Los que pueden aprovechar el papayazo de la salida de Uber

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Los taxistas, las aplicaciones que ya tienen servicios de taxis y las de alquiler de bicicletas eléctricas son las que tienen más potencial de ganar mercado con la salida de Uber.

El anuncio de Uber de que saldrá de Colombia al terminar este mes le abre el camino a otros poderosos para aumentar su negocio. Aquí contamos quiénes son y por qué pueden ganar:

Los dueños del negocio de los taxis

Los ganadores más obvios son los dueños de los taxis, que dicen que han venido perdiendo mercado con la entrada de Uber y otras plataformas.

Acá hay tres grandes grupos: los conductores de taxi, los dueños de los carros y sus cupos (que pueden tener un solo carro o muchos), y los dueños de las empresas afiliadoras

En este universo el ganador más visible es la amalgama entre Taxis Libres, la empresa afiliadora de taxis más grande de Bogotá, y Comunicación Tech y Transporte, Cotech, que maneja los radioteléfonos y la aplicación de Taxis Libres.

De hecho, Uber se va porque Cotech ganó una demanda contra ella por competencia desleal, que falló la Superintendencia de Industria y Comercio en diciembre.

El dueño y gerente de Cotech es César Hernández, hermano de uno de los fundadores de Taxis Libres, el excongresista José Eduardo Hernández. José Eduardo creó la empresa con Uldarico Peña (quien murió en 2018) y su hija Stefanía es la actual gerente.

Cotech y Taxis Libres tienen, juntas, un app para pedir taxis, llamada Red Amarilla. De acuerdo con los datos de la Secretaría de Movilidad, ésta tiene más de 18.000 taxistas registrados, lo que da cuenta del tamaño del negocio que tienen.

Pero no es la única. Solo en Bogotá hay más de 30 empresas afiliadoras de taxis amarillos, que también se beneficiarían por la salida de Uber, más por lo menos seis aplicaciones de taxistas como Digitaxi, Etaxi, Me Voy, Mega Taxi VIP, Taxi Driver y T-Driver.

También las aplicaciones de taxis de lujo, los blancos, como Mi Águila, del empresario tecnológico Fernán Ocampo y Taxis Libres.

En el pasado, las amenazas de paro de los tres grupos han movido al Gobierno: en 2015, como contamos, el Gobierno Santos presentó un decreto para regular el transporte especial, incluido el que se presta a través de plataformas como Uber, con representantes de los dueños de los taxistas, como Uldarico, al lado, con una regulación que los beneficiaba.

Ese poder es tan claro que tras la decisión de la Superintendencia la versión que empezó a circular en redes fue que antes de la decisión de la Super hubo una reunión entre el Centro Democrático y los taxistas, en la que el partido de Gobierno les habría prometido apoyo para que sacar a Uber, a cambio de que no se metieran al paro nacional del año pasado.

El Centro Democrático lo desmintió, y además el Gobierno nada que regula las plataformas digitales en general, no solo para transporte urbano.

En todo caso, la victoria de los dueños del negocio es muy grande porque el golpe a Uber se puede extender: tienen respaldo legal a su argumento de que es desleal la competencia de los carros particulares, y su abogado Nicolás Alviar ya anunció que usarán el argumento para demandar a otras plataformas como Beat o InDriver.

Cabify

El año pasado la aplicación, creada en España en 2011, absorbió a la colombiana Easy Taxi, y con eso empezó a combinar el servicio de transporte con carros particulares con el de taxis amarillos.

Con eso, tiene una protección frente al argumento de los taxis, puede ganar lo que sus competidores como Beat, no. De hecho esa aplicación, la segunda más grande en Colombia con 50 mil conductores (Uber tiene o tenía 88 mil), es la única que se ha pronunciado oficialmente ante la salida de Uber.

Cabify, al no ser una aplicación de solo taxis, ni de taxistas, puede quedarse con los ex usuarios de Uber que rechazan a los amarillos.

También pueden ganar porque el año pasado lanzaron una alianza con Voom, una empresa de alquiler de patinetas eléctricas, para incorporar en su plataforma este servicio que puede servir de reemplazo a algunos usuarios de Uber, pues va creciendo.

El año pasado el director de Cabify en Colombia dijo en La República que le había planteado al Gobierno cuatro propuestas para regular las apps:

  • crear impuestos de rodamiento para taxis y apps por igual

  • que lo que paguen los taxis por el cupo sea parte de pago de dicho impuesto.

  • crear una licencia especial para los carros particulares que presten servicio de transporte y 

  • que el Gobierno se encargue de supervisar los estándares mínimos de calidad.

Estas propuestas están sobre la mesa pero no han prosperado.

DiDi

Esta aplicación china, fundada en 2012 por un exejecutivo de ventas del portal de compras por internet, Alibaba, llegó a Colombia el año pasado y es un peso pesado, pues compró Uber en China en 2016 por 7.000 millones de dólares.

En Colombia tiene 26.000 conductores y opera en Bogotá, Cali, Bucaramanga, Barranquilla y Medellín, y como Cabify sirve para pedir taxis y no solo carros particulares. Su directora de asuntos públicos en Colombia, Juliana Pulecio, contó en noviembre que llevaban 5.000 taxistas registrados.

Eso les permitiría, como a Cabify, seguir funcionando en Colombia aún si prospera la demanda que anunciaron los taxistas contra ellos, y también con la ventaja de no ser un app de taxistas.

Los del negocio de bicicletas de alquiler

Otro de los negocios que puede aprovechar el hueco que deja Uber es el de las bicicletas eléctricas, porque sirven para distancias medianas, en ciudades grandes como Bogotá, Medellín y Cali tienen buena infraestructura (y en Bogotá más del 5 por ciento de los viajes al día son en ellas) y están reguladas.

En Bogotá funcionan dos de estas aplicaciones de alquiler de bicicletas eléctricas.

La más conocida es Muvo, que a noviembre pasado reportaba 50.000 usuarios y anunciaron que esperaban multiplicar por cuatro el número de viajes en un año, gracias a una alianza que hicieron con los ensambladores de motos y bicicletas Auteco. El que no esté Uber les puede ayudar con esa meta.

También está BiciCo que es una aplicación que surgió de una alianza entre Enel, Codensa, Bicycle Capital, Carulla y ScotiaBank Colpatria. Aunque es una aplicación con menos cobertura, la salida de Uber le da más espacio para crecer.

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