Los resultados de las elecciones sorprendieron a Santander y los candidatos quijotescos, que jugaron sin el apoyo de estructuras o maquinarias poderosas, fueron los protagonistas. El súper poderoso empresario Rodolfo Hernández, quien habló en exclusiva con La Silla Santandereana después de su elección, ganó la Alcaldía de Bucaramanga y Leonidas Gómez perdió la gobernación pero quedó de segundo, por encima de las fichas de la familia Aguilar.
Las campañas quijotescas asombraron a Santander
Los candidatos Rodolfo Hernández a la Alcaldía de Bucaramanga y Leonidas Gómez a la Gobernación del Santander
Los resultados de las elecciones sorprendieron a Santander y los candidatos quijotescos, que jugaron sin el apoyo de estructuras o maquinarias poderosas, fueron los protagonistas. El súper poderoso empresario Rodolfo Hernández, quien habló en exclusiva con La Silla Santandereana después de su elección, ganó la Alcaldía de Bucaramanga y Leonidas Gómez perdió la gobernación pero quedó de segundo, por encima de las fichas de la familia Aguilar.
El constructor Rodolfo Hernández, quien se dio a conocer en la campaña como “el ingeniero” y no marcaba bien en las encuestas, le ganó al liberal Carlos Ibáñez por un estrecho margen. Y lo logró sin la ayuda de la clase política que venía mandando en la capital santandereana y que estaba jugada – en gran parte – por Ibáñez.
También sin una estructura como la que terminó detrás del ex concejal Jhan Alvernia, quien quedó de tercero a pesar de contar en su bando con el viejo PIN, el clan Aguilar y el poderío de sus hermanos.
El nuevo alcalde, quien viajó a Nueva York hoy sin hablar con los medios y apenas dejó un comunicado de prensa, conversó con La Silla Santandereana antes de volar y aseguró que triunfó el imperativo categórico kantiano.
“Hay dos maneras de ganar, comprar la Alcaldía o el imperativo categórico”, dijo.
Lo mismo nos repitió su principal asesor e ideólogo, su hermano, el curador de arte Gabriel Hernández. "Es una herramienta que tenemos los seres humanos, que en un momento dado preferimos el beneficio comunal que el beneficio personal...Se despertó eso", le explicó el curador a La Silla.
Hernández triunfó con el 28.89 por ciento de los votos sin el respaldo ni de los congresistas de la región ni de los concejales de la ciudad, que por años han ejercido influencia en la burocracia y la contratación del municipio. La senadora Claudia López y el senador Álvaro Uribe lo respaldaron públicamente, pero ni los verdes ni el Centro Democrático aterrizaron en su campaña porque no les dio plata para financiar la lista al concejo de cada uno.
Ibáñez, en cambio perdió teniendo a la mayoría de los congresistas y concejales en su equipo y el apoyo tras bambalinas de la Alcaldía. Montado en un Partido que llevaba muchos años gobernando. Además, liderando una campaña muy tradicional, de concentraciones populares, repartija de lechona, ‘borbotones’ de publicidad y buses para mover a los electores hoy.
Y Alvernia quedó lejos del triunfo, jugando con el apoyo del parapolítico Luis Alberto Gil, el parapolítico Hugo Aguilar y el grupo del gobernador Richard Aguilar.
Al final, estos dos perdedores terminaron compitiendo por el voto que depende más de la maquinaria y se dividieron la torta. Por eso Hernández ganó con menos de un tercio de los votos totales.
El poderoso empresario ganó con una campaña peculiar, manejada desde su Pent House en el barrio rico de Bucaramanga (donde, dicen en la campaña, atendió a más de 14 mil personas), con un logotipo (el numero Pi) y un slogan (lógica, ética y estética) más bien complejo, asesores sin mucha experiencia electoral (como su hermano) sin partidos políticos en su cuadrilla, apostándole a las redes sociales, con poca publicidad en la calle y, vale decirlo, con una propuesta populista que le ayudó en el remate de la campaña, según se lo reconoció él mismo a La Silla.
El alcalde electo de Bucaramanga, como lo contamos, repartió en los últimos 40 mil cartas notariadas donde se compromete con los que la recibieron a darles participación en un programa de 20 mil viviendas y a darle empleo de medio tiempo a un integrante de la familia (que tenga entre 15 y 24 años). El programa de las casas (que no son gratis), denominado 20 mil hogares felices, tiene hasta página web. Esta fue la carta:
Carta Vivienda Rodolfo Hernández
Le sirvió para ganar, falta ver si cumple.
Uno de sus grandes retos, cuando se posesione en enero, será gobernar sin la ayuda de la clase política y con un Concejo, al menos en el papel, en su contra (controlado por los liberales) y acostumbrado a lo que Hernández dijo en campaña va a acabar: el clientelismo.
“(en las funciones del concejo) ahí no dice que recibir contratos o burocracia”, le dijo a La Silla el Alcalde electo quien aseguró que si los concejales le torpedean los acuerdos o proyecto irá con la comunidad a presionarlos.
“Les llevó la gente afectada, sin violencia pero mostrando las uñas”.
Además, le anunció a La Silla que, por ser oposición lo que sí les va a entregar es la Personería y la Contraloría.
“No voy a mover un dedo (en la elección de esos cargos)”, afirmó.
“Que ahí está el resultado de una propuesta que rechazó la manera tan descarada y tan sinvergüenza con que se administraba la ciudad…los voy a tratar sin grosería pero con firmeza”, dijo Hernández con respecto al mensaje para la clase política que venció y que tendrá que encontrarse en el Concejo.
De su equipo de gobierno, Hernández, quien regresa al país el 15 de noviembre, le adelantó a La Silla que escogerá gente sin mayor trayectoria política o electoral. Como con la carta, amanecerá y veremos. Sin embargo, lo que ya es cierto, es que el “ingeniero” pateó el tablero del poder en Bucaramanga y derrotó a los que hace cuatro años apoyó.
Leonidas perdió pero pisó fuerte
El otro candidato quijotesco de las elecciones que cerraron ayer, Leonidas Gómez, perdió la carrera hacia el Palacio Amarillo de la Gobernación con el liberal Didier Tavera. Sin embargo, sacó la segunda mayor votación, por encima de las fichas de la familia Aguilar, y abrió un espacio en la política santandereana que hace más de una década se había perdido.
Con más de 200 mil votos, como lo había anticipado La Silla, Gómez rompió el dilema electoral entre los liberales y los Aguilar (o el viejo PIN). Y derrotó a dos candidatos, Holger Díaz y Carlos Fernando Sánchez, que lideraron campañas ostentosas durante los últimos tres meses y contaban con el respaldo de los caciques del clan Aguilar. Díaz con el grupo del gobernador Richard Aguilar y Sánchez con el parapolítico Hugo Aguilar.
De hecho, en Bucaramanga, el mayor centro electoral del departamento, Gómez se alzó con el triunfo de lejos y recogió el 37.58 por ciento de los votos. También triunfó en los otros tres municipios del Área Metropolitana: Girón, Piedecuesta y Floridablanca. Su lado flaco fue en la provincia, donde ganó apenas en el municipio de los Santos mientras que Didier Tavera barrió.
En todo caso, con una campaña muy austera, sin caciques y con el apoyo de partidos que no ponen muchos votos, como el Mira, el Verde o el Polo, Gómez se hizo sentir en las urnas y queda con una marca que podría servirle de base para una futura candidatura.