Las verdades a medias en Tumaco

Silla Pacífico

Según el informe de la Defensoría publicado ayer, la versión inicial de la Fuerza Pública sobre lo que ocurrió en Tumaco es falsa. Los campesinos que hablaron con esa entidad tampoco habrán dicho toda la verdad. 

Si se llega a comprobar a partir del informe de la Defensoría del Pueblo que la Policía Antinarcóticos mató a los seis campesinos e hirió a otras 20 personas mientras el Ejército y la Policía estaban en labores de erradicación forzada, con el comunicado, la versión inicialmente y dada de manera oficial por la Fuerza Pública sería falsa. Pero, según la reportería realizada por La Silla Vacía, los campesinos tampoco le dijeron toda la verdad a la Defensoría.

Según el informe, después de haber hecho un recorrido en la vereda donde ocurrieron los hechos y entrevistar a comunidades, víctimas y Fuerza Pública, la Defensoría concluyó dos cosas: primero, “en la visita realizada a la zona, la comisión de la Defensoría, no observó a simple vista ninguna evidencia de los efectos que genera la onda expansiva resultado de la activación de cilindros bomba, tales como cráteres, afectaciones por esquirlas, entre otros”.

Eso apunta a que la primera versión entregada por el Ejército y la Policía justo después del ataque es falsa.

 

Según esa versión, “las indagaciones preliminares señalan que al parecer alias ‘Guacho’ y su grupo lanzaron al menos cinco cilindros bomba contra los integrantes de la Fuerza Pública y contra la multitud que se encontraba en el lugar, y luego atacaron con fuego indiscriminado de fusiles y ametralladoras a los manifestantes y a las autoridades”, decía el comunicado.  

A la suspicacia se suma que ayer, hacia las dos de la tarde y mientras una comisión integrada por miembros de la ONU, la OEA, periodistas, funcionarios de la Gobernación y la Diócesis de Tumaco que estaba en una misión de verificación en el lugar de la masacre, unos policías hicieron tiros al aire y lanzaron balas aturdidoras contra la comisión. Además les gritaron “ábranse de aquí, aquí no pueden estar”, como contó Semana, a pesar de que tenían permiso.

El hecho fue criticado por el vicepresidente Óscar Naranjo, que está despachando desde Tumaco esta semana y que dijo que los uniformados actuaron ‘irregularmente’.  La Policía, además, lamentó el hecho y pidió excusas públicas.

Segundo, la Defensoría dice que los campesinos manifestantes insisten en que ellos acudieron a la movilización de manera voluntaria ante el “inconformismo por la falta de cumplimiento del programa de sustitución de cultivos”.

Esa información contradice testimonios de personas que conocen la situación en esa zona consultadas por La Silla Pacífico el jueves y que fue ratificada ayer por una alta fuente del sector humanitario que conoce de primera mano la situación en Tumaco y por el comunicado que publicó el jueves el Consejo Comunitario de Alto Mira y Frontera del que hace parte la vereda donde ocurrieron los hechos y que ya habían advertido antes la situación que se estaba viviendo en la zona. 

Estos testimonios indican que las disidencias de alias ‘Guacho’, alias ‘David’ y el narcotraficante conocido como Cachi que hacen presencia en esa zona estaban presionando a las comunidades para que enfrentaran a los erradicadores. Tanto así que hace dos semanas en la vereda Puerto Rico, los grupos armados les exigieron a los campesinos del sector que participaran en las movilizaciones o de lo contrario, matarían al menos dos personas por familia.

La pregunta clave que sigue sin resolverse es entonces qué fue lo que detonó el ataque y definir si en efecto, fue la Policía Antinarcóticos la que disparó.

Aunque después del comunicado de la Defensoría, la hipótesis más fuerte apunta a la Policía, para confirmarlo hace falta un informe de balística que ayude a descifrar si las armas que dispararon son privativas de la Fuerza Pública.  

Lo único que se sabe por ahora, tras el informe de Medicina Legal, es que los tiros fueron hechos a larga distancia, pero no se ha dicho cuál fue esa distancia, lo que ayudaría a responder si el ataque fue reactivo o no.

El problema es que mientras más pasan los días, la escena que podría ayudar a resolver esas preguntas puede contaminarse más.

Ayer varias organizaciones de izquierda como la Coccam Nariño y la Red de Derechos Humanos del Suroccidente Colombiano "Francisco Isaías Cifuentes” dijeron entre otras, que el viernes 6 de octubre, policías “alteraron pruebas al cortar y raspar palos que tenían impactos de proyectil” y que “hasta pasado el mediodía del día 7 de octubre, no se había hecho el acordonamiento y aislamiento del lugar de los hechos”.

Con eso, ahora hay un segundo hecho a verificar.

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