Que el gobierno confía mucho en las Farc y que las Farc violaron esa confianza
El jefe negociador Humberto de la Calle sacó un comunicado en el que explica que el Gobierno había autorizado a representantes de las Farc en la mesa unas visitas al país el año pasado, con el propósito de hacer pedagogía en los campamentos guerrilleros. Y que en esta ocasión el grupo encabezado por Iván Márquez “ha violado las reglas de juego acordadas de no tener trato con la población civil y mucho menos participar con hombres uniformados y armados en un evento público”.
Según le explicó a La Silla un funcionario que conoce por dentro el proceso, cuando los jefes guerrilleros vienen a Colombia para explicarles a sus combatientes qué se está negociando en La Habana - algo necesario para que el Acuerdo Final sea respetado por la mayor cantidad de combatientes posible-, le avisan a la delegación del Gobierno en qué zona se dará el encuentro. Y los del Gobierno proceden a asegurarse de que la Fuerza Pública deje libre ese ‘cuadrante’, evitando así un choque armado como el que casi da al traste con la negociación con la Corriente de Renovación Socialista en 1993.
El Comité Internacional de la Cruz Roja y los países garantes acompañan a los guerrilleros a esos encuentros.
Con esta aparición en Conejo acompañados de más de 300 guerrilleros armados, quedó claro que los guerrilleros no sólo burlaron esas reglas de juego de las que habla de La Calle sino que los ‘garantes’ y el Cicr tampoco tenían claras esas reglas pues el reporte de la violación lo hicieron los uribistas por twitter y no ellos.
Y aunque ayer se produjo el escándalo porque se supo con fotos que esto había sucedido, todo indica que no es la primera vez que los delegados de las Farc en la Habana se encuentran directamente con la población civil.
Según narra un texto escrito ayer por por Matías Aldecoa, de la delegación de las Farc, suena similar la experiencia de pedagogía de Paz de Yira Castro, quien estuvo dos años como delegada de paz en La Habana:
“En el caserío en que me dejó el helicóptero del CICR había cerca de mil personas civiles provenientes de 8 veredas del municipio; ellos, al enterarse que llegaría alguien de La Habana, se desplazaron hasta el lugar, y ahí los tenía, frente a mí, pidiéndome que les explicara cómo era eso de “dejar las armas”. Esa noche no nos dejaron ir, no fui capaz de abandonar a los pobladores con un sartal de preguntas, porque a ese lugar no íbamos a regresar en corto tiempo”. Así describe Yira Castro su inicio de la pedagogía de Paz, a partir de su regreso al norte de Antioquia, después de haber estado dos años en Cuba haciendo parte de la Delegación de Paz de las FARC-EP.”
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