El debate en este punto es si seguir el camino del Gobierno Santos luego de la firma del Acuerdo con las Farc o no. El punto 4 del Acuerdo, que se aterrizó en el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Pnis, le apuesta a que los cocaleros que quieran, firmen acuerdos de sustitución para arrancar la hoja de coca (a cambio de unos pagos, asistencia técnica y proyectos productivos) y donde no llevar brigadas a erradicar a la fuerza manualmente, o endurecer las medidas. El Acuerdo deja la fumigación como último recurso aunque la Corte prohibió hacerlo con glifosato.
De La Calle, Fajardo y Petro mantendrían el enfoque actual, cada uno con sus salvedades.
De La Calle, fiel al Acuerdo de La Habana, propone mantener el enfoque actual de que la sustitución sea voluntaria y donde no se logren acuerdos, erradicar manualmente. Pero quiere reformular el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Pnis. Para eso, propone el 'Plan cero coca', que incluye un plan de respuesta rápida para resolver las necesidades más inmediatas de las familias que ya firmaron acuerdos agilizando la construcción de bienes públicos y formalizando la tierra en esos municipios para que no tengan incentivos para resembrar. También propone articular mejor la estrategia de seguridad para que los líderes que defienden la sustitución se sientan menos amenazados y no haya el choque de trenes que hay hoy, donde el ministerio de Defensa ha mandado brigadas de policías antinarcóticos a erradicar donde la Oficina de Drogas a cargo de Eduardo Díaz ya había adelantado la firma de acuerdos, como ha pasado en Nariño y Caquetá.
Fajardo propone mantener el Pnis metiéndole el acelerador a los pagos y agilizando la entrega de bienes públicos como carreteras o distritos de riego a los municipios donde se han firmado acuerdos de sustitución para que los campesinos no resiembren. Está con la erradicación forzada en caso de que no se logren acuerdos con los cultivadores, pero no con la aspersión aérea y propone el impulso del programa 'Nueva Generación Rural' en el que busca que los jóvenes del campo en general y los que hagan parte de familias cultivadoras de coca puedan hacer el tránsito a la siembra de otros productos con acceso a créditos y vinculándolos a cooperativas para vender sus productos.
Petro inicialmente propuso comprar la cosecha de coca mientras se hacía sustitución (una idea que antes ya antes había propuesto el expresidente César Gaviria e incluso el expresidente Álvaro Uribe), pero en su campaña nos dijeron que descartaron esa idea. Su propuesta se parece a la de De la Calle y Fajardo en cuanto a mantener la sustitución voluntaria y dejar la erradicación forzada como plan b, pero para él ""hay que recuperar el sentido original del Pnis. Será participativo, incorporando a las comunidades en las decisiones y soluciones"", algo que ya está en el Acuerdo pero que él quisiera profundizar más. Aunque en el papel el Pnis es participativo, Petro quiere profundizar en la concertación con las comunidades.
Vargas propone continuar con la sustitución voluntaria y donde no se logre, entrar a erradicar, como pasa hoy, pero la diferencia es que retoma la carta de la aspersión aérea. En su propuesta de Defensa Nacional dice que ""la aspersión aérea y manual, así como otros mecanismos disponibles, serán empleados para hacer más eficiente la erradicación tanto en tierra como en aire"". Adicionalmente ha prometido que ""Mi gobierno se compromete a entregar en 2022 el territorio colombiano con alrededor de 50.000 hectáreas de coca menos y con programas de sustitución efectivos en más de 150.000 hectáreas"".
Duque dice que tanto la sustitución como la erradicación deben ser obligatorias y que eso incluye la aspersión aérea. ""Hemos dicho que las fumigaciones aéreas tienen que ser un mecanismo disponible y lo que hay que mirar son nuevos componentes químicos que satisfagan todos los estándares de salud"", dijo Duque en una entrevista.
Como lo
hemos contado en La Silla , con la fumigación aérea los cultivos de coca caen en el corto plazo, pero el factor de resiembra es mucho más alto que con la erradicación voluntaria. Según datos oficiales, Colombia ha fumigado 1'8 millones de hectáreas de coca para haber logrado reducirlas en su mejor año a 42 mil hectáreas y volver ahora a las 188 mil, según la última medición publicada. Quizás lo más crítico de retomar esta carta de la fumigación es que se perdería de tajo la confianza con las familias cocaleras que ya le están apostando en todo el país a creerle al Estado y arrancar la coca.