Agitada y costosa está por estos días la campaña a la Gobernación del Cesar por las movidas que la cuestionada familia Gnecco realiza, vía su líder Cielo Gnecco, en su afán por fortalecer a la carta que ese clan comparte con el vargasllerismo.
Las movidas de doña Cielo para ayudar a su candidato en el Cesar
Agitada y costosa está por estos días la campaña a la Gobernación del Cesar por las movidas que la cuestionada familia Gnecco realiza, vía su líder Cielo Gnecco, en su afán por fortalecer a la carta que ese clan comparte con el vargasllerismo.
A la primera gestora la señalan de estar detrás de las presiones a los trabajadores con órdenes de prestación de servicio para que le pongan votos al avalado por La U Franco Ovalle, de ser la principal financiadora de esa campaña y de promover la mudanza de los candidatos de otros partidos hacia su orilla. Especialmente los del trapo rojo, para debilitar al rival que algunas encuestas dan como puntero, el liberal Arturo Calderón.
Con estos movimientos, el clan Gnecco aspira a seguir otros cuatro años como súper poderosos del Cesar. Mucho más porque recuperaron la Gobernación con Luis Monsalvo, hijo de Cielo, después de dos períodos consecutivos de derrotas. Hoy manejan al menos 20 de las 25 alcaldías y tienen a José Alfredo Gnecco como el único senador del Cesar (avalado por la U sacó 97 mil votos que lo convirtieron en un barón electoral).
Una familia cuestionada porque a pesar de que el gobernador Monsalvo no está investigado y le va bien en las encuestas de favorabilidad, a dos de sus miembros (Nelson Gnecco y el fallecido Jorge Gnecco Cerchar, ambos tíos de Monsalvo y parientes del exgobernador de La Guajira Juan Francisco 'Kiko' Gómez Cerchar) líderes paramilitares como Salvatore Mancuso y documentos como el libro ‘Los jinetes de la cocaína’ los han señalado de contrabandistas y de ser los principales impulsores de la llegada del paramilitarismo al Cesar.
Además de Arturo Calderón y Franco Ovalle, en la pelea por la silla de gobernador está sin muchas posibilidades la sobreviviente al exterminio de la Unión Patriótica Imelda Daza, coavalada por ese partido, la Alianza Verde y el Polo Democrático.
En el Cesar sorprendió que Franco fuera el escogido por los Gnecco como su carta a la Gobernación porque este administrador de empresas construyó su camino político sin ser cercano a esa familia y en cambio lo hizo siendo de la cuerda del vicepresidente Germán Vargas Lleras, de quien es amigo personal desde hace años.
La designación de Franco ha sido interpretada como una alianza entre el alto funcionario y los Gnecco: un gana-gana con el que este clan se asegura su participación en el eventual gobierno de Vargas Lleras, mientras que el vargasllerismo tiene de aliada a una poderosa familia para las presidenciales de 2018. Ellos ya demostraron su músculo electoral al ser pieza clave en el engranaje de la reelección santista el año pasado.
Contar en detalle las movidas de la familia Gnecco para retener la Gobernación no es fácil en un departamento en el que tienen tanto poder, pero logramos que cuatro políticos activos, un periodista, un constructor, un congresista y un funcionario de la Gobernación nos hablaran bajo la promesa de no citar sus nombres ni narrar particularidades por las que pudieran identificarlos.
Las Marías, epicentro de las movidas
Más que una hacienda, Las Marías funciona como un centro de operaciones político de la familia Gnecco. Allí se celebran parrandas con personajes del poder regional y del alto gobierno. Una de las fiestas más recientes la ofreció Cielo Gnecco al cierre del pasado festival vallenato. La Silla ingresó y vio entre los invitados a los ministros del Interior Juan Fernando Cristo y de Hacienda Mauricio Cárdenas.
En estas elecciones, Las Marías es nuevamente un escenario protagónico porque en ella se realizan reuniones en las que se cocinan muchas de las actividades de la candidatura de Franco. Reuniones que se convocan con mayor frecuencia desde el 27 de julio pasado, cuando la campaña arrancó oficialmente.
La Silla supo que para el jueves pasado, un grupo de empleados de la Gobernación con contratos temporales (son cerca de 800) estaban citados en la hacienda. Sin embargo, a última hora el evento se aplazó y todavía se desconocen las razones y la nueva fecha.
En esas reuniones participa Cielo Gnecco, nos contó el funcionario de la Gobernación con el que dialogamos, y a cada uno de los asistentes les piden hasta 15 votos y disposición de tiempo para trabajar dando apoyo logístico a la campaña de Franco, especialmente en Valledupar.
Esa fuente nos aseguró que varios de los contratados por órdenes de prestación de servicios (OPS) están tan metidos en la campaña que poco van a la Gobernación desde la primera semana de agosto.
“Hay una presión fuerte. Es una obligación que vayan (los contratados por OPS) a los eventos”, le dijo el funcionario a La Silla.
La semana pasada, nuestra fuente reconoció a varios de los empleados cuando realizaban una caminata pro Franco en su barrio. A esto se suma, nos contó, que muchos sienten mayor presión porque su vinculación laboral es hasta octubre y no hasta el 31 de diciembre.
De esas presiones nuestra fuente dijo ser testigo a diario en las diferentes dependencias de la Gobernación. Tanto que los secretarios de despacho, asesores de oficina y líderes de programa no están excluidos. Ellos tienen entre sus obligaciones organizar reuniones con sus vecinos para que el candidato los visite y de paso los Gnecco vean su compromiso con la causa.
A diferencia de la presión ejercida sobre los cargos de libre nombramiento y remoción, la planta de funcionarios integrada por 240 personas está en libertad de escoger candidato porque a ellos no tienen con qué manipularlos.
Dos de los políticos que entrevistamos y que participan activamente en la campaña actual, nos aseguraron que en Las Marías también se concretan muchas de las adhesiones de los líderes barriales y candidatos de otros partidos a la campaña de Franco, incluidos los de las toldas rojas que deberían estar con Arturo Calderón.
El ajedrez político cesarence está tan convulsionado, por los movimientos de Cielo Gnecco, que el veedor nacional de los liberales Rodrigo Llano visitará hoy Valledupar para recordarles a los militantes de esa colectividad el respeto por la disciplina de partido. Así se evitarán posibles cancelaciones de militancia o solicitudes de revocatoria de avales ante el Consejo Nacional Electoral.
Hasta ahora, nos aseguró una fuente de adentro de la campaña de Calderón, los Gnecco han logrado que un candidato a la asamblea, dos al concejo de Valledupar y uno a una alcaldía destiñan su aval rojo para hacerle campaña a Ovalle. Apoyo por el que podrían meterse en problemas.
La financiación que calienta la campaña
Las ocho fuentes que consultamos nos manifestaron que detrás de los respaldos hay varios ceros a la derecha. Tres de esas personas nos aseguraron conocer de primera mano esta movida de los Gnecco porque les han ofrecido combustible económico a los candidatos de sus partidos.
La plata varía según el municipio y el cargo: a los candidatos a ediles les están ofreciendo 500 mil pesos para que comiencen a trabajar a favor de Franco y a los que van por las alcaldías, entre 250 millones y 350 millones de pesos, especialmente en Aguachica, Codazzi, Chimichagua, Curumaní y Bosconia.
Esos municipios ponen la mitad de la votación (casi 80 mil votos) con la que se gana el puesto de gobernador. Hace cuatro años Luis Monsalvo se impuso con 174 mil votos y le sacó una ventaja de casi 50 mil al segundo.
La búsqueda de apoyos también incluye a los líderes barriales, a quienes les ofrecen 200 mil pesos como enganche. Ellos, como lo ha contado La Silla, son la base de la pirámide electoral porque actúan sectorizados y saben cómo comprar los votos.
Sobre el origen de la plata que circula en la campaña hay mucho ruido en el Cesar. Cuatro de las fuentes nos aseguraron que ésta proviene de los grandes contratos de infraestructura del departamento, pero solo uno de los entrevistados nos aseguró conocer testimonios de constructores que se han quejado por los porcentajes que les quitan en la Gobernación sobre el valor total por obra.
Tanto fuerza tiene esa supuesta financiación de la campaña con recursos públicos que las fuentes hablaron de entre el 15% y el 20% por contrato, y señalaron al hermano del gobernador, y también hijo de Cielo, José Jorge Monsalvo Gnecco como la persona responsable de los procesos de contratación.
Aunque esa acusación no se comprueba tan fácilmente, a las fuentes les genera mucha suspicacia el despliegue publicitario que se le ve al candidato de los Gnecco: carros y camionetas de alta gama forrados con su foto, camisetas, gorras, vallas repartidas en todo el departamento y su propio canal en Youtube en el que sube casi a diario video-resúmenes de sus actividades. Inclusive una aplicación para teléfonos Android con los detalles de su campaña y próximamente otra para aparatos marca Iphone.
Un despliegue que todavía no muestra el candidato Calderón, quien en esta tercera oportunidad va sin maquinaria detrás y se lanza con el apoyo de los exalcaldes Ciro Pupo y Elías Ochoa, del exsenador Félix Varela y del expresidente Álvaro Uribe, quien en julio pasado anunció que su candidato a la alcaldía de Valledupar Sergio Araújo sería la fórmula de Calderón.
Pero por disciplina de partido, la fórmula de Arturo Calderón es el liberal Rober Romero.
Al argumento de la publicidad se suman las denuncias hechas desde la Asamblea por diputados como el conservador Carlos Daniel Rocha y Julio Casadiego, de Cambio Radical.
Ellos han cuestionado la entrega de obras como la construcción del acueducto regional en cinco corregimientos a la firma AGM Desarrollo S.A.S y Vera, cuyo representante legal es el hijo del investigado empresario Alfonso ‘el Turco’ Hilsaca, Gabriel Hilsaca Acosta.
También han criticado que los retrasos en los principales proyectos de infraestructura de la actual administración departamental sean una constante, así como el desequilibrio entre los anticipos y la ejecución, y las solicitudes de adiciones presupuestales meses después de iniciadas las obras.
Ambos diputados han puesto la lupa sobre la construcción de la sede Caribe de la Universidad Nacional, en manos de la Unión Temporal Uninal - Cesar, y sobre la vía Zanjón-Pueblo Bello, que le fue adjudicada al Consorcio Pueblo Bello.
Sobre la primera hay un hallazgo fiscal de la Contraloría por 2.634 millones de pesos y un llamado de atención a la Gobernación por desatender las recomendaciones del interventor en la etapa inicial del proyecto. A esto se suma que en junio pasado el Gobernador pidió una adición presupuestal de 18 mil millones de pesos para que la unión temporal pueda terminar la obra que estuvo paralizada entre agosto de 2014 y marzo de este año, y cuya entrega debía darse en febrero pasado. Hoy no supera el 60% de ejecución.
En cuanto a la vía, la Contraloría General de la República hizo una advertencia porque el departamento le entregó al contratista a finales de 2013 el 40% del valor total de la obra (39 mil millones de pesos) y dos años después sigue sin estar lista. La obra ahora avanza vigilada por una mesa de verificación que instaló la Contraloría.
Ante todos estos tropiezos, en Valledupar se preguntan por qué si los contratos contemplan sanciones para los contratistas que no hagan bien su trabajo, la Gobernación no ha impuesto todavía la primera multa.
Más allá de ese ruido sobre la financiación de los Gnecco a favor de la campaña de Franco Ovalle, el aliado del vargasllerismo es un ganadero que maneja su propia chequera. Aunque en el Cesar se la reconocen, nos aseguraron que se queda pequeña ante la de los Gnecco. Más en época de campaña.
Nos comunicamos con el gobernador Luis Monsalvo para conocer su opinión sobre todas estas versiones no denunciadas, pero no fue posible hablar con él. Su jefe de prensa nos aseguró que el mandatario decidió "no dar declaraciones con relación al momento político".
Tampoco fue posible hablar con el candidato Franco Ovalle, después de varios mensajes y llamadas de insistencia.
A menos de dos meses de las elecciones, muchos se están preguntando en el Cesar cuánto combustible más seguirán metiéndole los Gnecco a esta campaña. Sus contradictores reconocen que con el flujo de billete que circula en ese departamento cada día que pasa la contienda se les pone más cara y cuesta arriba.