Los "peros" al Anteproyecto del Plan de Desarrollo de Peñalosa

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La Silla recopiló las principales recomendaciones y 'peros' de expertos frente al borrador del Plan de Desarrollo que son claves para alimentar la versión final del documento porque "todo lo que no quede escrito, no tendrá que hacerse".

En los próximos 15 días, el Alcalde Enrique Peñalosa tendrá que presentar la versión final de su Plan de Desarrollo al Concejo de Bogotá, que será la hoja de ruta del Alcalde para los próximos cuatro años y que deberá ser aprobado a más tardar el 31 de mayo.

Por ahora sólo se conoce el borrador del Plan que el Distrito presentó a finales de febrero para recibir comentarios, críticas y recomendaciones por parte de expertos, gremios y organizaciones sociales que hasta ahora han encontrado muchos vacíos en la elaboración de los planes, proyectos y metas que se trazó la Alcaldía.  

La Silla recopiló las principales recomendaciones y 'peros' de expertos y del concepto que entregó el Consejo Territorial de Planeación Distrital a Peñalosa que, por ley, debe revisar y hacerle observaciones no obligatorias al borrador del Plan antes de que sea presentado al Concejo.

Todas las recomendaciones son claves no sólo para alimentar la versión final del documento sino porque "todo lo que no quede escrito, no tendrá que hacerse" como le dijo a La Silla uno de los expertos consultados. Estas son las principales conclusiones:

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La visión de ciudad de Peñalosa se concentra en el largo plazo pero no en el corto

El borrador del plan de desarrollo de Peñalosa empieza por un punto que desató polémica: a pesar de que el período de Peñalosa sólo es de cuatro años, el borrador se enfoca en una visión de la ciudad al 2038, cuando Bogotá cumple 500 años y cuando Peñalosa cumplirá 18 años de haber salido de la Alcaldía. Eso ha hecho que muchas de las metas que están trazadas en el plan no tengan propósitos transformadores de la ciudad en el corto plazo aunque Peñalosa espera que sí lo sean en el largo.

“Los indicadores y las metas del plan son genéricos. No se ve un trabajo técnico, ni riguroso, ni científico [en su concepción]. No se sabe de dónde salieron”, le dijo a La Silla Eduardo Behrentz, experto en movilidad y vicerrector de desarrollo de la Universidad De Los Andes. Algo similar opinaron otros tres expertos consultados.

Por ejemplo, aunque según el borrador Peñalosa tiene como objetivos que en 2038 Bogotá sea una ciudad incluyente y que la pobreza esté erradicada, en el borrador solamente se compromete a atender por emergencia social al 3 por ciento de la población en situación de pobreza multidimensional en los próximos 4 años. Es decir, unas 36.836 personas de las 1.227.878 que hay en situación de pobreza según la línea base que cita la meta. La pregunta es si con una meta tan tímida a corto plazo se logra la ambiciosa a largo plazo. 

Por eso, una de las recomendaciones del Consejo Territorial de Planeación es eliminar el capítulo de la visión de ciudad a 2038 del plan de desarrollo y concentrarse en concretar metas en el corto plazo, es decir, que puedan realizarse en los cuatro años que tendrá Peñalosa al frente de Bogotá.

 
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El Plan no concreta muchas de las promesas de campaña

Peñalosa ganó la Alcaldía con un plan de gobierno ambicioso que se basaba en la idea de “recuperar Bogotá”. Sin embargo, muchas de las propuestas de campaña no quedaron consolidadas en el borrador del Plan de Desarrollo.

Uno de los casos más evidentes es el de la movilidad. En el anteproyecto, ni la primera línea del metro ni las nuevas troncales de Transmilenio que ha anunciado Peñalosa como la de la Séptima, la avenida Boyacá o la calle 68 están contempladas como metas que indiquen cuántos kilómetros y cómo serán construidas en los próximos cuatro años.

Lo mismo ocurre con las vías que el Alcalde propuso construir para mejorar la movilidad de la ciudad. No hay mención directa a la construcción de kilómetros de la ALO, ni a la prolongación de vías como la NQS ni la calle 63, solo por mencionar algunas. El proyecto sólo las menciona por ahora para decir que éstas "podrían" hacerse a través de alianzas público privadas que además, serían de iniciativa privada, es decir, que se construyen en la medida en que un privado se proponga a hacerlo. Aunque es cierto que muchas de estas propuestas ya existen, al menos en el papel, y fueron presentadas el año pasado por el Vicepresidente Germán Vargas Lleras, si no quedan consignadas en el Plan, no habría un compromiso específico de la Administración para llevarlas a cabo.

Otras promesas que también quedaron por fuera son la construcción de megacentros culturales o varios de los parques que se comprometió a hacer Peñalosa como el Simón Bolívar en la parte norte, el Gibraltar en Kennedy o La Isla en la desembocadura del río Tunjuelo. Estos últimos aparecen mencionados sólo en el capítulo de la visión de ciudad de Peñalosa con miras al 2038.

Y otras se redujeron como es el caso de los 35 mil cupos para educación superior que propuso Peñalosa en campaña y que en el borrador del Plan quedaron reducidas a 25 mil.

Según la Representante por Bogotá verde, Angélica Lozano, que comparó las propuestas de campaña con las metas del borrador del Plan, de las 87 promesas que hizo Peñalosa en campaña, sólo la mitad quedaron consolidadas en el anteproyecto.  

 
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Más de la mitad de los recursos se irán a movilidad

Otro de los componentes del borrador del Plan de Desarrollo es el plan plurianual de inversiones que define cuánta plata se va a invertir en la ciudad en los próximos cuatro años. Sin embargo, hasta ahora el Distrito no ha especificado de qué fuentes saldrá la plata, lo que ha hecho imposible, según el Consejo Territorial y otras tres fuentes consultadas por La Silla, analizar la viabilidad financiera del Plan.

Según este borrador, Peñalosa espera invertir 88.7 billones de pesos de los cuales más de la mitad serán dirigidos a los proyectos de movilidad. Y aunque Peñalosa ganó la campaña haciendo énfasis en sus propuestas para mejorar la movilidad y estos son los proyectos más costosos en cualquier Alcaldía, según el Consejo Territorial de Planeación, el Plan pone un peso “excesivo” en términos de recursos para este rubro, sobre todo en comparación con otros planes y proyectos sociales.

Sólo dos estrategias del Plan que tienen que ver con este sector concentran el 59 por ciento de la plata: “movilidad para todos” que incluye metas como construir y conservar vías de la ciudad, integrar el transporte público, aumentar el uso de la bicicleta y mejorar la seguridad vial, entre otros; y la articulación del transporte regional que busca consolidar estrategias para desarrollar proyectos regionales de autopistas urbanas y usar peajes de acceso como mecanismo de financiación y control de la movilidad regional.

La mayoría de estos recursos, según el borrador del Plan, se conseguirán a través de alianzas público privadas.

“Es una preocupación generalizada por parte de los Consejeros y los ciudadanos que participaron en las audiencias el poco financiamiento para los diferentes programas sociales enunciados en el anteproyecto del PDD, donde la prioridad a la de infraestructura y movilidad es notorio, dejando relegado los programas sociales en un segundo y tercer nivel”, dice el concepto.

De hecho, el componente del Plan que tiene que ver con las estrategias para construir comunidad y que incluyen, entre otros, componentes en seguridad, justicia, derechos humanos y atención a las víctimas sólo tienen, según esta propuesta, el 2 por ciento de los recursos que se invertirán en la ciudad en los próximos cuatro años.

 
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Muchas APPs, poca técnica para hacerlas

El 34.2 por ciento de los proyectos y metas que hay en el borrador del Plan de Desarrollo se financiarán a través de Alianzas Público Privadas.  Es decir, con recursos privados a través de concesiones y que suman unos 30 billones de pesos. Esto a pesar de la poca capacidad técnica que hay en el país para llevarlas a cabo, según varios expertos consultados.

“Las APPs están en todos lados pero no se sabe cómo las van a financiar. En la ciudad no hay fortaleza institucional para realizarlas y dependen de que el sector privado tenga capital para invertir. Si no es así, no se hace nada”, le dijo a La Silla una de las fuentes que por su cargo, pidió no revelar su nombre.

“La administración parece suponer que las APP no deben contener fuentes de pago. Se acepta que se trata de recursos privados, pero que están sujetos a su recuperación mediante tarifas, peajes u otras formas de pago a cargo de la ciudadanía. Por tanto, no es de recibo la simplificación que se hace con esta clasificación”, dice por su parte, el concepto del Consejo Territorial de Planeación.

Aunque la mayoría de los recursos de APPs se gastarán en obras de movilidad, hay otras como la estrategia de modernización del servicio de salud que incluye desarrollar los 40 Centros de Atención Prioritaria en Salud que prometió en campaña y 6 hospitales -entre nuevos y remodelados- que esperan financiarse también por esta vía (2.5 billones de pesos) y también los mega centros culturales que Peñalosa prometió en campaña.

Sin embargo, no es claro cómo se van a pagar esas APPs si estas obras no son rentables y por tanto, no es claro cómo a un privado le va a interesar hacerlos.

El borrador del Plan incluye además una reforma administrativa que planea generar la institucionalidad adecuada para el desarrollo y aprovechamiento masivo de las Alianzas Público Privadas en Bogotá. Sin embargo, la meta es dejar "diseñada" esta agencia de infraestructura y no ponerla en marcha, lo que puede terminar en que ésta no quede lista para revisar las APPs que propone el propio Peñalosa.

 
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El Plan busca acelerar la discusión del POT

El borrador del Plan de Desarrollo de Peñalosa está construido alrededor de tres pilares y cuatro ejes transversales. Uno de esos ejes y que tiene un capítulo propio, con metas que la Administración espera cumplir en los próximos cuatro años es el del Plan de Ordenamiento Territorial, uno de los mecanismos con los que Peñalosa espera concretar su visión de ciudad y que quedó en veremos luego de que el Consejo de Estado suspendió el que logró aprobar el ex alcalde Gustavo Petro.

“Este Plan de Desarrollo busca una pre-aprobación del Pot para que cuando sea discutido en el Concejo, el Distrito pueda decir ‘esto ya lo aprobaron’”, le dijo a La Silla un experto en Bogotá que pidió no revelar su nombre para no comprometer su opinión con la que tiene la organización para la que trabaja.

En el anteproyecto se consolidan muchos de los proyectos que ya ha anunciado Peñalosa aunque no se especifican en detalle porque si lo hiciera, el Plan de Desarrollo sería incompatible con el POT que está vigente hoy. Sin embargo, el borrador del plan sí da puntadas y de hecho propone metas tangibles para cumplir en aras ese objetivo donde uno de los propósitos es “generar actuaciones urbanísticas relacionadas con el ordenamiento del territorio y la intervención en los usos del suelo, que consoliden un proyecto urbano integral articulando las prioridades, tiempos y recursos asociados con las gestiones entre los diferentes actores que intervienen con el fin de garantizar la concreción de la visión de ciudad”.

Menciona por ejemplo el proyecto Ciudad Paz, la ciudadela que quiere construir Peñalosa para albergar a la nueva población que tendrá Bogotá en los próximos cuarenta años y que busca construir viviendas en el norte (sobre la reserva Thomas Van Der Hammen) en Soacha, en Mosquera y en Ciudad Río, el la ribera del río Bogotá y dice que una de sus metas será habilitar suelo para suplir las demandas estimadas en materia de vivienda y soportes urbanos que necesita la ciudad.

También se esbozan las propuestas para lograr la conectividad regional entre Bogotá y los municipios vecinos y mejorar los tiempos de entrada y salida de la ciudad. Por ejemplo, el Distrito se compromete a “formular un instrumento de ordenamiento territorial regional para Bogotá y su entorno metropolitano”, una meta que es tímida pero que en todo caso busca avanzar en la conectividad regional.

 
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A varias metas les falta desarrollo

Los expertos critican no sólo que muchas de las metas son tímidas sino que además los indicadores que está proponiendo la Alcaldía para saber si se cumplieron, no son coherentes con esas metas.

Por ejemplo, el borrador del plan no se compromete a construir o adecuar kilómetros nuevos de bicicarriles o ciclorrutas sino a ampliar el número de gente que las utiliza. Algo similar ocurre con el sendero de los cerros orientales, otra de las propuestas bandera de Peñalosa durante la campaña, que se mide por la gente que lo usará al final de sus cuatro años de Gobierno. Y propone “disminuir en 5 por ciento el tiempo de recorrido hacia los límites de la ciudad”, una meta que no sólo no cuenta con una línea de base para saber desde dónde arranca sino que no es muy ambiciosa: si por ejemplo, el tiempo promedio es de 60 minutos para llegar al límite de la ciudad, en cuatro años lo hará en 57 minutos.

 
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