Marta Lucía Ramírez, alcaldesa de Cartagena

Silla Caribe

Entre las funciones de la Vicepresidenta está la de ser veedora de la Administración cartagenera. Por esa vía, ha impuesto agenda y le da juego al uribismo local, que no fue el que ganó esa Alcaldía.

Al tiempo que la dejaron con menos grandes funciones de las esperadas, a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez le asignaron el chicharrón de ser veedora de la administración por encargo de Cartagena, una ciudad que padece una profunda crisis institucional, como lo hemos contado.

Por esa vía, ha impuesto agenda, al punto que parece la alcaldesa, y le ha dado juego al uribismo local que no fue el que ganó la Alcaldía.

La Alcaldía la ganó en atípicas, en mayo de este año, el conservador Quinto Guerra, quien fue suspendido dentro de un proceso por una demanda de nulidad electoral que puso en su contra la Procuraduría.

En su reemplazo, el presidente Iván Duque nombró el pasado 19 de septiembre al exrepresentante godo Pedrito Pereira, quien quedó bajo la lupa de Marta Lucía.

Desde ese momento, la Vicepresidenta ha estado al tanto de lo que sucede en La Heroica y, de hecho, el fin de semana pasado estuvo recorriendo los barrios populares de la ciudad de la mano del Alcalde Pereira.

Pero, más allá de la supervisión a la gestión del Alcalde, están unas movidas propias de Ramírez que está haciendo de la mano de empresarios uribistas de la ciudad

El poder de Marta Lucía y los empresarios uribistas

El viernes de la semana pasada se firmó en Cartagena, en el centro de eventos Casa 1537, un documento bautizado como “Pacto por Cartagena”, en el que se establecieron 80 puntos para superar la inestabilidad institucional en la que se encuentra La Heroica y lograr “el pleno desarrollo de la ciudad”.

Más que una solución a corto plazo a la crisis que atraviesa la ciudad, como lo dijo la misma Vicepresidenta ese día, el objetivo era crear un plan para de aquí al 2033, cuando Cartagena cumple 500 años de ser fundada por los españoles.

Las propuestas de este “Pacto por Cartagena” fueron estructuradas en reuniones convocadas por la Vicepresidencia a las que asistieron, en calidad de invitados, el alcalde Pedrito Pereira, el exministro de Relaciones Exteriores Fernando Araújo Perdomo y los empresarios Diana Gedeón y Rafael Simón del Castillo; todos ellos uribistas.

Araújo Perdomo fue ministro en el Gobierno de Álvaro Uribe y su hijo, Fernando Araújo Rumié, es actualmente senador y el único congresista que tiene el Centro Democrático en Bolívar. También es un reconocido empresario hotelero y es accionista del periódico cartagenero El Universal.

Gedeón es una empresaria hotelera socia de una agencia de viajes llamada Gema Tours.

También es cercana al Centro Democrático. Aportó, de acuerdo a la información registrada en el portal Cuentas Claras del Consejo Nacional Electoral, el equivalente a 4,9 millones de pesos en especie a la campaña presidencial del 2014 de Óscar Iván Zuluaga, y el año pasado hizo parte del Comité de Ética del partido. Además estuvo en el empalme de Iván Duque.

Rafael Simón del Castillo también participó en el empalme de Duque y es un constructor y empresario reconocido en Cartagena. Es presidente de la firma gestora de desarrollos urbanísticos Novus Civitas, presidente de Camacol en Bolívar y, desde el pasado 11 de septiembre, la cabeza de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).

A una de estas reuniones también asistió el expresidente de la Andi, empresario y exalcalde (e) de Cartagena, Bruce Mac Master.

Los 80 puntos que estructuraron giran alrededor de cinco temas generales (transparencia, inclusión, seguridad, competitividad y sostenibilidad) e incluyen propuestas que se asemejan a lo que se propone en un Plan de Desarrollo.

Van desde la prevención y el combate a la corrupción, la adopción de pliegos estándar en la contratación pública, la modernización del sistema de salud, la formulación de programas para la tercera edad, el impulso de la economía naranja, hasta la actualización del POT.

También hay una serie de puntos que favorecen al sector constructor y otros que ya eran de obligatorio cumplimiento por fallos judiciales, como el traslado del mercado de Bazurto.

El “Pacto” se firmó en presencia de representantes de otros gremios y de organizaciones cívicas, como Funcicar, que es la que tiene más credibilidad en Cartagena.

Pero el día en que se suscribió se vieron movidas políticas como los elogios públicos de Ramírez a los empresarios uribistas y al almirante (r) Gabriel Arango Bacci, quien suena como posible candidato del Centro Democrático a la Alcaldía en las elecciones del año entrante.

“Acá se ve como que el uribismo está usando la presencia de la Vicepresidenta para fortalecerse. El Alcalde tiene que ir a todas las reuniones a las que lo llama la Vicepresidenta y ella siempre está con ellos”, nos dijo una persona que trabaja en la Alcaldía y que lo sabe de primera mano, refiriéndose a que la mayoría de las veces que Ramírez se reúne con Pereira lo hace acompañada de Araújo Perdomo, Gedeón y Del Castillo.

El efecto de este "Pacto" con aspecto de Plan de Desarrollo parece haber sido tal que, ayer, cuando el Concejo invitó a los representantes de los principales gremios de la ciudad a discutir el presupuesto del año entrante, ninguno asistió.

Esto no es usual, pues, como nos contó el presidente del Concejo Wilson Toncel, a este evento suelen asistir todos los años representantes de los gremios de la ciudad para hacer propuestas sobre la inversión.

Lo que algunos creen es que no fueron porque asumen que parte de la inversión importante, y que tiene que ver con ellos, ya se decidió en el “Pacto” vicepresidencial.

“A la Vicepresidenta se la ve interesada en ayudar, pero siempre con sus amigos”, nos aseguró la persona de la Alcaldía con la que hablamos, quien después agregó: “La presión hacia el Alcalde es constante”.

Evidencia de esa presión, no sobre el Alcalde únicamente sino también sobre sus funcionarios, es lo sucedido la semana pasada con el director de Distriseguridad, Víctor Hugo Arango.

Por esos días, Arango protagonizó un pequeño escándalo cuando apareció una selfie suya con la llamada “Madame”, la mujer investigada por presunta trata de blancas.

En un comienzo, el Alcalde Pereira le llamó la atención al funcionario y lo reprendió por el hecho, pero no lo echó.

Sin embargo, una vez la foto publicada por El Heraldo se volvió mediática y, cuando tanto el fiscal Néstor humberto Martínez como la Vicepresidenta condenaron el hecho, Arango decidió presentar su renuncia sin que Pereira se la pidiera.

De acuerdo a lo que nos aseguró una persona de la Alcaldía, fue la presión de los trinos de Marta Lucía Ramírez lo que, finalmente, lo motivó a renunciar.

Le preguntamos a la Vicepresidenta, a través de su jefa de prensa, por el objetivo principal de su veeduría en Cartagena, por el criterio con el cual se escogió a las personas que estructuraron el pacto y si le estaba imponiendo una agenda al alcalde Pereira, pero, hasta el momento en que se publicó esta historia, no recibimos respuesta.

De todas formas, más allá de las movidas de ella, el mandatario Pereira tiene un balance propio para el primer mes que cumple en el Palacio de la Aduana hoy.

Las movidas de Pedrito

En este primer mes, Pereira ha estado principalmente revisando la contratación que se hizo en la pasada Administración. También están en proceso de analizar la información que se obtuvo en el empalme.

En el gabinete, en general, mantuvo a los que estaban desde que llegó Quinto Guerra en mayo de este año.

Hasta el momento, solo ha hecho tres grandes nombramientos que son José Carlos Puello en la Secretaría del Interior, Margarita Casas en Talento Humano y Karen Fernández como asesora de despacho.

Los tres son cercanos a él.

De esta forma, quedan aún en su gabinete personas cercanas a grupos políticos cuestionados tales como Iván Sanes en el Instituto de Patrimonio y Cultura (cercano a la casa que lidera el parapolítico Vicente Blel), Dulfri Martínez como gerente de Espacio Público (cercano a la casa que lidera el parapolítico William Montes), Javier Posada como asesor en temas de educación superior (cercano al combo de La Gata) y Clara Calderón en Infraestructura (cercana al corrupto  Juan José ‘Juancho’ García).

Según Pereira, los ha dejado porque está evaluando sus capacidades técnicas y porque no quiere “crear más inestabilidad” en la ciudad.

Eso a pesar de que cuando fue designado le aseguró a La Silla Caribe que no había llegado a cumplirles pactos burocráticos a los parapolíticos y corruptos que tienen influencia en la Alcaldía.

En cuanto a la contratación, hasta ahora, la Alcaldía Distrital no ha firmado contrato alguno y siguen abiertas las licitaciones que ya venían desde cuando estaba encargada la exsecretaria del Interior Yolanda Wong (aseo de los colegios y la construcción de una estación de Policía).

Por ahora, de continuar el estado de cosas, Pedrito Pereira seguirá administrando el día a día de la Alcaldía, mientras Marta Lucía Ramírez y los empresarios cercanos al uribismo seguirán definiendo la agenda a largo plazo en una ciudad que ha tenido once alcaldes en los últimos siete años y que, ahora, no solo tiene alcalde sino también Vicepresidenta.

Nota de la Editora: Después de publicada esta historia, se comunicó con nosotros la Vicepresidenta para darnos su versión. Nos dijo que por supuesto se está metiendo en los problemas de fondo de Cartagena porque no va a ser "convidada de piedra de un Alcalde amigo de toda la clase política cartagenera que ha acabado con esa ciudad". También agregó que los empresarios que participaron en el pacto lo hicieron porque ella se los pidió, debido a que los conoce desde que era Ministra, y porque viven en Cartagena.

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