Mello Cotes: el otro brazo político de Vargas Lleras en el Caribe

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Si hay un político al que la suerte le ha dado la vuelta entre una elección y otra es Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes, actual gobernador del Magdalena. Hace cuatro años en un pulso apretado, se eligió por firmas en medio de ruido de compañías cuestionadas, con mala imagen a nivel nacional y sin línea con el Gobierno. Hoy termina mandato dueño de una votación histórica dentro de Cambio Radical, sin jefes en la clase política tradicional (y condenada) de su departamento y con las puertas abiertas de par en par en Casa de Nariño. El premio gordo de la lotería se lo ganó cuando empezó a jugar para el vargasllerismo en las legislativas. Ahora, en las regionales, se graduó como el otro hombre fuerte del Vicepresidente en el Caribe.

Si hay un político al que la suerte le ha dado la vuelta entre una elección y otra es Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes, actual gobernador del Magdalena. Hace cuatro años en un pulso apretado, se eligió por firmas en medio de ruido de compañías cuestionadas, con mala imagen a nivel nacional y sin línea con el Gobierno. Hoy termina mandato dueño de una votación histórica dentro de Cambio Radical, sin jefes en la clase política tradicional (y condenada) de su departamento y con las puertas abiertas de par en par en Casa de Nariño. El premio gordo de la lotería se lo ganó cuando empezó a jugar para el vargasllerismo en las legislativas. Ahora, en las regionales, se graduó como el otro hombre fuerte del Vicepresidente en el Caribe.

Aunque ni siquiera tiene 30 años (nació en 1987) y su carrera política no pasa de un párrafo (la Gobernación y un periodo en la Asamblea que no terminó), el Mello será junto al alcalde barranquillero Álex Char pieza clave del cantado proyecto presidencial de Germán Vargas Lleras en 2018, en una región que puede definir el pulso por la Presidencia.

 

No son pocas las credenciales que sumó en las elecciones de este octubre para tal papel. Cotes logró elegir para reemplazarlo a su tía Rosa Cotes Vives con arrasadores 294.793 apoyos, una votación que no alcanzó ni siquiera el parapolítico Trino Luna, cuando en la época de dominio paramilitar se presentó como candidato único a la contienda. El Mello fue Gobernador con 171 mil votos.

El resultado de Rosa no dista mucho, además, del obtenido por Char en Barranquilla con todos sus niveles de popularidad disparados: 352.236 respaldos. Haciendo cuentas alegres, podría decirse que entre estos dos alfiles hay para Vargas al menos medio millón de votos.

Además de la silla del gobernador, el grupo del Mello ganó para Cambio Radical 13 de 30 alcaldías del Magdalena (hoy apenas tienen dos), cuatro cupos en la Asamblea (más otros amigos diputados que ayudaron a elegir en el viejo PIN, La U y los verdes, que le aseguran a Rosa mayorías en la duma) y concejales en todos los municipios.

El mandatario comenzó a ganar las regionales, de hecho, desde antes de que se abrieran las urnas: cuando logró arrebatarle al excongresista Miguel Pinedo (condenado por parapolítica) su corona de mandamás del vargasllerismo en el Magdalena.

Primer gobernador electo que tuvo ese departamento y viejo cacique, Pinedo es un antiguo amigo de Germán Vargas y tuvo el timón de Cambio Radical a nivel local desde que en 2006 su movimiento llamado “Moral” se fusionó con el partido que había nacido en 2000.

Sin embargo, se trenzó en una pelea política con el Mello Cotes por los avales a Gobernación y Alcaldía de Santa Marta y al final el Vicepresidente prefirió a su aliado más reciente.

Evidencia de ello es que la carta de Pinedo en la puja por la capital (la concejal Ana María Muelle) no recibió su aval porque éste entorpecía una alianza que había sellado el Gobernador con el grupo de los Díaz-Granados de La U.

Sin el apoyo de Vargas Lleras, Miguel Pinedo no jugó en las elecciones locales del Magdalena, perdió la burocracia que tenía en la Gobernación y al final se convirtió en uno de los grandes derrotados del departamento.

Además de su victoria electoral frente a otrora indestronables del Magdalena, el mandatario acaba de quedar con director aliado en la corporación autónoma Corpamag y tiene también influencia en la Contraloría regional.

Lo increíble de esta historia es que apenas un año antes muchos hubiesen apostado a que el Mello Cotes no terminaba su mandato.

En julio de 2014, la Procuraduría suspendió por 10 meses al Gobernador tras determinar en primera instancia que éste violó el principio de transparencia en la licitación del negocio más grande del Magdalena en los últimos 50 años: la construcción de la Vía de la Prosperidad, que conectará varios municipios y servirá para proteger de inundaciones a cultivos, por 432 mil millones de pesos de las arcas del departamento y de la Nación.

El Mello había adjudicado el contrato en agosto de 2013 en contra del Invías, que había solicitado declarar la licitación desierta luego de terminar unilateralmente el convenio que garantizaba la plata de la Nación, y en contra de la entonces ministra de Transporte (hoy jefa de la cartera de Comercio) Cecilia Álvarez, que había recomendado suspender el proceso debido a denuncias de falta de transparencia.

Parecía la crónica de un final anunciado para un mandatario que llegó al poder bajo una lluvia de sospechas y que el primer año de su gobierno le entregó el negocio del chance a la empresa de alias La Gata que lo había manejado allí desde 1997 (aunque, en mayo pasado, tres años después de esa adjudicación, Cotes caducó ese contrato por considerar que la Gobernación no puede tener vínculos contractuales con personas privadas de la libertad e investigadas).

De acordeonero a cacique emergente

Acordeonero desde los cuatro años, el Mello Cotes nació en el seno de la poderosa casa Vives (su padre se llama Álvaro José Cotes Vives, descendiente del excongresista y patriarca Rodrigo Vives de Andreis), pero su primer círculo familiar tiene grupo político propio: el de los Cotes.

Este grupo no había evidenciado hasta ahora mayor poderío y de hecho el papá del Gobernador terminó quemado en una ocasión en un intento por llegar a la Asamblea.  

Los ruidos alrededor del mandatario tienen que ver con que el esposo de su tía y hoy gobernadora electa Rosa Cotes, José Francisco ‘Chico’ Zúñiga, reconoció ante la justicia haberse aliado con los paramilitares para ser elegido Alcalde de Santa Marta en 2003.

Además de eso, el papá y el tío del Gobernador (llamado Luis Miguel, como el Mello) aparecen mencionados en el computador del paramilitar Jorge 40 como presuntos autores de una extorsión en la Alcaldía de Zúñiga.

Los hermanos Cotes Vives, conocidos como ‘los Conejos’, fueron los mayores impulsores de la candidatura del Mello hace cuatro años. Ese proyecto contó además con el apoyo del grupo del parapolítico Trino Luna vía el exsenador Manuel Mazeneth y de los grupos de los excongresistas Jorge Caballero, Alfonso ‘Poncho’ Campo y Fuad Rapag (todos condenados por parapolítica).

Lo que le contó a La Silla el exdiputado Jorge Luis ‘el Negro’ López (quien compitió este octubre por la Gobernación con el aval del uribismo y estuvo en el primer círculo del Mello en 2011), es que ni Trino Luna ni su heredero, el entonces gobernador Ómar Díazgranados, querían apoyar a Cotes sino que tenían sus propios candidatos. Sin embargo, terminaron en esa campaña convencidos por Mazeneth.

El Mello había logrado, por su parte, cierto trabajo político propio desde la silla de diputado que había alcanzado en las regionales de 2007 avalado por el liberalismo.

Esa curul es su punto de entrada al mundo de la política, al que llegó luego de competir con su hermano gemelo en una suerte de entrenamiento exprés con el que su papá midió cuál de los dos tenía más madera para lanzarse a un cargo público.

Antes de terminar su primer periodo en la duma, el Mello renunció para recorrer el departamento y sumar líderes que engordaron su proyecto de ocupar el Palacio Tayrona.

Con los caciques y los líderes, le faltaba el aval. Lo buscó dentro del Partido Liberal, en donde ya militaba y había ganado espacio al lograr que varios allegados suyos obtuvieran puestos dentro del directorio departamental.

Sin embargo, las sospechas y ruidos que desataron a nivel nacional sus compañías generaron incomodidad en la colectividad roja y especialmente en Rafael Pardo, entonces jefe de los liberales, quien pidió explicaciones públicas al candidato.

El Mello terminó renunciando a ese aval y se inscribió con firmas recogidas en tiempo récord, lo que levantó aún más suspicacias a su alrededor.

En realidad, en ese momento había desconfianza en general hacia toda la clase política tradicional del Magdalena. No sólo buena parte de los caciques estaban salpicados ya por parapolítica, sino que al menos cinco de los siete congresistas del departamento (muchos de ellos fichas de esos caciques) empezaban también a enfrentar líos.

La Gobernación pasaba por una horrible noche: los tres últimos gobernadores habían sido José Domingo Dávila (condenado por parapolítica), Trino Luna (condenado por parapolítica) y Ómar Diazgranados (heredero de Trino y quien no pudo terminar su mandato al ser suspendido por la Contraloría que lo investigaba por sobrecostos en un contrato, proceso dentro del cual luego fue hallado responsable).

Nada hacía pensar que Luis Miguel Cotes Habeych, que le ganó a un hijo de Miguel Pinedo que iba apoyado por los grupos de Luis Eduardo Vives (condenado por parapolítica) y los Díaz-Granados de La U, no iba a ser un protagonista más de esas horas oscuras de la dirigencia magdalenense.

Al Gobernador más joven del país le criticaban también su inexperiencia y ausencia de títulos (él se graduó de administrador de empresas de la universidad Santo Tomás, cuando ya era mandatario).

Su mandato arrancó con la particularidad de que muy temprano empezó a desconocer a buena parte de los apoyos que lo ayudaron a llegar, muchos de los cuales terminaron este octubre en la orilla del principal contendor de Rosa Cotes: el exmagistrado Joaquín José Vives, por sentirse maltratados por el Mello en términos de burocracia.

Con esos políticos locales inconformes y una mala imagen a nivel nacional, la virgen se le apareció un año después cuando, vía el hoy alcalde electo Álex Char, el grupo de los Cotes es invitado a entrar a Cambio Radical con miras a las legislativas de 2014.

Un paraguas provechoso

Álex Char y el Mello se conocieron cuando, recién posesionado, el segundo le pidió cita al barranquillero para hablar de su experiencia en esa Alcaldía. Luego, estrecharon amistad cuando Char fue nombrado por el Gobierno Santos a mediados de 2012 como alto consejero para las regiones y se convirtió en el puente que facilitó la comunicación de muchos mandatarios del Caribe (incluyendo al Mello) con ministros y otros altos funcionarios de Bogotá.

La llave Char-Cotes se concretó en las elecciones de Congreso de marzo del año pasado, en las que el grupo del Mello llevó a Fabián Castillo a la Cámara con el aval de Cambio Radical, pero además le puso casi 20 mil votos en el Magdalena a Arturo Char (hermano de Álex) quien se presentó a Senado.

En julio de 2014, cuando fue suspendido en primera instancia por la Procuraduría por el tema de la Vía de la Prosperidad , el Gobernador Cotes ya estaba bajo el paraguas protector del vargasllerismo.

El Mello conoció al hoy Vicepresidente cuando éste era ministro en el primer periodo de Santos y, cómo no, el vaso comunicante entre ellos siempre ha sido Char. Vía esta poderosa relación, al magdalenense se le abrieron las puertas en el alto Gobierno y ha podido concretar varias de las obras de infraestructura en asocio con la Nación que hoy representan lo más destacado de su gestión.

Muy al estilo Vargas Lleras, Cotes le ha apostado entre otras a hacer vías, pero según algunos de sus contradictores ha descuidado temas sociales. “Nos dicen que hay un 98 por ciento de cobertura en salud, pero en realidad esta cobertura es en carnetización y no en prestación del servicio”, nos dijo por ejemplo el exdiputado Jorge ‘el Negro’ López. En la Gobernación sienten que lo que ha pasado es que no han sabido comunicar bien los logros.

El panorama del mandatario, sin embargo, no se despejó del todo sino hasta marzo de este año que el Ministerio Público lo absolvió al considerar que su decisión de entregar el multimillonario negocio de la llamada Vía de la Prosperidad “no fue inconsulta, arbitraria o caprichosa”.

Tres meses después, el patriarca de los Char y cacique de la tribu de Cambio Radical, Fuad Char, en persona le entregó otra buena noticia para sus intereses: el aval de esa colectividad a Rosa Cotes para que aspirara en octubre.

La tía y heredera del Mello llega, como él, sin mayor experiencia en lo público y con ruidos de malas compañías (sobre todo por su esposo, el condenado exalcalde) a Administrar el departamento.

Sin embargo, su triunfo se diferencia del de su sobrino hace cuatro años no sólo en la contundencia, sino en que contó con menos apoyo de la gran dirigencia local. Por ejemplo, los excongresistas condenados por parapolítica Luis Eduardo Vives, Fuad Rapag y Alfonso ‘Poncho’ Campo votaron con Joaquín José Vives. Con Rosa se quedó Jorge Caballero, también condenado por parapolítica. Eso dice aún más del poder que acumula el Mello.

¿Cómo logró esa fuerza electoral el que llaman “el Gobernador acordeonero”? Las teorías sobre su crecimiento en el Magdalena político hablan informalmente de una gruesa chequera, de que la Gobernación le marchó derechita a la campaña de Rosa, que el Mello supo absorber parte de las estructuras de una clase política desgastada y que la primera tía del departamento, en cualquier caso, generó simpatía en muchos que le reconocen labores como gestora social del Mello.

Una persona que tuvo un buen cargo en la Gobernación agregó que en estos años Luis Miguel Cotes ha demostrado una astucia política que con seguridad también le aportó al crecimiento de su clan.

Un detalle de su trabajo revela esa sagacidad: el Gobernador no firma absolutamente ningún papel que no vaya con el visto bueno de tres asesores jurídicos de confianza, encabezados por su abogado Donaldo Duica. “Si no tiene esa aprobación, no firma, así se caiga el mundo. La función de esos asesores es cuidarle la espalda al Mello”, detalló esa fuente.

Tanto en la Administración de este político como en la que viene de su tía, otra duda que queda para resolver tiene que ver con la influencia de Álvaro José Cotes Vives en el gobierno. Un político que tuvo alianzas con el Gobernador nos aseguró hace unos meses que el Mello tiene vuelo propio y, aunque le oye consejos al papá, toma sus propias decisiones.

El excongresista Hernando José Escobar, uno de los mayores contradictores de los Cotes y quien recientemente denunció a Álvaro Cotes por amenazas, nos dijo por el contrario que “el poder es el Conejo”.

Más allá de eso, la realidad es que el otrora grupo político menor apellidado Cotes hoy es una gran fuerza que, si las cosas siguen así para el mandatario, les podría alcanzar para llevar al otro mello al Senado y al menos a dos candidatos fuertes a la Cámara, como nos dicen que ya lo están pensando en ese grupo para las próximas legislativas. Y que les dará para ser uno de los brazos políticos de Vargas Lleras en esta decisiva zona del país para las presidenciales.

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