Políticos de derecha, uribistas, conservadores, sectores religiosos y grupos de reservas militares encabezaron las movilizaciones en las que miles de colombianos mostraron su desacuerdo con el Presidente.
Ir contra el castrochavismo fue una de las consignas de la marcha en Bogotá. Foto: Juan Pablo Pérez.
Políticos de derecha, uribistas, conservadores, sectores religiosos y grupos de reservas militares encabezaron las movilizaciones en las que miles de colombianos mostraron su desacuerdo con el Presidente.
Políticos de derecha, uribistas, conservadores, sectores religiosos y grupos de reservas militares encabezaron las movilizaciones en las que miles de colombianos mostraron su desacuerdo con el Presidente.
Éstos son las principales conclusiones y la crónica de cómo vimos la jornada en los Santanderes, el Caribe y el Pacífico
Casi un año después de las marchas convocadas por el uribismo contra la firma del Acuerdo, la movilización de hoy mostró que un sector de la sociedad colombiana sigue siendo conservadora de tradición y de pensamiento, capaz de salir a marchar y llenar la plaza de Bolívar, en Bogotá, como ocurrió durante el mediodía. Por ahora las autoridades de tránsito hablan de 130 mil personas que marcharon en Medellín, 15 mil en Bogotá, 10 mil en Cali y 5 mil en Bucaramanga. Esto muestra que a la convocatoria, que en principio fue uribista, se le unieron sectores religiosos como el del pastor Miguel Arrázola en Cartagena y los cristianos en contra de la llamada ideología de género en Santander, así como los conservadores con Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, pero la gran mayoría de personas que caminaron no portaban logos de partidos políticos, pese a que la movilización fue impulsada por colectividades y precandidatos presidenciales.
Durante las movilizaciones la mayoría de consignas eran contra el presidente Santos (quien está en Mocoa atendiendo la emergencia que deja 154 muertos), que por los escándalos de corrupción, objetivo por el cual fue originalmente convocada hace un mes. Y eso en parte porque no era creíble que desde la clase política (que es tradicionalmente relacionada con la corrupción) impulsara una marca contra las conductas irregulares de los políticos, sobre todo por el escándalo de Odebrecht que salpicó tanto a los gobiernos Santos y Uribe y las campañas santista y uribista. El objetivo de la marcha fue transformándose durante su organización. Durante la última semana, el uribismo impulsó el hashtag #santosrenuncieya, que fue al final el lema de la movilización. Esto permitió que desde el sicario de Pablo Escobar, alias Popeye, hasta el ex ministro Fernando Londoño, coincidieran en decir, por aparte, en sus respectivas movilizaciones, que Santos quedaba destituido.
La marcha de hoy muestra que los sectores que impulsaron el No en el plebiscito y lideraron la renegociación tienen un terreno fértil de votantes, si se llega a conformar la alianza política de los sectores contra el Acuerdo con las Farc para 2018. Y todos aprovecharon la marcha para hacer política. En Bogotá estuvieron el anulado exprocurador Alejandro Ordóñez (a quien sus seguidores le gritaron “presidente!, presidente!”) Marta Lucía Ramírez (quien estrenó logo y lema -un paso adelante por Colombia, que tiene cara de campaña, aunque ella nos dijo que no) y los precandidatos uribistas Iván Duque y María del Rosario Guerra, mientras en Cali estaba el otro uribista, Carlos Holmes Trujillo. Aunque al principio los animadores en las tarimas dijeron que los políticos no hablarían, éstos terminaron tomándose la palabra: Uribe en Medellín, Duque y María del Rosario en Bogotá y Trujillo en Cali. Y aunque faltan mucho para 2018, la marcha mostró que esta alianza podría tener una base. Además queda por verse si todos los miembros de esta posible alianza (desde Ordóñez que representa a una derecha menos moderada que la de Marta Lucía) apoyarán al candidato que lleven a la primera vuelta electoral.
En Santander la consigna no fue contra la corrupción, fue contra los acuerdos de paz entre el Gobierno y las Farc.
Fueron 5.000 personas, el mismo número de las tirantas que el anulado exprocurador Ordóñez mandó a repartir en Santander, las que marcharon en Bucaramanga.
La cifra no estuvo mal pero tampoco fue la que esperaban.
Momentos antes de la salida hablaban de 16 mil. El número lo tenían como referencia porque ese fue el que, según sus cálculos, lograron en la marcha del 2 de abril del año pasado cuando por primera vez protestaron contra Santos y las Farc.
Estaban los de Uribe, los conservadores de Marta Lucía, los de Ordóñez, los cristianos de la ideología de género y los cacaos más tradicionalistas de Santander. Sin embargo, de políticos con curul poco se supo. Entre los asistentes el representante uribista Marcos Díaz y el diputado de ese partido Mario Cárdenas fueron los que sacaron el pecho.
"Los otros están en Bogotá", le dijo a La Silla Carlos Peña, presidente del uribismo en Santander.
El resto de los políticos, eran del poder más local y menos afortunado en las urnas. Estaban los líderes de los ganaderos, los de un sector de las víctimas, los de las reservas activas de las fuerzas armadas.
En pocas palabras, estaban las bases de la coalición del No midiendo la fuerza de sus líderes. Tanteándoles el terreno con miras a 2018.
La caminata de dos horas estuvo tranquila. Solo se escuchaban las bubucelas, y en momentos particulares las arengas contra Santos y las Farc.
"No queremos la dictadura de Venezuela, es por eso que salimos a marchar", le dijo a La Silla uno de los que animaba en el camino a la multitud.
Llegar a la plaza Luis Carlos Galán Sarmiento fue la demora. Una vez las cinco mil personas se acomodaron, el protocolo fue rápido y sencillo.
El Himno Nacional, un minuto de silencio por la tragedia de Mocoa, y las palabras de las víctimas.
Fueron solo 20 minutos, entre la llegada y la despedida. Los discursos fueron cortos y más bien emotivos.
Para ese momento ya el hambre apremiaba. Eran las 12:30 y el sol no ayudaba a la multitud, por eso una vez dieron las gracias el río de gente empezó a desaparecer.
La marcha anti Santos en Cali terminó antes de la 1 de la tarde. Aunque fue liderada por políticos uribistas, al final, ninguno de ellos habló desde la tarima en la Plaza San Francisco, frente a la Gobernación.
El que habló y se llevó todas las miradas fue el pastor del No, Jhon Milton Rodríguez, uno de los que se sentó con el Gobierno a negociar los puntos del acuerdo tras el triunfo del No en el plebisicito.
Rodríguez, que desde el año pasado está sonando como posible candidato al Congreso en el 2018 rezó y muchos de los que estaban en la plaza casi llena lo acompañaron.
A partir de las 12:30 del medio día la plaza comenzó a desocuparse y los manifestantes, que sobre todo hacían arengas en contra de Santos, fueron reemplazados por vendedores ambulantes que hicieron su agosto vendiendo helados y empanadas en medio del calor intenso.
Desde las 8 de la mañana los manifestantes de la marcha uribista en contra de Santos se dieron cita en el Parque Apolo, en el Centro Histórico de Cartagena, para salir desde ese punto hasta el Camellón de los Mártires, frente a la Torre del Reloj.
La apertura de la marcha, en la que participaron unas mil personas, estuvo antecedida de una oración dirigida por la pastora María Paula Arrázola, esposa del polémico pastor Miguel Arrázola. Los Arrázola son dueños de la Iglesia Ríos de Vida a la que asisten unos 20 mil fieles y han demostrado ser simpatizantes del uribismo.
El viernes la pastora María Paula fue la encargada de invitar desde el púlpito a esta marcha. "Cuántos van a la marcha mañana... y los que no vayan están invitados a mover todo desde las redes sociales", fue una de las expresiones de la pastora, según nos contó uno de los asistentes a ese culto.
La marcha también estuvo liderada por los dirigentes del Centro Democrático en Bolívar: el senador Fernando Nicolás Araújo Rumié, el general Gabriel Arango, la ex ministra y ex candidata a la Alcaldía Gina Benedetti y el ex candidato al concejo por el Centro Democático Luis Miguel 'el Mello' Otoya.
Aunque había miembros del uribismo y del conservatismo, la mayor cantidad de asistentes fueron miembros de la iglesia de Arrázola. De hecho, de ese grupo religioso era casi toda la logística de sonido, tanto a la salida de la marcha como a la llegada.
“Santos es ilegítimo y los que creemos en dios sabemos que debe renunciar esta misma noche”, gritó desde la tarima Jairo González, un importante líder de Ríos de Vida que hizo la antesala a la presentación de unos cánticos y la prédica de Arrázola.
Aunque esperó la marcha en el Camellón de los Mártires, el pastor Miguel Arrázola no acompañó el recorrido “por temas de seguridad”, según nos dijo un líder de la Iglesia.
Arrázola empezó señalando que en Colombia hay "injusticia y persecución con aquellos que nunca hemos empuñado un arma, sino que hemos empuñado la palabra de dios para traer vida y paz. Estas manos no están sucias de sangre, no han empuñado un fusil, descuartizado pueblos ni desplazado regiones", en clara referencia a los acuerdos con las Farc, a los que se ha opuesto desde el púlpito.
Luego continuó haciendo refrencia al diezmo que dan sus fieles: “si diezmamos es asunto nuestro. No somos paracos, no somos pendejos, no somos borregos, no somos idiotas”.
Arrázola estuvo en tarima por espacio de unos cinco minutos, tiempo en el que oró y defendió a su iglesia. El hecho de que el pastor fuera el primero en hablar no le gustó a una parte de la dirigencia del Centro Democrático. “Ahora va es a predicar él y nosotros quedamos de últimos”, dijo un líder del uribismo en Bolívar que estaba cerca de la tarima.
Tras las alabanzas evangélicas el turno fue para Oswaldo Ortiz, un pastor cristiano que se hizo famoso por sus videos de Youtube en contra de lo que él denominó el ‘lobby gay’ en las altas esferas de poder y que es uno de los brazos fuertes de la base doctrinal del anulado ex procurador Alejandro Ordóñez.
“Vine aquí a ver a la gente que va a poner presidente en 2018. Ese año vamos a celebrar que el presidente e Colombia responde a nuestros principios”, dijo el youtuber a los asistentes y animó a hacer más marchas como esta.
El último en hablar fue el senador Araújo Rumié, quien rechazó lo que llamó “una política castrochavista de Santos”. “Es un presidente ilegítimo porque ha violado la constitución que se comprometió a cumplir”, dijo.