Lo que une a María Isabel Urrutia con ChocQuibTown

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Por primera vez, los afro, que tradicionalmente han sido una comunidad muy dividida, decidieron unir fuerzas para firmar una carta pública pidiéndole al presidente Juan Manuel Santos un espacio en su agenda y más inclusión en el proceso de paz. Un reclamo viejo, pero que nunca había tenido tanto respaldo.

 

Por primera vez, los afro, que tradicionalmente han sido una comunidad muy dividida, decidieron unir fuerzas para firmar una carta pública pidiéndole al presidente Juan Manuel Santos un espacio en su agenda y más inclusión en el proceso de paz. Un reclamo viejo, pero que nunca había tenido tanto respaldo.

Entre los firmantes están personajes tan diversos como la agrupación ChocQuibTown, Nino Caicedo y Alexis Lozano de Guayacán Orquesta, Zulia Mena, exalcaldesa de Quibdó, el locutor y excongresista Edgar Perea, el Tino Asprilla, el exgeneral Luis Alberto Moore y la excongresista y jugadora olímpica María Isabel Urrutia, entre otros.

Los afros mueven todas sus fuerzas justo ahora, veinte días antes de que se firme un Acuerdo Final en La Habana -si es que se firma en el tiempo previsto-, porque no quieren quedarse por fuera de lo acordado y les preocupa que las zonas de concentración con la guerrilla que se están discutiendo en este momento queden justo en sus territorios.

Finalmente consiguieron ser oídos en Palacio porque optaron por escribirle también a Martín Santos, quien según uno de ellos fue el que concertó la reunión con fecha y hora: jueves 10 de marzo a las cuatro de la tarde.

María Lorena Gutiérrez, secretaria general de Presidencia, le confirmó a La Silla que la cita con el presidente quedó para la semana entrante.

Los reclamos

Desde que arrancaron las conversaciones en La Habana, colectivos como la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados (Afrodes), el Proceso de Comunidades Negras (PCN) y el Consejo Nacional Afrocolombiano (Conpa) han intentado tener más participación en la Mesa. Pero no han podido.

Las mujeres lo lograron y tienen instalada su propia subcomisión de género. Lo que quieren los afros no es tan ambicioso como eso, dado lo cerca que está la firma del Acuerdo Final. Si Santos los recibe en Palacio esperan, como le confirmó a La Silla el activista y miembro de Chao Racismo Ray Charrupi: “pedirles unas horas extra a los delegados de gobierno y Farc para definir la agenda étnica en La Habana.”

Los afro llevan escribiéndole cartas a Santos hace rato. Antes de la última, mandaron otras cuatro. Dos en 2014  (que se pueden ver acá) y otras dos en 2015 (que están acá). Con éstas respuestas.

Lo más urgente para ellos en este momento es saber qué han pactado Gobierno y Farc sobre los Consejos Comunitarios y los Resguardos, territorios que han sido titulados colectivamente a las comunidades afro e indígenas respectivamente.

Los afros tienen miedo de que les quiten sus tierras para crear las zonas de reserva campesina pactadas con las Farc, además de las seis legalmente constituidas desde 1998.

Otra cosa que les preocupa, y que es el centro del debate ahora, es la definición de dónde quedarán las zonas de concentración de la guerrilla para la dejación de las armas.

Temen que las FARC quieran concentrarse en sus zonas tradicionales de influencia, varias de ellas con amplia presencia afro, sobre todo en el Pacífico.

Esto les preocupa por dos razones. Por un lado, porque temen que otros grupos armados como las bacrim o el Eln intenten sabotear la desmovilización de las Farc, y ellos queden en la mitad de esa guerra. Por ejemplo, en el Bajo Atrato chocoano.

Pero también porque la guerrilla lleva años intentando sustituir la autoridad de los consejos comunitarios afro en zonas estratégicas de guerra, como la zona rural de Tumaco, como contó La Silla. Y esta situación podría agravarse una vez las Farc entren abiertamente al juego político salvo que los negros tengan garantías explícitas de parte de ellos de que respetarán su autonomía en los territorios.

Otro reclamo en el que también insisten, es la reglamentación de la Ley 70 de 1993. Es decir, que exista un decreto que diga cuándo, cómo y dónde esa ley, que es la de negritudes, se aplicará después de más de 20 años de expedida.

“Sentimos que no hay representación ni en el gobierno ni en la Mesa. No somos actores en las negociaciones, ni en la policía, ni en ningún ministerio,” dijo a La Silla el exgeneral Luis Alberto Moore, que fue ascendido en el gobierno Uribe.

Si la reunión se da, la idea es llevar a veinte representantes de la comunidad a presentarle al Presidente sus propuestas y, con estadísticas en la mano, explicarle la situación de los negros en la guerra.

“Hemos puesto más del 40 por ciento de los muertos y no solo contando las víctimas, sino los soldados, los paramilitares y guerrilleros asesinados” dice Ray Charrupi.

También quieren invitar al director de El Espectador Fidel Cano y a la columnista de Semana María Jimena Duzán como “veedores” de la reunión.

Desde 2010, cuando Santos llegó a la Casa de Nariño, dijo que se comprometía con ellos a duplicar la representación de los negros en el gabinete ministerial y a que el tema afro fuera prioritario en su agenda, según le dijo a La Silla Charrupi. Pero nada de eso ha pasado.

A varios les ofendió que dijera que Amylkar Acosta, en ese entonces ministro de Minas y Alfonso Gómez Méndez, de Justicia, fueran su cuota afro en el gabinete, pues hasta Gómez Méndez dijo que no se sentía negro.

Hoy la única afro en el gabinete es la viceministra para la Participación e Igualdad de Derechos, Carmen Inés Vásquez.

Ella le confirmó a La Silla que el Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo ya habló con Humberto de La Calle para que haya una posible visita de la comunidad a La Habana. “Eso se habló y estamos pendientes de saber la fecha.”

Y también afirma que el gobierno ha avanzado mucho en reconocer a los afros, así falten cosas. “Ampliamos la circunscripción especial para Congreso, logramos reconocer más de cinco millones de hectáreas para los consejos comunitarios y entregamos becas a estudiantes afro”.

En la Mesa de La Habana estuvo sentada Nigeria Rentería, también afrocolombiana, pero su participación fue en cabeza de la cuota femenina del gobierno y si bien la comunidad negra se siente representada por ella, sienten también que empujó más los temas de mujer que los afro. Otro dato relevante es que en agosto de 2014 viajaron ocho afros, de un grupo de sesenta víctimas a Cuba.

Pero para otro afro consultado por La Silla "El tema se tocó pero eso no quiere que se haya tratado a fondo."

La presión de Washington

Estos líderes afro esperan tener en el posconflicto mayor protagonismo que el que tuvieron durante la negociación y por eso desde ya se están jugando la carta en Washington, que ya les funcionó en el pasado con el gobierno de Uribe.

En ese momento, cuando se estaba negociando el TLC en 2006, la bancada negra de ese entonces, en la que estaba Barack Obama como senador, le dijo al entonces presidente Uribe que lo apoyaban siempre y cuando él se comprometiera a darle más representación a los afro.

Uribe volvió a Bogotá y tiempo después nombró a Luis Alberto Moore General de la República; a Paula Marcela Moreno ministra de Cultura, y a Andrés Palacios viceministro de Relaciones Laborales del Ministerio de Protección Social.

 

Ahora que el Congreso de Estados Unidos tiene en sus manos la aprobación del paquete de 450 millones de dólares anuales para el ‘Plan Paz Colombia’, esperan repetir la estrategia.

El ‘Grupo de Liderazgo afrocolombiano’ trata de hacer incidencia política a través de tres congresistas: Gregory Meeks, Charles Rangel y Sheila Jackson.“Lo que queremos es que ellos apoyen el plan ‘Paz Colombia’ pero que también presionen para que se incluya el tema afro en la agenda”, cuenta Hernando Viveros, uno de los representantes afro en Washington.

Viveros fue invitado a la ceremonia de los quince años del ‘Plan Colombia’ en la Casa Blanca a última hora, luego de enviarle unos trinos al embajador de Colombia en Washington, Juan Carlos Pinzón, en la que criticaba la exclusión y discriminación de los afro porque solo habían invitado a un negro, Marino Córdoba, el representante legal de la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados, también radicado en Washington.

“A mí sólo me invitaron a los eventos culturales. A ‘Delirio’ que era el de salsa, a un foro, pero a lo clave no. Un día antes me llegó la invitación,” dice Viveros.

Una vez en el evento, Viveros, Córdoba y Norma Jackson, otra invitada en el último momento, le preguntaron a Santos por la agenda afro y según Córdoba, el Presidente respondió que los diálogos incluían a todos de manera general y que en la fase de implementación se garantizará la participación de todos los sectores.

"Esa es una visión equivocada porque no hay una mención específica sobre los derechos y garantías para afros e indígenas en los acuerdos”, dice Córdoba.

Y no es que ellos crean que la Mesa de Negociación deba tener ‘cuotas’ de cada grupo sino que dado que los afros han sufrido de manera desproporcionada los rigores de la guerra, su voz sí debería estar representada en su solución. O que por lo menos, no tengan que llevarse la peor parte del posconflicto.

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