrió 22. Y el que no perfora, no encuentra.

Lo grave es que para explorar se necesita plata pero las cifras de Ecopetrol son decrecientes. Después de su año estrella en 2011, cuando todo el grupo de Ecopetrol produjo una utilidad neta de casi 15,5 billones de pesos y un margen Ebitda de 29,6, cerró el 2013 con 13,1 billones de utilidades netas y un margen Ebitda del 28 por ciento, respectivamente  .

En el corto plazo, la situación financiera de la compañía no ha mejorado, pues está cada vez más endeudada. En 2011 debía poco más del 38 por ciento de lo que tenía y a 31 de julio del año pasado esa cifra era de casi el 48 por ciento. En concreto, su deuda financiera es más alta que la de petroleras como Exxon, Chevron o Conoco, según un informe a los accionistas minoritarios de su representante en la Junta Directiva, el economista Roberto Steiner.

Otro problema que tiene en el horizonte es el precio de la gasolina. Ecopetrol vive tanto de exportar petróleo y sus derivados como de vender gasolina y otros productos del crudo en Colombia, y el mercado interno ha crecido en importancia.

Por eso, su posición es sensible frente al precio de la gasolina - más de la mitad de lo que paga una persona al tanquear su carro se va a la compañía. Como el tema está políticamente caliente, es posible que haya un cambio en la fórmula de la gasolina.Aún si no la hay, Ecopetrol enfrenta menores ingresos.

Las reducciones de los últimos tres meses han impactado poco porque han sido pequeñas; sin embargo, la tendencia es a que siga bajando el precio y refleje cada vez más la caída del precio del crudo.

Eso va a significar menos ingresos para Ecopetrol que hoy recibe unos 39 mil millones de pesos diarios (o más de 14 billones al año) por venta de gasolina y Acpm. Si baja un 10 por ciento el precio y con él su ingreso, dejaría de recibir 1,4 billones de pesos en 2015.

Al final, el próximo año le va a entregar por lo menos 1 billón de pesos menos al Estado en dividendos y 500 mil millones en renta.

Las buenas noticias

En medio de esos nubarrones, su situación no es muy diferente de la de otras grandes petroleras del mundo y no tiene una posición tan frágil como la de Pacific Rubiales con su altísimo endeudamiento.

Además, Ecopetrol tiene un as bajo la manga: la refinería de Cartagena, que va a aumentar su capacidad de refinación en un 25 por ciento más, y con la capacidad de refinar crudos más complejos y arrojar productos más complejos y rentables. Eso quiere decir que tendrá que importar menos gasolina para venderla en Colombia

Ese megaproyecto, que ha tenido un proceso de construcción enredado, largo y con grandes sobrecostos, está terminando y hacia mediados de año debería estar empezando a producir ingresos 

Otra buena noticia es que tiene en sus manos el futuro de Campo Rubiales, que actualmente está produciendo más de 220 mil barriles al día frente a los 750 mil de Ecopetrol. Si decide finalmente no prorrogar el negocio con Pacific Rubiales, de un golpe podría aumentar su producción en una tercera parte.

Aunque eso no es tan sencillo, porque el crudo es pesado e históricamente Colombia y Ecopetrol crecieron con crudos ligeros como los de Caño Limón y Cusiana, si la petrolera logra demostrar que puede reemplazar a Pacific habrá dado un salto muy grande a futuro. Además, desde 2013, su producción de crudos pesados superó la de crudos medios y livianos, lo que muestra que cada vez está más preparada para hacerlo.

Además, en el mediano plazo a la compañía le favorece un peso más débil porque más de la mitad de sus ventas son exportaciones que se pagan en dólares, pero la mayoría de sus costos son en Colombia, en pesos. 

Aún con esas buenas cartas en la mano, es claro que no volverá a haber un boom como el que hubo entre 2006 y 2011, cuando la acción llegó a casi seis mil pesos como consecuencia de los altos precios del petróleo, la escasez de otros buenos negocios y el atractivo de Colombia como destino de inversión extranjera.

En las próximas semanas habrá una noticia que puede impulsar a la compañía para arriba o para abajo, y dar luces sobre cómo se van a sortear las dificultades y a aprovechar las fortalezas.

Javier Gutiérrez Pemberthy, quien llegó a la presidencia en 2007 y cuya continuidad era vista como señal de tranquilidad por muchos analistas, estará hasta marzo. A finales del año pasado se rumoró que la junta directiva podría elegir como su reemplazo al ex ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, pero esa posibilidad está cerrada.

En la junta directiva, el Gobierno tiene una mayoría que le permite tomar la decisión. Por eso está en manos de Santos definir qué va a hacer con la gallina de los huevos de oro.

Compartir
0