La mala hora del Presidente, que refrendaron los datos de la Gallup, y los malos resultados del Centro Democrático, tienen al partido en crisis.
Las cinco grandes críticas del uribismo a Duque
La última Gallup Poll muestra el mal momento del presidente Iván Duque y de su padrino político, el expresidente y senador Álvaro Uribe. Esa mala hora se suma y ayuda a explicar los malos resultados del uribismo en las elecciones de octubre, que ha llevado a divisiones tan públicas como la de Fernando Londoño, que la semana pasada pidió que Duque se retirara temporalmente de la presidencia.
Lo que pidió Londoño, más allá de lo poco probable que es que ocurra, recuerda que el futuro del uribismo depende del éxito del Gobierno Duque, y muestra que ante el mal momento hay un movimiento interno para buscar cambios, que incluso le plantearon a Duque, en una reunión en Palacio, varios congresistas uribistas el jueves pasado.
“Duque acabó con la popularidad de Uribe, y van a hundir al partido con ellos”, resume el panorama un fundador del partido. Buscamos al expresidente para conocer su perspectiva pero cuando lo buscamos en el Congreso nos dijo que no tenía tiempo para atendernos.
Aún sin su voz, capital en el uribismo, las quejas existen y él no las ha detenido. Estas son las principales:
La falta de liderazgo
“‘Duque debe enderezar’, como dijo alguna vez el expresidente Uribe, es una posición mayoritaria dentro del partido. Y creo que eso se ratifica con los acontecimientos”, le dijo a La Silla un uribista muy visible que pidió no ser citado para evitar choques con el Presidente.
Ocho de los 12 uribistas con los que hablamos para esta historia dicen que ‘enderezar’ es mostrar liderazgo, que echaron de menos en la alocución presidencial del 21N.
"En una situación crítica, como la del jueves, el Presidente necesitaba mostrar liderazgo. Sus palabras fueron a lugares comunes y no hubo una acción clara”, nos dijo un senador del partido que pidió no ser citado.
“Es un problema de liderazgo, el Gobierno no puede dar la impresión de ser débil o frágil”, nos dijo otro miembro del partido que también pidió no ser citado.
Algunos de la bancada, los de posiciones más fuertes, incluso sienten que la decisión de convocar al comité del paro para empezar una negociación, después de varios días de negativas, muestra esa falta de liderazgo. Eso a su vez hace que vean con aprehensión esas negociaciones, en la medida en que sienten que Duque arranca con desventaja y débil.
Un congresista nos dijo que sentía que Duque había “dado su brazo a torcer”.
“Como demócrata, no creo que el diálogo pueda venir forzado por la violencia y el terrorismo, y la agenda de los ciudadanos no la pueden establecer quienes trastornan la convivencia pacífica y las leyes”; le dijo a La Silla la senadora Paola Holguín.
Está mal rodeado
Cinco uribistas por aparte nos dijeron que sienten que el problema se agrava por el círculo que rodea al Presidente.
“A mí me parece que Duque está muy mal asesorado, sus asesores parecen en la estratósfera, no están conectados políticamente con la realidad”, nos dijo un senador uribista haciendo alusión al discurso del 21N.
En concreto, uno de esos uribistas dice que la gran mayoría de ministros no dan la pelea por Duque “a diferencia de la Ministra de Trabajo, Alicia Arango, y el de Defensa, Carlos Holmes Trujillo”, aclara.
Curiosamente, Arango y Trujillo son los dos que más claramente representan al partido en el gabinete (la Ministra es uribista purasangre y fue directora en la fundación del partido; Trujillo fue precandidato presidencial en 2014 y 2018, y fórmula vicepresidencial en 2014).
De hecho, que los defiendan en la bancada puede reflejar molestia con que son prácticamente sus únicos ministros.
“Personas con espacios dentro del Gobierno de la bancada no llegan al 10 por ciento, máximo al 15”, resume esa molestia un uribista, en línea con la queja de la senadora María Fernanda Cabal, quien dijo a Semana: “No me siento representada por el gabinete de Duque”.
Gobierna con sus amigos y no con sus aliados
Otra de las críticas grandes es que los congresistas uribistas le piden más interlocución: “Duque debería llamar a las personas que lo ayudaron a elegir, más allá de sus amigos del colegio y de la universidad”, dice un fundador del partido.
“Nunca volvimos a hablar cuando expresidentes como Barco o Betancur permanentemente hablaban con sus amigos de la región, para no perderse de la realidad regional y de sus aliados”, expresó con molestia.
Encima, cuatro personas de la base del partido concuerdan con que una de las molestias principales es que haya personas del Gobierno Santos al lado de él.
“Karen Abudinen es santista y es la mano derecha de la presidencia, ¿los que somos fundadores del uribismo cómo podemos tener una comunicación con esa persona?”, nos dijo alguien de la base que pidió no ser citado.
No le importa el futuro político de sus excolegas
Los congresistas están dolidos porque sienten que Duque se mostró ajeno de la derrota uribista en las elecciones locales.
Un senador nos dijo, fuera de los micrófonos, que pocos días después de los resultados habló con el Presidente sobre ellos, y que su respuesta estuvo encaminada a decir que “todo estaba bien”.
Además, que no estaba preocupado porque iba a poder tener una buena relación con los alcaldes y gobernadores, fueran del partido que fueran, algo que para el congresista muestra que al presidente no le importa el partido del que fue senador, que le hizo campaña y que lo defiende en el Congreso.
Después de eso hubo una reunión de bancada para hablar de las elecciones.
La reunión pintaba clave para acercar a las partes, porque Duque y algunos ministros estuvieron, y dos congresistas nos dijeron que esperaban hablar sobre el tema con el Presidente. Pero no pasó.
“Hablamos al comienzo sobre las elecciones, llegó el Presidente, dio un discurso en el que decía que todo estaba bien, no hubo espacio para hablar con él, se fue, Uribe se fue detrás de él, se reunieron a hablar, Uribe volvió y ya”, nos dijo una persona que estuvo en la reunión de bancada.
Sus decisiones no reflejan las ideas del uribismo
Hay por lo menos tres áreas en las que muchos uribistas sienten que Duque está ideológicamente alejado de las banderas con las que fue elegido. De hecho, uno de los asistentes a la reunión en Palacio del jueves, le dijo a La Silla que la hicieron porque “hacía falta que Duque se empapara de las banderas del partido”.
Una tiene que ver con una mirada más cercana a las bases sociales del uribismo, que Uribe tiene en cuenta con propuestas como la prima especial para quienes ganan hasta dos salarios mínimos, la reducción de la jornada laboral de su proyecto de ley actual o la negativa a ampliar el IVA a más productos de la canasta familiar.
De hecho, la nueva tributaria de Duque, que no tenía esa mirada, fue un tema central en la reunión de bancada de la semana pasada y Uribe, le dijo a Vicky Dávila, que luego de la reunión llamó a Duque a plantearle las preocupaciones que habían surgido en ella.
En esa línea, al término de la reunión de bancada, los ponentes uribistas de la tributaria, en cabeza de María del Rosario Guerra, llevaron el mensaje al Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, de que debían hacer cambios en la ponencia
"Le solicitamos al Gobierno avanzar en la agenda de campaña, ‘más empleo menos impuestos’, y parte de los nuevos artículos que anunció el presidente tienen que ver con eso”, nos dijo el uribista valluno Christian Garcés.
Al final, de 12 propuestas de todos los partidos, Duque aceptó cuatro. Tres de esas eran del uribismo, y todas con miras a fortalecer la parte social, como el mismo Duque subrayó al anunciar esos cambios (devolución del IVA a los más pobres, disminución de los aportes a salud por parte de pensionados y los tres días sin IVA al año).
La segunda área de molestia ideológica, quizás menor pero que se suma, tiene que ver con que no defiende posturas conservadoras en lo moral.
Por ejemplo, una persona que representa el ala fuerte del partido explicó que hubo malestar cuando salió a la luz un borrador del Ministerio de Salud sobre la regulación del aborto y a cuatro días de las elecciones locales. “Ese tipo de decisiones políticas afectan a sus bases”, explicó.
El tercera tema tiene que ver con que algunos, especialmente en el sector más radical, sienten que representa muy poco la mano dura, a pesar de que parte del éxito en la elección de Duque como presidente fue que mostró un uribismo moderado.
Ese grupo, que representa el exministro Fernando Londoño, tiene otros voceros, que además han sido más visibles tras la respuesta al paro, pues esperaban que rechazara con más contundencia la violencia de personas que atacaron al Esmad o dañaron edificios.
“Se habló en el chat de la bancada de Senado que esperaban mucho más del presidente. A unos les molestó que no hubiera sido más mano dura y otros esperábamos un mensaje más claro", le dijo a La Silla un senador de ese partido que pidió no ser citado.
Según un fundador del partido que pidió no ser citado, la crisis es tal que “esa facción del partido podría en cualquier momento hacer rancho aparte definitivamente”. Aunque nada se ha dicho.