El desgaste de su imagen, acuerdos que se incumplieron, cuentas que les fallaron y fortines que no usaron o que perdieron contribuyeron a la quemada de los dos senadores.
Los cuatro factores de la caída de Mora y Corzo
Manuel Guillermo Mora y Juan Manuel Corzo.
Una de las principales noticias en Norte de Santander el domingo fueron las derrotas de los senadores Manuel Guillermo Mora de La U y Juan Manuel Corzo del Partido Conservador.
Aunque ambos ya venían de capa caída en el departamento y tenían mermadas sus estructuras luego de varios periodos en el Congreso, hubo factores adicionales que terminaron siendo determinantes en los resultados.
Estos son los principales que los enviaron al pabellón de quemados.
Los acuerdos internos no fueron suficientes
Tanto Mora como Corzo cimentaron buena parte de su expectativa electoral del domingo en las maquinarias de la Gobernación y de la Alcaldía de Cúcuta.
Por un lado, el gobernador William Villamizar hizo acuerdos con los dos. Mientras que al primero le iba a poner la mayoría de su maquinaria, al segundo, como contó La Silla, le iba a aportar votos en sectores específicos.
Villamizar debía cumplir esos acuerdos a través de su candidato a la Cámara Wilmer Carrillo, quien el domingo se convirtió en el representante más votado del departamento con 66 mil votos.
Las cuentas estaban dadas para que Carrillo le endosara al menos el 70 por ciento de la votación a Mora, el 30 por ciento restante de votos debían ir a las toldas del exgobernador y ahora senador electo por Cambio Radical Édgar Díaz, del liberal Andrés Cristo, y del conservador Juan Manuel Corzo.
Sin embargo, al final a Mora las cuentas no les dieron.
El senador de La U contabilizó 39 mil votos en Norte que equivalen al 60 por ciento de lo que sacó Carrillo, es decir, hay al menos un 10 por ciento que se dispersó, partiendo de que la estructura propia de Mora no haya puesto un solo voto.
En la campaña de Mora dicen que hay dos hechos que propiciaron el desfase. El primero que Édgar Díaz terminó recibiendo una tajada de votos más grande y el segundo que el senador del Atlántico Armando Benedetti se quedó con otro pedazo.
Sobre la primera, dos fuentes de la campaña nos dijeron que eso en parte obedeció a que Wilmer Carrillo no estaba tan contento poniéndole votos a Mora, porque él no estaba poniéndole votos y porque su idea es saltar al Senado dentro de cuatro años.
La segunda es cierta. Benedetti pasó de tener 365 votos en Norte a 6.486.
Tres fuentes, dos de las cuales son de adentro del grupo del Gobernador, nos aseguraron que esa votación obedeció a un acuerdo entre el senador y Villamizar para nombrar en el Ministerio de Educación a Sandra Sulay Fuentes, quien es de su grupo político.
En el lado de Corzo, el descalabro en Norte estuvo en los acuerdos con el condenado exalcalde de Cúcuta Ramiro Suárez Corzo.
El domingo el senador conservador cerró en las urnas con 11 mil votos, los mismos que obtuvo en 2014, cuando la expectativa era que le pusieran entre 15 mil y 20 mil votos.
En esa campaña contabilizaron que la maquinaria de Ramiro le puso solo entre 3 mil y 4 mil votos, es decir 11 mil menos de los que mínimamente estaba esperando y que en su caso le hubieran alcanzado para repetir en el Senado (se quemó por 10 mil votos).
Lo particular de Corzo es que tanto con Suárez como con Villamizar tenía las relaciones rotas y solo acortó distancia con ambos hasta hace poco tiempo.
“A Corzo es al único que se le ocurre elegirse sobre los hombros de sus enemigos”, dijo a La Silla un político que conoce por dentro la movida de poder en Norte.
No supieron manejar sus propios fortines
Corzo inició el 2016 con la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, Corponor, fuera de sus cuentas burocráticas.
Como contó La Silla, ese fortín lo perdió luego de un pulso con el entonces gobernador Édgar Díaz, quien antes de salir del cargo movió sus fichas para poner en la dirección de esa CAR a Gregorio Angarita.
Sin ese fortín, que efectivamente se le movió a Díaz el domingo, bajó su caudal electoral.
Aunque Corzo también tenía dentro de sus cuentas los votos que pudiera mover el Área Metropolitana de Cúcuta, entidad en la que puso a Gloria Patricia Gallego, tampoco le resultaron.
Según los acuerdos que tenía, ella debía ponerle 3 mil votos en Los Patios, pero solo contabilizó poco más de mil.
Mora tenía un escenario opuesto; sin embargo, tres fuentes que le hicieron campaña nos dijeron que “no lo supo aprovechar”.
A finales del año pasado, el Senador de La U pasó de tener injerencia en el Sena regional a mandar en la dirección nacional de esa entidad en la que nombraron a José Antonio Lizarazo, quien fue su cuota en Norte.
“Tenía como mil puestos, y no los repartió entre las personas que le podíamos sumar. Se quedó con todo y no nombró a gente que pusiera votos”, le dijo a La Silla un político de Norte de que lo apoyó.
Además otras dos fuentes nos confirmaron que la forma en que manejó ese fortín terminó ocasionándole una fractura a las relaciones con Wilmer Carrillo, su fórmula y el candidato del Gobernador William Villamizar.
“Wilmer le pidió una de las dos subdirecciones del departamento, porque Mora le quitó a Cristo la que tenía pero él no accedió”, nos dijo una de esas fuentes. “La política del yo con yo no sirve”.
Lo que alcanzaron afuera fue menos de lo que esperaban
Tanto a Mora como a Corzo les fallaron las cuentas que hicieron en otras regiones para elegirse.
Aunque Corzo sumó 24.302 votos por fuera del departamento y de hecho creció esa votación en 900 sufragios a su favor, los resultados les dieron menos de lo que esperaban.
Dentro del grupo del Senador nos dijeron que aspiraban doblar resutlados en Antioquia y en el Valle, así como en Santander.
En Antioquia tenía el apoyo de Liliana Rendón, quien desde hacía un año había empezado a hacerle campaña. La idea era que Corzo sumara en Antioquia al menos 10 mil votos (3 mil votos más de los que obtuvo en 2014), pero al final disminuyó su caudal y solo obtuvo poco más de 5 mi votos.
En el Valle la campaña esperaba duplicar su votación y cerrar con 5 mil votos, pero se mantuvo en los poco más de 2 mil tenía e incluso bajó en casi 400 votos.
En Santander fue el principal descalabro. Su fórmula era Rubiela Vargas, y aunque ella puso 9.833 votos, el senador solo sumó 868.
Mora tuvo unas cuentas similares.
El senador de La U venía de capa caída desde las legislativas de 2014, cuando solo alcanzó 13 mil votos por fuera, y casi se quema.
Este año solo aumentó ese caudal a 15 mil votos, algo que según dos fuentes de la campaña, terminó siendo determinante en la derrota.
Una fuente de adentro de su grupo nos contó que las expectativas estaban concentradas, además de Norte, en Santander, Arauca y Bogotá y que en ninguna de esas regiones le cumplieron todos los compromisos.
En Santander, Mora tenía a la familia Alvernia (sus aliados de antaño) y a la familia Tamayo, que es la que maneja La U, respaldándolo. Aunque aumentó su votación en casi 2 mil votos, la expectativa era que llegara al menos a 10 mil.
Por su parte, en Arauca y Bogotá disminuyó el caudal.
Estaban desgastados
Además de las cuentas que no les dieron, los dos senadores ya acumulaban el desgaste de su imagen.
Corzo ha estado en el Congreso por cinco periodos consecutivos. Llegó a la Cámara en el 98 y en el 2002 dio el saltó al Senado. Allí se reeligió por cuatro periodos.
En Norte sus detractores no han dejado en el olvido el episodio en el que siendo Presidente del Senado en 2011 dijo que a los congresistas no les alcanzaba el sueldo para tanquear sus carros; además, en las semanas previas a la elección fue protagonista de varios titulares por el enfrentamiento con el actor Gregorio Pernía, quien está de campaña con Gustavo Petro y promovió la lista de la decencia al Congreso.
Mientras que Pernía acusó a Corzo de aliarse con el condenado exalcalde Ramiro Suárez para buscar su nueva reelección; Corzo le dijo a Pernía violador y, según las denuncias del actor y un testigo, le dio una patada.
Al final Corzo publicó un video en el que dijo que Pernía lo había ofendido en varias ocasiones y lo denunció por injuria y calumnia. Pero como la pelea se hizo viral en redes sociales, le pegó en la imagen justo en momentos en los que la campaña estaba en su punto más álgido.
Además, como en esta contienda Corzo compitió con Juan Carlos García, quien representa a una nueva generación de los conservadores, y con Édgar Díaz, quien pese a que compitió con el aval de Cambio, se hizo en el Partido Conservador, específicamente en su grupo.
“Le compitieron los mismos votos”, nos dijo un político de Norte.
En el caso de Mora, su imagen estaba desgastada entre líderes barriales y políticos del departamento por incumplir con algunos compromisos.
Cuatro fuentes diferentes, entre líderes, políticos y un periodista, nos dijeron que el Senador de La U era famoso por responder a cualquier petición con la frase “cuente con eso”.
“El problema es que nunca cumplía y eso hace mella en la imagen de cualquiera”, nos dijo una de esas fuentes.
Otra nos dijo: “ya en los barrios era más difícil vender su nombre por eso”.