Después de varios meses borrado del mapa político de Norte, el exsenador reapareció y pateando el tablero de su partido en Cúcuta.
La zancadilla con la que Mora toma aire
Después de varios meses de estar borrado del mapa de poder en Norte de Santander, el exsenador de La U Manuel Guillermo Mora reapareció y pateando el tablero de su partido para las locales de octubre.
Tras la quemada en las legislativas del año pasado, decidió ser precandidato a la Alcaldía de Cúcuta y con ello arrancó un pulso por el aval del partido que deberá ser resuelto en Bogotá.
Con esa movida, el excongresista no solo mostró que está remando para no desaparecer políticamente, sino que se le atravesó a la apuesta del representante Wilmer Carrillo, quien ya tenía una carta jugada para ese cargo.
La reaparición
Mora dejó de ser visible en la política regional desde que se quemó en su intento de llegar por cuarta vez al Senado el año pasado (sacó 54 mil votos pero no le alcanzó); sin embargo, la semana pasada volvió a sonar como precandidato a la Alcaldía de Cúcuta.
Aunque aún no ha hecho una aparición o declaración pública, dos fuentes de la codirección nacional y un congresista del Partido de La U, le confirmaron a La Silla que al menos desde hace tres semanas él ha venido manifestando su interés por ese aval.
“Él, de manera informal, ha dicho que quiere aspirar. Se lo dijo a varios congresistas y a mí pero él no ha decidido formalmente”, nos dijo Aurelio Iragorri, Presidente de esa colectividad.
Según un aliado político de Mora en Norte de Santander, el excongresista llegó a contemplar esa opción tras barajar otras dos posibilidades.
Una, era buscar un cargo en el Gobierno Nacional, y la otra era apostar por mantener a su hermano, Pedro Mora, en la Asamblea.
Sin embargo, ambos escenarios estaban enredados.
El primero porque aunque se estuvo moviendo, no había tenido suerte dado que el gobierno de Iván Duque se ha negado a entregar participación política a gente de afuera del uribismo o los conservadores; y el segundo porque desde que perdió la credencial también se quedó sin la capacidad de dar avales, que era lo que mantenía su estructura en los municipios.
(Él solo obtuvo la mayor votación del partido en tres de 40 municipios -Bochalema, Chinácota y Durania-, así que solo podrá definir a los avalados allí).
Eso sumado a que, como contamos en La Silla, su credibilidad está desgastada, tiene en vilo toda la estructura con la que se mantuvo vigente las últimas dos décadas en Norte.
Si bien, con ese panorama Mora tendría aún más enredado el camino para aspirar a la Alcaldía de Cúcuta, tres políticos que han trabajado con él le dijeron a La Silla, que su anuncio obedece más a un cálculo político que a la intención real de lanzarse .
“Los congresistas han venido reuniéndose y cuadraron todas las elecciones en el departamento y a él (Mora) ya no lo tuvieron en cuenta. Lo que está tratando es que lo volteen a mirar”, nos dijo un miembro del partido que nos pidió la reserva de su nombre.
Otro dijo algo similar: “A veces cuando los parlamentarios quedan derrotados, buscan la manera de seguir vigentes”.
El cálculo de Mora
El tema de fondo es que aunque Mora la tendría cuesta arriba para salir electo, el aval lo tiene prácticamente asegurado.
Tres miembros de ese partido nos dijeron que lo más seguro es que sus excompañeros del Congreso, por solidaridad, se lo concedan.
“Él es cofundador de La U y fue congresista mucho tiempo. Por solidaridad, se lo dan a él a ojo cerrado”, nos dijo uno de ellos.
Eso le da de entrada un margen de maniobra, porque desbarata cuentas que venían de atrás.
El representante Wilmer Carrillo, quien fue el que se convirtió en el jefe regional del partido tras las legislativas pasadas, por orden del gobernador William Villamizar ya había sellado un acuerdo para coavalar Jaime Marthey, quien es el candidato del representante liberal Alejandro Carlos Chacón.
Esa atravesada le pegó de frente a Carrillo quien esperaba que la semana pasada, en el mismo evento en el que le dieron el coaval a Silvano Serrano (su apuesta y la de Villamizar a la Gobernación), se lo dieran a Marthey.
El lío está, más allá de los acuerdos políticos, en que Carrillo está enemistado con Mora y eso hace improbable que el primero le mueva un voto al segundo.
“Pues no podrá montarse a una tarima, pero la estructura de Wilmer va porque va con Marthey”, nos dijo una fuente del grupo político de Carrillo.
“Lo que no queremos es que esto termine en un candidato de La U haciendo campaña solo y que el Representante vaya por otro lado porque eso afecta al partido”, nos dijo uno de los dirigentes de esa colectividad.
El miércoles pasado en una reunión de la codirección nacional el tema del aval de Cúcuta fue uno de los que quedó sin resolver.
Pero como Mora manifestó que se mantenía en su intención, ahora en Bogotá están buscando que haya consenso.
Para eso habrá una reunión entre Mora, Carrillo e Iragorri, y, según nos dijo un miembro de la codirección, eso tiene que pasar antes del martes.
Así que habrá que ver cómo se decanta esa puja que, al menos, puso a sonar a Mora otra vez.