Lo que ha demostrado Maurice Armitage es que viniendo de ser un empresario toda la vida, llegó a manejar la ciudad como una gran empresa y todavía le falta conocerla más para gerenciarla.
Los primeros 100 días de Armitage: Cali S.A. sigue en el aire
En sus primeros tres meses como alcalde de Cali, lo que ha demostrado Maurice Armitage es que viniendo de ser un empresario toda la vida, llegó a manejar la ciudad como una gran empresa y todavía le falta conocerla más para poder gerenciarla. Armitage está apenas inventandose en el sector público. Y en eso se le han ido estos primeros cien días.
La visión de empresario
Como nos dijo un periodista de allá, Armitage: “se ha dado cuenta que no puede hacer con Cali lo que hacía con la Siderúrgica de Occidente, su empresa, porque le toca consultar las decisiones y esperar el visto bueno del concejo.”
Como viene del sector privado, en donde las cosas se hacen sin tanta burocracia, lo ha cogido fuera de base el hecho de que no puede salir a dar anuncios sin antes consultarlos. Y el resultado ha sido un mensaje de improvisación y muchas salidas en falso.
“Hay gente de su administración que se entera de que toma una decisión cuando la anuncia. Ese choque entre lo que ha sido toda la vida y lo que le toca ser ahora le ha costado,” nos dijo el mismo periodista, que no quiso ser citado.
Armitage llegó como un candidato de continuidad y más de la mitad de su gabinete son ex funcionarios del alcalde saliente Rodrigo Guerrero.
Y en su programa de gobierno, se propuso ser la continuidad de Guerrero, es decir construir sobre lo construído; incidir sobre los problemas más urgentes de la ciudad como lo la seguridad y la movilidad; y crear más puestos de trabajo.
Pero en estos cien primeros días, han sido más las patraseadas de sus propuestas de campaña que hechos concretos.
Cuando fue elegido en octubre, prometió levantar el pico y placa. Pero hace un mes salió a decir que ampliará la medida a cuatro dígitos (todas las semanas dos días) y cobrará una tarifa a los carros que quieran circular en esas horas.
Eso, según él, para mejorar la movilidad y recoger 35 mil millones de pesos al año para financiar el MIO, que es el sistema de transporte masivo de la ciudad.
Había dicho también que eliminaría la medida que prohíbe a los motociclistas llevar parrillero hombre, pero después se echó para atrás y dijo que la mantenía vigente.
Otro anuncio que no ha caído bien es que amplió la Ley Zanahoria hasta las cuatro de la mañana para que los empresarios de la noche generaran más empleo, pero como le dijo a La Silla el profesor de la Universidad Santiago de Cali, Víctor Hugo Vallejo: “la mayoría de personas que trabajan en la vida nocturna viven de la propina y de trabajos informales. Esa medida más que mejorar, ha aumentado la inseguridad en las calles.”
Lo que ha logrado
El mayor logro hasta ahora fue lograr que el Concejo le aprobara las facultades para hacer dentro de los próximos seis meses una reforma administrativa dentro de la alcaldía.
Reforma que le permite crear dependencias, suprimir otras y agilizar los procesos administrativos. Dentro del revolcón que quiere hacer, tiene pensado crear la secretaría de Turismo, que hasta ahora está articulada a la de Cultura. Hacer otra de Paz, que hoy funciona como una asesoría, y crear otra de Desarrollo Económico y Cooperación Internacional.
Ese visto bueno del Concejo fue clave, porque logró 19 votos a favor y uno en contra, cuando no todos están con él y más porque cuando presentó el proyecto, fue duramente criticado.
“Ahí mostró su capacidad de negociación sin necesidad de ser político,” le dijo a La Silla el excandidato a la alcaldía por Alianza Verde, Michel Maya.
Ahora le toca llevar a la realidad ese nuevo organigrama dentro del plazo establecido.
Lo que le falta
Para Víctor Hugo Vallejo, profesor de la Universidad Santiago de Cali, en sus prioridades de campaña, que fueron movilidad y seguridad, se bajó la guardia. “Cali parece un enorme parqueadero porque no se está fiscalizando el mal parqueo y la inseguridad está disparada.”
Aunque según Armitage, durante las primeras semanas de 2016, la cifra de homicidios estaba alta, en el primer trimestre del año, según cifras del Observatorio Social de Cali, se redujo en un 11 por ciento.
Además, frente a su otra gran promesa de mejorar las condiciones de los servicios públicos, le queda todo el camino por delante.
El desperdicio de agua por pérdidas técnicas, según Michel Maya, el excandidato a la alcaldía, es del 56 por ciento y por cuenta de la sequía, si se sumarán todos los cortes que ha tenido la ciudad: “es como si llevaramos 18 días sin agua y todavía no tenemos un plan para garantizarla.”
Todo ese largo trecho que le queda es imposible de resolver en cien días, pero la falta de conocimiento que ha demostrado del sector público, hacen que por ahora, Cali esté lejos de funcionar como la gran empresa que Armitage se imagina.