Lo que ganó, lo que perdió, y lo que le queda a Angelino

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                                                                     Foto: Sara Rojas

Esta mañana se anunció que el vicepresidente Angelino Garzón perdió la competencia por la dirección de la OIT, competencia que arrancó a finales del año pasado pero para la que el vicepresidente tenía pocas posibilidades desde un principio como explicó La Silla Vacía.

Con este anuncio quedan claras tres cosas: Angelino, aunque no ganó, logró contribuir en la elección de Guy Ryder, el candidato inglés que finalmente ganó; Angelino se desdibujó en estos seis meses como vicepresidente, y ahora vuelve al país a ser un actor político clave en la segunda parte del gobierno de Santos. 

 

1.    Lo que ganó.

 

Angelino Garzón tenía pocas posibilidades de llegar a la dirección de la OIT, empezando porque quien salía de dirigir este organismo multilateral era el chileno Juan Somavia, y es difícil que se elija a un candidato del mismo continente para continuar en la dirección. Además, a pesar de su pasado sindical, Garzón no contaba con el apoyo de los sindicalistas colombianos que se habían comprometido con otros sindicalistas del mundo para apoyar a Guy Ryder, el candidato Inglés.

Aunque no ganó, y pese a lo que dijeron otros medios, sus chances nunca fueron tan altos y Garzón terminó siendo clave en la elección de Ryder. El candidato inglés se disputaba los votos con el candidato francés Gilles de Robien: el primero tenía 25 votos, el segundo 24, y por eso los siete votos de Angelino eran determinantes para la victoria del uno o del otro.

Angelino, junto con Julio Roberto Gómez (director de la CGT, pero también miembro titular del Consejo Administrativo de la OIT) y Víctor Báez (secretario general de la Confederación Sindical de Trabajadores de las Américas) convencieron a los siete estados latinoamericanos que apoyaron a Angelino para que apoyaran a Ryder en la última ronda. Y lo lograron.

La victoria de Ryder sobre el candidato francés es una victoria para los sindicalistas. Primero, porque Gilles de Robien era el candidato del ex presidente francés Nicolas Sarkozy, que tiene poca simpatía en el sector sindical. Pero además, porque Ryder viene de las entrañas del sindicalismo.

El candidato inglés que ganó fue hasta el año pasado Secretario General de la Confederación Sindical Internacional (la más grande a nivel internacional), y pasó a ser Director Ejecutivo del sector de normas y principios fundamentales en la OIT. Al apoyar a Ryder, Angelino Garzón apoyó al candidato que más conoce el tema sindical en Colombia: Ryder tiene muy buenas relaciones con los tres grandes sectores sindicales del país (la CUT, la CGT y la CTC), se reúne con ellos al menos una vez al año y en febrero de este año hizo parte de la Misión Tripartita de Alto Nivel de la OIT que revisó el cumplimiento de los convenios hechos por el país ante este organismo internacional. Uno de los primeros debates que hará tratará sobre las conclusiones que se recogieron en esa misión, dónde él fue director.

Con este apoyo, Angelino se reposiciona dentro del sindicalismo, después de que ha sido señalado de “venderse”. 

 

2.    Lo que perdió: un espacio en la agenda política colombiana.
 

Angelino Garzón se había convertido en el vocero de los menos favorecidos dentro del gobierno de Santos. Antes de que arrancara su candidatura ante la OIT, acompañó a los gremios de camioneros cuando paralizaron al país en protesta porque el Ministro de Transporte quería quitar la tabla de fletes; criticó la nueva medición de pobreza presentada por Planeación Nacional según la cual se considera a una persona ‘pobre’ con ingresos inferiores a 190 mil pesos; y luego pidió al gobierno revisar la fórmula para determinar el salario mínimo.

“El pueblo no eligió a un vicepresidente mudo”, dijo Garzón después de que el gobierno de Santos pidiera ‘lavar los trapos sucios en casa’. El vicepresidente se convirtió en un actor incómodo para el ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, para el entonces director de Planeación Nacional Hernando José Gómez, o hasta para el director de la Andi que llamó a Angelino “una llanta de respuesto”. El Gobierno nunca incluyó a Angelino en la discusión de los temas de pobreza y desigualdad social y más bien quedó la impresión de que con su nominación a la OIT, Santos buscaba exiliar a Angelino y acabar con la voz discordante en un gabinete homogéneo y acabar las disputas entre el Vicepresidente y sus ministros y el sector empresarial.

Efectivamente, con la campaña alrededor del mundo buscando votos para ganar la dirección de la OIT, Angelino perdió espacio como una voz política de oposición: no se pronunció frente a un eventual TLC con China, y tampoco ha dicho nada sobre la reforma tributaria que piensa presentar el gobierno Santos y que inicialmente iba a subir el IVA a algunos artículos de la canasta familiar.

Y además, en su ausencia, la Vicepresidencia quedó cada vez más debilitada. Como explicó La Silla Vacía, Garzón ya no tiene a su cargo los temas que tengan que ver con La ley de víctimas, memoria histórica o justicia transicional (inicialmente, tenía allí un gran poder burocrático). Ahora, además, lo que le correspondía en monitoreo de derechos humanos a la Vicepresidencia, pasó a manos del Ministerio del Interior.

En conclusión, Angelino vuelve con puesto pero sin funciones realmente relevantes.

 

3.     Lo que le queda: ¿una candidatura presidencial?

 

Con el regreso de Angelino a Colombia comenzará el debate sobre el rol que pueda jugar con miras a las elecciones presidenciales del 2014. 

“Angelino va a ser candidato y Uribe, su vicepresidente”, dijo en una entrevista el senador de La U Roy Barreras hace tres semanas. Para Roy, la división entre Santos y Uribe es tan profunda que es claro que Uribe lanzará una lista al Congreso en el 2014, y también un candidato presidencial como Angelino que sorprenda a la derecha. Por ahora, el uribismo no ha desmentido esta afirmación, pero no todos están de acuerdo, como lo manifestó el ex ministro Fernando Londoño en entrevista a El Espectador.

El ex presidente Uribe ha tenido una relación cercana a Angelino Garzón: lo apoyó en su candidatura a la OIT y en 2009 lo había nombrado Representante Permanente de Colombia ante las Naciones Unidas en Ginebra, donde Angelino defendió el nombre de Colombia en relación con las denuncias de los derechos de los trabajadores de Colombia ante la OIT.

Pero La Silla Vacía supo que Uribe nunca ha discutido esta idea de la candidatura presidencial personalmente con el Vicepresidente. Y personas cercanas a Garzón dicen que no ven a Angelino como un candidato de la derecha.

Si él llega a lanzarse a la Presidencia, lo más probable es que lo haga con Centro Independiente, un movimiento que creó el dirigente sindical Julio Roberto Gómez y que se fundó hace dos años con el objetivo claro de ser una plataforma presidencial para Ángelino Garzón, como lo contó La Silla Vacía. (ver historia)

"La opción que hoy le queda al país es precisamente el centro y ese centro lo encarna el compañero Angelino Garzón en 2014", dijo hoy  al diario El Tiempo Julio Roberto Gómez. Al igual que Gómez, el ex secretario de gobierno de Bogotá, Antonio Navarro Wolff, ha visto en la división de la derecha entre Uribe y Santos una oportunidad para una candidatura de centro -izquierda. Navarro ha hablado de la posibilidad de crear un frente amplio “progresista y democrático” en donde esté Progresistas, Centro Independiente, un sector de los Verdes y del Polo que le gane el pulso al Uribismo y a Santos en las elecciones del 2014. Garzón podría ser la figura más visible que represente ese frente si es que la izquierda logra unirse.

En todo caso, ya en el Valle, para la elección del Gobernador, los amigos de Angelino se unieron a Progresistas y a un sector de los Verdes para apoyar el voto en blanco, una iniciativa que igual no prosperó puesto que nadie se inscribió a tiempo para poner el tarjetón el voto en blanco.

Independientemente de que Angelino acepte o no ser candidato (en su contra tiene que abandonar el cargo antes de terminar su mandato puede ser castigado por los electores), sin funciones en la Vicepresidencia, tiene el camino libre para seguir siendo una voz discordante y con frecuencia incómoda en el Gobierno de Santos.

Sobre todo porque a los 66 años, los que conocen a Angelino están seguros de que no llegará al país para jubilarse y tampoco para aceptarle a Santos una embajada en Brasil -como se ha rumorado que es el plan B del Presidente- que lo saque del juego político.

La pregunta ahora es ¿qué piensa hacer Santos para que Angelino no se le convierta en competencia o, al menos, para que no regrese a ser ‘la rueda suelta’ dentro de su gabinete? 

 

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