Silla Cachaca

Nicolás García, Jorge Emilio Rey y Jorge Machuca.

Las denuncias por volteo de tierras en la Sabana de Bogotá salpican al jefe de gabinete de la Gobernación y al gerente de la Licorera de Cundinamarca. Dos políticos con una carrera política ascendente como la del gobernador Jorge Rey, y con proyección para remplazarlo.

En medio de las recientes denuncias de Daniel Coronell por el presunto vínculo del gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey, con casos de volteo de tierras cuando fue alcalde de Funza, el periodista ha mencionado a dos amigos del mandatario: Nicolás García y Jorge Enrique Machuca, que ocupan cargos clave de su gabinete y se proyectan como posibles sucesores suyos.

El primero, exalcalde de Mosquera, es jefe de Gabinete en la Gobernación; el segundo, exalcalde de Funza, es el gerente de la Empresa de Licores de Cundinamarca.

Ellos también son protagonistas de algunos de los casos que ha denunciado el senador de Cambio Radical Carlos Fernando Galán por volteo, que consiste en que las alcaldías cambian el uso del suelo en algunos sectores de sus municipios como parte de ajustes a los Planes de Ordenamiento Territorial, para beneficiar a particulares.

Galán ha dicho que le entregó sus denuncias a Luis Gustavo Moreno, el fiscal anticorrupción capturado por corrupto. Coronell publicó el domingo que a Moreno le llegó un correo con denuncias similares: “En esos documentos hay señalamientos y pruebas sobre posibles delitos en los que habrían incurrido el gobernador de Cundinamarca; su jefe de gabinete, Nicolás García Bustos; el ex alcalde de Funza y actual gerente de la licorera Jorge Enrique Machuca, también los ex alcaldes de Mosquera Raúl Emilio Casallas, Álvaro Rozo y Álvaro Rincón; y el ex alcalde de Madrid Giovanny Villarraga, entre otros”.

De ellos, solo Álvaro Rincón, exalcalde de Mosquera, ha sido vinculado a un proceso judicial por este caso, hace un mes, cuando fue imputado. Casallas, Rozo y Villarraga tienen líos, pero por otros temas, mientras que contra Rey y sus funcionarios García y Machuca no hay ninguna investigación formal, algo que cuestionó Coronell después de revelar que el exmagistrado Leonidas Bustos, padrino del exfiscal Moreno que no avanzó en las investigaciones, fue contratado como asesor jurídico de la Gobernación.

Y como García y Machuca corren una carrera política ascendente, y dentro y fuera de la Gobernación los perfilan como sucesores de Rey, de la forma como se desarrollen sus casos depende su futuro político.

El salto desde las alcaldías

Jorge Enrique Machuca es un abogado y técnico en comercio internacional que llegó a la gerencia de la Licorera en 2016 después de terminar su periodo como alcalde de Funza (2012-2015), en donde fue el sucesor de Jorge Rey, que fue alcalde entre 2008 y 2011.

Ambos son de Cambio Radical. Machuca comenzó a trabajar con Rey como jefe de control interno de su administración, en 2008. Ahí lo conoció el representante a la Cámara de ese partido Jorge Rozo, que lo encargó de su campaña en el municipio en en 2010.

 

Machuca ha usado ese trabajo como carta de presentación política, ya que logró que Rozo quintuplicara su votación en ese municipio, al pasar de 918 a 4.900 votos.

Un año después, con el respaldo de Rey, se lanzó a la Alcaldía y ganó con 17 mil votos, 4.500 más de los que había sacado su amigo cuatro años antes.

En Mosquera, por su parte, la Alcaldía la ganó el Partido de la U con Nicolás García, un abogado con estudios en derecho internacional en Francia que era cercano al entonces senador Carlos Ferro.

García sucedió en el cargo al destituido Álvaro Rincón, que era de su grupo político y de quien fue secretario de Gobierno.

Mientras Machuca y García ejercían como alcaldes, Rey siguió su rápido ascenso político: en 2012 el recién posesionado gobernador Álvaro Cruz (hoy condenado por el carrusel de la contratación) lo nombró Secretario de Acción Comunal, y en 2014 se lanzó a la Cámara de Representantes, en la que salió elegido con 60 mil votos. Un año después renunció a su curul para lanzarse a la Gobernación, que ganó con 545 mil votos.

Los alcaldes terminaron su periodo en diciembre de 2015 y desde que Rey se posesionó en 2016 los nombró como parte de su equipo de trabajo.

Ambos eran de partidos que habían avalado a Rey, y como eran de pueblos le permitían al gobernador cumplir su promesa de tener en su gabinete gente de provincia.

Con Machuca el vínculo era natural. Con García, que venía de La U, se había ido forjando poco a poco y a lo último facilitó las cosas el aval que le dio ese partido a Rey. Este pudo hacer llave con candidatos a la Alcaldía de ese partido, entre los que estaba el de Mosquera, Emilio Casallas, un exdiputado que había ayudado a García a llegar a la Alcaldía y que ganó las elecciones para remplazarlo. (A comienzos de este año, sin embargo, fue capturado porque falsificó su título universitario).

Una fuente cercana al Gobernador le dijo a La Silla Cachaca que Rey también vio en Machuca y García estilos de liderazgo similares al suyo: “Son jóvenes, les gusta estar en los pueblos y no tratan de imponerse a la gente”. Además, el gobernador también sustenta esos nombramientos en que, como alcaldes, ambos obtuvieron reconocimientos nacionales por su gestión.

Aunque la mayoría de los 35 integrantes del gabinete son más políticos que técnicos y en esos cargos Rey le dio representación a los partidos que lo apoyaron y quiso que todos fueran de provincia, los cargos que ocupan García y Machuca son claves porque les puede dar reconocimiento político futuro.

Como jefe de Gabinete, Nicolás García sirve de puente entre Rey y sus secretarios, y tiene un contacto constante con los pueblos, pues acompaña a Rey a los municipios y se encarga de hacerle seguimiento a sus promesas.

Machuca, por su parte, gerencia una empresa que pretende invertir 90 mil millones de pesos de aquí a 2020, y que por medio del patrocinio apoya fiestas en los municipios. Los medios regionales ya reseñaron que los liberales lo tenían como opción para apoyarlo como candidato al Senado, pero él no aceptó.

Las denuncias

Antes de posesionarse, Jorge Machuca y Nicolás García tomaron las decisiones por las que últimamente sus nombres han quedado en la palestra pública.

En Funza, una funcionaria de Machuca, según lo ha denunciado Galán, al parecer expidió irregularmente tres resoluciones con el mismo número y la misma fecha para autorizar la construcción de un parque industrial en la vía Siberia-Funza. En todos los documentos figura un área diferente para el parque. Además, eximieron ese proyecto del pago del impuesto de plusvalía, acogiéndose a una resolución que había firmado Rey cuando era alcalde, a pesar de que había una más actual que permitía cobrarle mil millones de pesos.

El caso de García se remonta al 2009, cuando era secretario de Gobierno de Mosquera. La esposa del entonces alcalde, Álvaro Rincón, según la Fiscalía, compró un lote rural que multiplicó su valor por cuatro después de que cambió el uso de suelo a urbano en un ajuste del POT. El Tiempo contó que el día en que la Alcaldía autorizó ese cambio, Rincón estaba fuera del cargo y el alcalde encargado era García.

La Fiscalía ya le imputó cargos a Rincón por ese hecho, pero no ha vinculado al proceso a García. Machuca tampoco tiene una investigación abierta por lo ocurrido en Funza.

El gobernador (al que Coronell también señaló por presuntas irregularidades en el cobro de la plusvalía cuando era alcalde, un caso que contó La Silla en su momento) se ha defendido en medios diciendo que, en su caso, actuó acorde a la ley.

Y sobre sus dos funcionarios, dijo que le dieron las explicaciones “técnicas y jurídicas” sobre lo que hicieron, y que lo harán en la Fiscalía en caso de que les abra una investigación.

La Silla le pidió ayer a la oficina de Prensa de la Gobernación hablar con ambos, pero al cierre de esta nota no había respuesta.

De lo que se defina sobre ambos, sea que la Fiscalía abra o no procesos en su contra, también depende que Rey termine su mandato tranquilo o con el ruido de tener dos alfiles enredados.

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