Han pasado tres meses desde que se posesionó Rosa Cotes, pero en el Magdalena la sensación es la de que aún están en el periodo de gobierno anterior, en el que ella fungía como primera dama y el mandatario era su sobrino.
Los 100 días de Rosa o los 1.560 del Mello en el Magdalena
Han pasado tres meses desde que se posesionó la gobernadora Rosa Cotes, pero en el Magdalena político la sensación es la de que aún están en el periodo de gobierno anterior, en el que ella fungía como primera dama y el mandatario era su sobrino: Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes.
Elegida por una mezcla entre su carisma y la aplanadora vargasllerista que en ese departamento dirige el Mello, y con cero experiencia como administradora pública, ha sido Rosa la primera en mandar ese mensaje.
Primero, nombró en puestos clave como Educación, Planeación, Salud y Tesorería a personas que trabajaron con el exgobernador y son de su plena confianza.
Después de eso, a lo largo de estos 100 días, lo ha invitado a acompañarla en un sinnúmero de eventos públicos, buena parte de ellos inauguraciones o primeras piedras de obras que realizó la Administración pasada.
Frente al micrófono, la mandataria no ahorra elogios para su antecesor, al punto en que por momentos ella misma se quita protagonismo para dárselo a él, como nos lo comentó un periodista político de Santa Marta. “Esta es una obra del doctor Luis Miguel Cotes Habeych, quien tiene que cortar la cinta y tiene que entregarla es él porque esta es una obra de él, la estoy continuando como voy a continuar con todas las obras que inició él aquí en el Distrito de Santa Marta”, dijo por ejemplo el mes pasado en la inauguración de dos puentes peatonales.
Aunque es entendible que un gobernante que comparte partido con su predecesor quiera reconocerle a éste su gestión, mucho más si se trata del sobrino que le ayudó a ganar, Rosa ha llevado al Mello incluso a reuniones oficiales que no son de su resorte.
Entre ellas, un comité de gestión de riesgo para enfrentar el fenómeno de El Niño, en el que el exgobernador compartió la mesa principal con su tía, con el comandante de la Policía y con el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao. Fue en febrero.
En un trino, la cuenta oficial de la Gobernación aseguró que ese Ministro había validado la presencia del saliente mandatario en una reunión entre autoridades vigentes, debido a su experiencia y a que para la Gobernadora él funge como asesor ad hoc.
A eso se suma el gran contraste que hay entre el carácter de Rosa y del Mello: mientras la inexperiencia de ella se evidencia en la distancia que toma con los medios (no da muchas declaraciones) y en que delega mucho, especialmente desde su último año de Gobierno él se toma la palabra, tira línea y, vía su alianza con el vicepresidente Germán Vargas Lleras, ha logrado por ejemplo muy buenas relaciones con el alto Gobierno en Bogotá.
Dos diputados, dos periodistas, un empresario, un político importante y un exalto funcionario, consultados para esta historia de manera separada, coincidieron en que toda esa situación ha producido la idea general de que quien manda es el Mello.
Pero la evidencia va mucho más allá de lo del gabinete y sus fotos oficiales con Rosa.
Los dos diputados nos aseguraron de manera separada, y pidiendo que se omitieran sus nombres para evitarse líos con la Administración, que todos los acuerdos políticos se hacen con el exmandatario. Cuando él no está disponible, hablan con el hermano gemelo de éste: Álvaro Cotes o con el secretario de Educación, Antonio Matera.
Según uno de estos diputados, bajo la batuta del Mello, en estos 100 días el grupo de los Cotes logró para la Gobernadora una mayoría en la Asamblea encabezada por el presidente de la duma: Carlos Julio Diazgranados. Él está avalado por el Partido Verde pero recibió el apoyo y es visto como el diputado de Álvaro Cotes Vives, padre del exgobernador y hermano de Rosa. Aunque, otra fuente conocedora nos aseguró que, aunque sí existió un respaldo, Diazgranados “no es del bolsillo” del señor Cotes Vives.
Además, un empresario, que lo contó con la condición de no ser citado pues aspira a tener negocios con la Gobernación, aseguró que entre muchos privados hay la idea de que todos los proyectos o ideas de iniciativas que quieran presentar a Rosa tienen que hablarlos primero con su sobrino. La fuente asegura que, de hecho, él lo hizo así.
Al Mello lo buscan también congresistas y alcaldes o funcionarios de pueblos y ciudades, incluso por fuera del Magdalena, para plantearle ideas o buscar un acercamiento con la Gobernadora.
Consultado al respecto, el exgobernador nos dijo que aunque es cierto que lo buscan él no toma las decisiones en la Administración de su tía: “Hay una realidad y es que yo terminé mandato hace tres meses. A lo largo de este corto tiempo, me he reunido con mucha gente con la que es inevitable tocar el tema de mi Administración o la de mi tía. Pero de ahí a tomar yo las decisiones, eso no es cierto. Me piden un consejo o que ayude con una cita con la Gobernadora y lo hago, pero hasta ahí”.
Lo social
Aunque el nombre de Luis Miguel Cotes ha sido la suerte de marca que ha caracterizado las primeras de cambio de la actual Gobernación del Magdalena, incluso los contradictores le reconocen a Rosa tener carisma y buenas intenciones.
El buen recibo entre la gente, evidenciado en el aceptable porcentaje de favorabilidad que obtuvo en la reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría para CM&, es el resultado de su labor como gestora o primera dama.
Y precisamente en eso ha basado su discurso desde que estaba en campaña. “Lo social es la vía. Yo sigo con todas las cosas en infraestructura de mi sobrino, pero lo mío es lo social. Ahí me he plantado”, le dijo a La Silla Caribe.
En ese sentido, para destacar está el programa que se ideó y ya lanzó para que los estudiantes mejoren en los resultados de las pruebas Saber (históricamente el Magdalena ha venido ocupando los últimos lugares en las pruebas del Estado).
¿Alcanza eso para gerenciar un departamento? Todos los consultados para esta historia coinciden en que no. Pero también en que el tiempo todavía juega a su favor y habrá que esperar aún para saber en definitiva qué tiempos les trajo a los magdalenenses la rosa que eligieron en octubre.